El filósofo argentino Ricardo Forster ha publicado, recientemente, un libro denominado "La anomalía argentina". Es decir que el título de este textículo no tiene un error de tipeo. La reflexión de Forster es inteligente, polémica. Tal vez inteligente por polémica, o viceversa.
De todas maneras, se inscribe en una tradición ensayística nacional que arranca en los extraordinarios debates entre Alberdi y Sarmiento, Heker y Cortázar, Bayer y Giardinelli y tantos otros. Precisamente, el pulso de la vida en transformación de nuestro país tiene en Mempo, Horacio González, Eduardo Aliverti, José Pablo Feinmann, Sandra Russo, Bayer, Hugo Presman, León Rozitchner, Noé Jitrik, Juan Sasturain y varios intelectuales más, ejemplos valiosos para ayudarnos a mirar cómo van sucediendo los cambios de paradigmas en una sociedad que busca, con contradicciones, salir del letargo perverso del neoliberalismo de fines de siglo pasado. Nos ayudan a mirar y, lo que es tan o más importante, a participar en la construcción de esos nuevos paradigmas.
Pero hay otro sector de esta sociedad que parece empecinado en mostrar lo peor, la rémora de un período que arranca en los tiempos finales del gobierno de Isabel y López Rega y se consolida en la dictadura explícita y las dictablandas que implosionaron en diciembre de 2001.
Un muestrario incompleto de esa "animalía" abarca la comparación entre la juventud kirchnerista y la juventud hitlerista, surgida de la mente esclerótica de Mariano Grondona; las increíbles intervenciones de la señora que almuerza en televisión, por ejemplo, las referencias al tamaño del féretro de Néstor Kirchner o la preocupación acerca de si Ingrid Betancourt, la ex rehén de la guerrilla colombiana, tenía cosméticos en su cautiverio, o la insinuación de que una pareja gay podría violar a su propio hijo. Pero hay más ejemplos para este folletín. A saber, el senador radical Ernesto Sanz acusó, sin pruebas, a la Asignación Universal por Hijo de promover el juego clandestino y el narcotráfico. O la deteriorada al límite Elisa Carrió profetizando el apocalipsis ahora, pero nunca.
A su vez tengo la teoría, que parece ratificarse día a día, de que Mendoza atrasa. Como la Academia sueca y sus premios (dice el colega y amigo Alejandro Frías que Vargas Llosa llega al Nobel cuando anochece el talento que demostró, por ejemplo, en "Conversación en La Catedral").
Dos casos domésticos parecen darme la razón, lamentablemente. Esta semana comienza el primer juicio oral en nuestra ciudad, por delitos de lesa humanidad. Una de las últimas, si no la última de las ciudades, en ponerse al día en ese sentido. Tarde, muy tarde.
El otro episodio tiene como protagonistas a dos buenas personas. Alejandra Nahman y Néstor Piedrafita, ambos legisladores provinciales, acaban de comunicar públicamente su renuncia al ARI, el lánguido partido que dirige la devaluada pitonisa Carrió. Pues bien, también es tarde. También es una decisión que atrasa. Alejandra y Néstor (Tucho para los amigos) son políticos honrados, con iniciativas progresistas y probada sensibilidad social. ¿Recién ahora toman nota de los desvaríos irresponsables de su ex líder? ¿Esta decisión tardía no da lugar a que se sospeche alguna actitud oportunista, ahora que es tan evidente el verdadero perfil derecho de la agrupación a la que pertenecían hasta ayer? ¿Qué hacían junto a Patricia Bullrich y Alfonso Prat Gay o Enrique Olivera? Este parece ser un caso de "animalía" con alcance provincial que se inscribe, sin dificultad, en los de dimensión general.
En fin, que así andamos. De Forster y Giardinelli se nutre la nueva Argentina. De Carrió, Legrand y Grondona trata de zafar la ciudadanía de a pie.
Aclaración final, anticipando eventuales reproches de mis amigas y amigos defensores de los derechos de los animales. Ni Galileo, mi perro, ni tus gatos ni los canarios, los elefantes, los buitres, los terneros ni los reptiles, tienen la culpa.
Usted quiere decir "Animalada". Pues claro, es la nueva versión de civilización bárbara o barbarie civilizada
ResponderEliminar... pero Rudman, no estoy de acuerdo con la idea de "anomalía" que lanza Forster. En 2003 puede ser, pero no hoy en día.
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