Una de las máximas fundacionales y fundamentales del movimiento peronista, ésa que ha permitido su subsistencia como factor central del entramado social y el escenario político de nuestro país, es que "para un peronista no hay nadie mejor que otro peronista". Entonces, en mi flamante condición de jubilado en actividad y comunicador en el freezer, me dio por preguntarme si estos pequeños, mínimos ejemplos, nos ayudan, y me ayudan, a deshacer ciertos nudos fosilizados de las últimas décadas de historia patria. A saber:
¿Para Rodolfo Walsh no había nadie mejor que José López Rega?
¿Para Paco Urondo no había nadie mejor que Jorge Osinde?
¿Para Amalia Lacroze de Fortabat, que se declaró públicamente peronista, no hay nadie mejor que el delegado gremial, peronista también, de Loma Negra?
¿Para Carlos Ruckauf no había nadie mejor que los delegados desaparecidos de Mercedes Benz, con su complicidad?
¿Para Eduardo Luis Duhalde no hay nadie mejor que Eduardo Duhalde?
¿Para Horacio González no hay nadie mejor que los hermanitos Rodríguez Saá?
¿Para Cristina Fernández no hay nadie mejor que Chiche González de Duhalde?
¿Para Pino Solanas no hay nadie mejor que Carlos Reutemann?
¿Para Néstor Kirchner no hay nadie mejor que Carlos Menem?
¿Para Carlos Kunkel no hay nadie mejor que Aldo Rico?
En todos los casos, y en los que usted se permita agregar (mi lista, por supuesto, no es taxativa), la ecuación es reversible.
11-02-2010
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