Me citó a las 10, el tipo. Quería saber, dijo, cómo era mi programa radial.
Traté de explicarle. No fue fácil. Política cultural, reflexiones de género, realidad latinoamericana, comentarios bibliográficos, no son conceptos que el tipo maneje con fluidez. Es más, fluidez es un término que al tipo no le fluye.
Se me ocurrió, uno a veces tiene esas ocurrencias, contarle que, al programa, venía Osvaldo Bayer. Se puso medio de costado en su sillón ejecutivo, y me dijo, el tipo
- Me suena el nombre, pero...
Para tirarle un cabo y evitarle al tipo la pisada de la cáscara de banana, le dije
- La Patagonia Rebelde.
Como iluminado por un rayo celestial, soltó
- Ah, un actor.
Mi ojo izquierdo, el otro casi no funciona, comenzó a agrandarse
- No...
- Claro, no, el director de la película.
Superado el estupor, intenté resumir el curriculum de nuestro Osvaldo. No le dije, no mencioné la palabra libertario. Me pareció que embarraba la cancha.
Estuve tentado de hacerle el chiste fácil. Contarle, con detalles pseudocientíficos, que era el descubridor de la aspirina. Pero me dio pudor y cierto cosquilleo en la tetilla derecha que me da cuando siento algo parecido a la piedad. Sólo algo parecido, aunque no exactamente eso.
Es posible que, por escribir estas cosas, me quede sin laburo. Y tal vez me lo merezca. Pero nadie me podrá negar que he vivido una experiencia interesante.
El tipo se llama Fernando Castelli, y al momento del diálogo, era interventor provisorio, interino o algo así, de LV8 Radio Libertador de Mendoza. El tipo es -si, era- Coordinador de las Radios del Interior, de la Secretaría de Medios de la Nación.
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