Hoy, como todos los días, me voy a subir a un taxi. Por lo menos, a uno. Charlar con los tacheros es tarea insalubre casi siempre. No llevo estadísticas pero por algo me acuerdo con detalles de los choferes piolas. Son los menos. A ver, me anticipo al diálogo de hoy.
- Buen día, voy a la radio.
- ¿Usted es locutor?
- No, soy periodista.
- ¿Y acaso no es lo mismo?
Entonces, le explico. Estiro y estiro, calculando que ya hicimos un buen trecho y falta menos. Yo, desarmado de paciencia, tan temprano y lunes, para colmo. El tipo sigue.
- ¿Vió lo que dijo su colega de Mitre? (Aclaración: hasta acá llega el pulpo). Dijo que Cristina se cambió de pilchas siete veces el 25 de mayo.
- Es que si no, digo yo, imaginate el olor a chivo.
- Pero se gastaron 350 palos. Y yo no consigo un crédito para comprarme el ranchito. ¡Qué hijos de puta!
Sacando paciencia del tanque de reserva, trato de explicarle que, tal vez, su crédito esté perdido en los más de 4 mil millones de dólares que el país pierde anualmente, por no haber aprobado las retenciones móviles a la exportación de soja. El tipo me mira. Fijo, con un ojo. Con el otro, relojea el semáforo.
- ¿Y quién tiene la culpa, Cobos?
- No, le digo. Moreno.
- ¿Guillermo, el del INDEC?
- No, digo otra vez. Mariano, el de La Gazeta.
FELIZ DÍA COLEGAS (este deseo excluye mercenarios)
07-06-2010
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