En principio, una reivindicación semántica. Como la iniciativa anarco-subversiva, disolvente de la célula fundamental de la sociedad, instigadora de desórdenes imperdonables y otras caracterizaciones afines, nació por aquí, al oeste del sur, debería llamarse Sincola Nacional y no rateada, como lo instaló el monstruo mediático que supimos conseguir.
No sé si la juntada en una plaza pública, en un día y un horario en que se supone que deberían estar con la profe de Merceología, merece un aplauso. A medida que pasan los días, siento y pienso que si. No hicieron despelote, no rompieron nada, Le mandaron un mensaje no-negativo, diría Cletus, a un sistema educativo que es más pesado que seguir el itinerario político de Patricia Bullrich.
Cada época produce sus propias ridiculeces. La justicia mendocina le ha regalado unos cuantos ejemplares a Jauretche y su Manual de zonceras argentinas. Olga Impura y su vecindad territorial e ideológica con los dueños de la provincia. Otilio Romano y sus secuaces, rémora de oscuridades trágicas. El recién eyectado Luis Miret, que brillaba como profesor de Ética en Derecho de la UNCuyo. En realidad, ahora que releo, Jauretche escribría hoy el Manual de Ignominias argentinas, con estos personajes.
El capítulo de la zoncera lo ha escrito ahora el juez mendocino Dantiacq Nosecuanto, que le ordenó a Facebook no permitir que se abran sitios creados y conducidos por menores. Para llegar a juez se supone que tuvo que terminar la primaria, la secundaria y la Facultad (donde, con un poco de mala suerte, lo tuvo a Miret de profesor). Estoy tentado de citar a mi amigo Martín Caparrós. Si en sus años de estudiante el tipo no se hizo una sincola, o es un nabo o un mentiroso.
Pero mi sospecha mayor no va por ahí. Tal vez, Dantiacq Nosecuanto es un bicho raro y sarmientinamente, nunca faltó a clase sin la excusa de un resfrío. A esta altura estoy tentado de pensar que el tipo se llevo Lógica I y II previas.
Quien suscribe es un principiante informático, digamos que estoy cursando Kinder I en el tema. Aún así, le puedo encargar a mi nieto, que cumplirá 4 en breve, que me haga figurar como creador y director de un sitio que promueva la Sincola Latinoamericana, en solidaridad con las nacionalizaciones impulsadas por Evo. ¿Cómo haría Dantiacq Nosecuanto para darse cuenta que no soy yo sino el Manu, mi nieto?
En los barrios de Mendoza se dice de un tipo así, que es un uón. Vocablo fonético que hace referencia a quien tiene productos avícolas que le pesan mucho. En porteño, dícese boludo.
13-05-2010
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