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miércoles, 28 de febrero de 2018

Extranjeros

Noviembre de 2007. Estado de Zulia, Venezuela. Estamos cubriendo el Tercer Encuentro Internacional de Filosofía "Humanismo, Cristianismo y Revolución". La invitación llegó por la generosidad de Carmen Bohórquez, historiadora y querida compañera bolivariana. Su biografía de Miranda es de una maravillosa lectura. Allí conocimos a Gianni Vatimmo, Martín Almada, Marta Harnecker, Rafael Plá León, Franz Hinkelammert y tantas y tantos pensadores lúcidos y sensibles.
Nos llevan a conocer un Centro de Salud a una hora y media de Maracaibo. Zona rural, ruralísima, casi una ciénaga, con las casas sobre pilotes, población pobre y numerosa. Muy próxima a la frontera con Colombia. Llegamos. El edificio es una maravilla, equipado con lo último y mejor de la infraestructura sanitaria. Internación, Maternidad, Ecografía. En fin, completito e impoluto. Con un anexo para casos de rehabilitación motriz. Fracturados, esguinzados, con discapacidades varias tienen allí un bálsamo de recuperación similar a cualquier instituto del mal llamado primer mundo.
Nos atiende el director, médico cubano, secundado por 25 venezolanas y venezolanos. Se me ocurre preguntarle a qué hora debe venir un paciente para obtener un turno. Le digo que en mi provincia funciona así. Me responde que el Centro está abierto las 24 horas de los 365 días del año. La atención empieza cuando el enfermo llega. Y no termina cuando se va. El seguimiento (el service poscura, si se me permite el exabrupto comercial), así como la consulta, la medicación y el tratamiento es gratis. TODO, absolutamente gratis.
Entonces, le consulto, teniendo en cuenta la proximidad fronteriza (se puede llegar a pie desde el otro lado) ¿si viene una o un colombiano a hacerse tratar se lo recibe igual o tiene que hacer algún trámite especial o cumplir algún requisito o pagar? Con la tranquilidad que da la conciencia humanista el médico me dice, nos dice, que quien llega a pedir auxilio es un ser humano y no importa su nacionalidad ni cualquier otro atributo de cara, sexo, religión o condición social.
Lo recuerdo a raíz del infame proyecto del diputado mendocino Luis Petri (ario, rubio, de ojos celestes, radicaloide) para arancelar la atención médica para extranjeros no residentes en nuestro país.
Su asesor, Joseph Goebbels, debe estar feliz por el cachorro de nazi que perpetúa el horror.

Números vitales

Números vitales.

Tenía tres mil trescientos cincuenta y cuatro días de vida cuando se produjo el golpe de Estado que se llamó de manera perversa Revolución Libertadora. Fue, según los libros de historia, un dieciséis de setiembre de mil novecientos cincuenta y cinco.
Tenía veinticinco mil trescientos treinta y siete días de vida ajetreada, con una esposa, dos hijos, cuatro nietos, tres libros propios (cifra provisoria), amigos vivos y ya no, viajes, arrugas bien y mal ganadas, una biblioteca multicolor, la curiosidad intacta y otros galardones y vergüenzas acumuladas, cuando volvió la Libertadora, esta vez golpeando desde los medios, los tribunales y las urnas. Fue un nueve de diciembre de dos mil quince. Los números de mi vida.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Con pedido de aclaración

Fue el lunes 12 de febrero a las 2 de la mañana. Sonó el teléfono fijo en casa. Atendió Celia, semidormida, como corresponde, y allí comenzó el show. "Hijo de remil putas, tullido de mierda, te vamos a moler a palos" Y de postre agregó "Te la agarrás con una mujer, cabrón" y otras manifestaciones de cariño adyacentes.
La mención de una mujer como víctima de una presunta ofensa mía  me desconcertó y me tuvo dando vueltas en la cama hasta que el sueño le ganó a la pesadilla y me dormí.
Aclaró que el mensaje decía venir de un celular mendocino de la empresa Movistar y que, por lo intempestivo de la hora, no pudimos identificar. Tampoco la voz porque se trató de esos mensajes de textos que una máquina oraliza con garganta profunda de metal, robótica e impersonal.
Comencé el análisis de la situación cuando el sol pintaba las primeros desayunos. Es cierto, soy enamoradizo. Me conmueven las mujeres enamorables y juego con ellas, pero lo mío es sólo romántico, casi decimonónico, puro escarceo retórico e inocente. Tengo, tenemos, una vida de amor que lleva más de 44 años de respeto y sostén mutuos con Celia y ya se sabe que perro que ladra etcétera.
De modo que me pasé al ámbito público. Ustedes me conocen, tengo actividad profesional, cultural y política activas. Y, por supuesto, no oculto mis pareceres.
Hice un inventario. Me dije que, por ejemplo, Mirtha Legrand no podía ser porque no soy paleontólogo. Elisa Carrió tampoco porque no soy psiquiatra. Ni Graciela Ocaña, no se me da la entomología. Margarita Stolbizer ya fue, está en boxes.
Quedan en el podio sólo tres. A saber: Patricia Bullrich,la muy etílica Ministra de Seguridad. Gabriela Michetti, la motorizada visionaria del final del túnel y vicepresidenta de la Nación y María Eugenia Vidal, la tenebrosa muñequita de terror y gobernadora de Buenos Aires, la gran esperanza blanca del mediopelo argentino.
En distintas ocasiones he sido duro, durísimo con ellas. Y si es necesario lo seguiré siendo. Pero jamás por su condición de mujer sino por ser lo que son y por representar lo que representan. Caras visibles de un período histórico detestable, entreguista y corrupto de nuestra historia.
Así que, luego del análisis, necesito que quien fue autor o autora de la amenaza me vuelva a llamar y aclare. Pero, por favor, en un horario más convencional, sin tanta euforia desbocada y, si se anima, con su propia voz. En el caso hipotético de que mi ofensa sea demostrada pediré las disculpas pertinente y tasa tasa cada cual para su casa.

sábado, 3 de febrero de 2018

Los residuales

A poco de asumir, y mientras discutía salarios y demás condiciones laborales con trabajadoras y trabajadores de la Fiesta Nacional de la Vendimia, dijo que el problema principal del mundo artístico y cultural de la provincia era que había demasiado "kirchnerismo residual".
Diego Gareca, el responsable de Cultura del gobierno radical macrista de Mendoza, es el autor de la música y letra del exabrupto. El funcionario tiene una nutrida trayectoria en esos asuntos desde que se inició con Alfredo Cornejo, el actual gobernador, cuando éste era intendente de Godoy Cruz, el municipio en el que vivo desde finales de 1974. Tan nutrida como su surtido de remeras zapatistas, guevaristas y de cuanta revolución haya perfumado el planeta. Gareca hizo siempre de "policía bueno" al mismo tiempo que Don Coso ensayaba los primeros pininos de su alianza con lo más retrógrado del oligarcaje empresarial. Eso que el inefable Natanson llama "derecha democrática", "neoliberalismo popular" o algún oxímoron parecido.
La cuestión es que Don Diego está ahora mismito en Cuba, la gloriosa, para participar en la Feria Internacional del Libro que va del 1 al 11 de febrero. Lo acompaña su pequeño saltamontes, Alejandro "Canito" Frías, el responsable del área Letras del organismo estatal.
Pero había que elegir escritoras y escritores que nos representen. Y hete aquí que los agraciados son: la talentosa y querida Liliana Bodoc y el talentoso y querido Andrés Cáceres.
Paradojas de la impostura, ambos han manifestado de manera pública y explícita su repudio a las políticas de los gobiernos mafiosos y un apoyo a los doce años del período que Néstor y Cristina presidieron. Apoyo no partidario, pero sí ideológico. Es decir, para llevar la voz y la obra de nuestra literatura han tenido que ir a buscar al arcón del "kirchnerismo residual". Parece que del otro lado de la grieta nadie le llega ni a los talones a nuestros residuales. Y Gareca y Frías lo saben.
Abrigo la esperanza (digo abrigo y los 35° del verano local y la maldita sensación térmica se hacen un picnic con mis glándulas sudoríparas, pero sigamos) de que Liliana y Andrés, luego o antes de presentar sus magníficas obras, le cuenten al pueblo cubano que estamos bajo el aluvión del neoliberalismo financiero más brutal de nuestra historia, bajo el mandato de un gobierno que respalda a los que matan por la espalda, que encubre a los encubridores, que premia a los negacionistas, que asciende a los asesinos de Maldonado y protege a los de Nahuel, que esconde y ningunea a los responsables de la desaparición de 44 submarinistas y que, como si todo eso no alcanzara, les roba cien mil millones de pesos a jubilados, discapacitados y excombatientes de Malvinas para transferírselos a los sojeros, mineros , banqueros y demás predadores sociales.
Usted me dirá, y con razón, que han sido votados por dos veces ya. Raro asunto ese de la coprofagia colectiva. Ojalá tenga cura antes de que la infección se haga crónica.
En la patria de Martí, Mella, Fidel y el Che conocerán a nuestros "residuales", los que representan no al gobierno que los llevó sino a una larga y prolífica producción literaria que está sostenida en el amor a los humildes, al terruño y a las mujeres y hombres dignos de su historia.