"Hay que tratar de ayudar a la presidenta de la Nación. Con la muerte de Néstor Kirchner se pierde una vida y se pierde un hombre que trabajó fuertemente por la Argentina". Carlos Menem
"Con gran consternación he recibido la noticia de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner". Eduardo Duhalde
"Se hace necesaria una reflexión profunda, ponerle esperanza y acompañar a la presidenta. Le hago llegar mi solidaridad y pésame". Fernando de la Rúa
"Murió un gran presidente de la Nación". Julio Cobos
"Desde lo personal, trasmito a la presidenta, mis condolencias. Desde lo político, sepa que cuenta con nuestro compromiso con la democracia y con las instituciones". Mauricio Macri
"La pérdida de un liderazgo como el de él para un sistema democrático, siempre es lamentable". Eduardo Buzzi
"Entregó su vida por sus convicciones". Ricardo Alfonsín
II- Las caras
Nunca vi un velorio tan fervoroso, tan festivo y doliente al unísono. Tan desprolijo, tan incorrecto. Un velorio con el saco desabrochado, en fin, un velorio como era él.
Tampoco vi un velorio tan multicolor, tan multifacético. Tantas lágrimas fértiles, tantos dedos en ve, tanto puño cerrado y en alto. Es que los medios hegemónicos volvieron a caer en su propia trampa. Como les pasó con los festejos por el Bicentenario, en estos duros días de octubre, la multitud cacheteó la agenda. ¿Dónde estaban los millones de pibas y pibes que coparon Buenos Aires? ¿Dónde los millones del país profundo que vivaron al muerto y a su mujer? ¿Por qué TN, Clarín y La Nación no los tenían registrados?
Atrás quedan las miserabilidades de Blanck, quien destacó como característica identitaria de Kirchner que "siempre andaba con plata en el bolsillo". O el intento de chantaje, con clarísimos condimentos misóginos, de Fraga.
Tiene razón Feinmann, una vez más, cuando compara esta despedida de la juventud militante con la vivida a partir del 1 de julio de 1974, a la muerte de Perón. Aquella juventud, usada y expulsada por el Líder, mezclaba dolor y bronca. Ésta, la de hoy, reúne dolor, claro, y mucho, pero también fervor, agradecimiento y compromiso. Y también tiene razón: "Puta suerte, nuestro país".
Aquellas máscaras, quizás las más caras que haya comprado nuestra sociedad, deben estar nervioshas. Tanto se viene profetizando el fin de la era K, por los escribas del establishment, que no deben poder creerlo: el día del entierro de un lobo político, el campo nacional y popular está pariendo un bebé. Tomen nota, señoras y señores de la oposición berreta, perversa, mediocre y friboluda, nace el kirchnerismo. Si, todo parto duele.
Ah, la señora Carrió descansa en Córdoba.