personalized greetings

lunes, 29 de diciembre de 2014

El pino negro y otros fuegos

A Ana Vera, Rodrigo y Gabriel Páez,
in memoriam
"Aquí yace un pájaro.
 Una flor.
 Un violín"
 Juan Gelman


En vísperas de fin de año un grupo de niños de alrededor de diez años de edad quemaron el maravilloso pino centenario (o que quiero imaginar centenario) que presidía la plazoleta Belgrano, a metros de mi casa, en Godoy Cruz, Mendoza. El municipio ha remodelado no hace mucho el paseo (a veces tengo la impresión de que la gestión no hace otra cosa que embellecer plazas y organizar conciertos magníficos mientras sus habitantes humildes siguen esperando) y la plaza está llena de jóvenes y criaturas que la habitan durante las tardes y las noches de verano. En fin, que hoy está el pino en pie, pero negro "como la tumba donde yace mi amigo". Cosas de la pirotecnia, esa agresión perversa y primitiva enmascarada en un nombre mediático. Daño, puro y simple. Al ver el pino, mustio y calcinado, pero erguido sobre su propio dolor pude poner en palabras escritas lo que sigue. Recién entonces pude.
Ana fue un milagro de vida. Hija de Víctor Hugo Vera, desaparecido en Tucumán durante la dictadura genocida, vivió en prisión junto a Florencia, su madre, hasta que la abuela materna la rescató de las garras del horror. En esa casa le tocó presenciar el secuestro de su tía, también perdida en la noche de los tiempos malditos. Creció, con las trenzas negras al viento y sus ojos penetrantes y cantarinos. Así la conocimos y así creció también la amistad con Laura, nuestra hija mayor. Estudiaron juntas en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza, allí conocieron a sus compañeros de vida, Santiago y Leandro, respectivamente. Ana y Santiago tuvieron tres hijos, ella estudió Comunicación Social y trabajó solidariamente siempre. Adoptaron cuatro hermanitos, rescatados de una familia con riesgos vitales importantes y formaron un hogar luminoso, alegre y caótico. En esa casa mi nieto mayor, Manuel, fue un niño amado, feliz y libre.
La hago corta y, en lo posible, sin golpes bajos. En el amanecer del domingo 16 de noviembre pasado un cortocircuito incendió la inmensa casa de Ana y familia. Se pusieron a salvo casi todos. Ella intentó rescatar a uno de los chicos atrapado entre los fuegos y en la desesperación corrió otro con ella. Ninguno de los tres salió con vida. Punto.
Ana, su entrega total y final. Ana, la Patria y el Otro. Ana, igual a como vivió. Sí, una tragedia griega en pleno siglo XXI. Y, por favor, no me digan que se los llevó Dios. Prefiero no ofender a nadie.
Cada vez que leo o escucho el lema "Argentina, un país con buena gente" se me aparece el rostro de Ana, su humor inteligente, corrosivo y feliz (alguna vez, bromeando, dejó dicho que si moría la cremaran y sus cenizas fueran a parar al inodoro).
No les cuento la ola de solidaridad para con los que quedaron vivos, desnudos de todo, atónitos y derrumbados de dolor, ese abrazo extendido que inundó la provincia. Si me detengo en los detalles, las donaciones, los mensajes y los recitales a beneficio caería en esos golpes bajos que quiero evitar. Como en tantas otras ocasiones, como en las inundaciones de Santa Fe y La Plata, por ejemplo, ni el fuego ni el agua tienen la culpa. Recuerdo aquel texto maravilloso de Angélica Gorodischer cuando le desidia de la gestión Reutemann ahogó a los santafesinos. Pero también sé que nuestro querido Eduardo Galeano dice que somos fueguitos, que nos abrigamos y vamos creciendo juntos en sueños realizados. Y entonces me digo que sí, el fuego no tiene la culpa. Ni el que enmudeció la vida de Ana, a sus 40 años y la de los chicos en plena pubertad, ni la que pintó de negro el pino centenario de mi barrio.
Estoy leyendo "Historia de las ideas científicas", de Leonardo Moledo y Nicolás Olszevicki (Planeta, 2014), un libro voluminoso que me gusta saborear de a poco, como los buenos chocolates o un café con mis amigos. En él, Moledo, otro fallecido prematuro, escribe un poema que empieza así: "Primero vino el fuego, el árbol que ardía,/la floresta incendiada que aquellos hombres monos mirarían pasmados..."
El fuego, ese "aire enrarecido", el elemento de la curiosidad primordial, el que nos protege en los inviernos del cuerpo y del ánimo, el que nos viene alimentando, el cómplice de amistades y pasiones.
Estamos de pie, como el pino aquél y como los que quedamos sin la sonrisa de Ana. El fuego y los fueguitos seguimos bregando para que "se encuentren los amores y se espanten los espantos." Siempre.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Ficción real o viceversa

Hay personas que vienen al mundo predestinados. O marcados por la herencia que los padres insisten en dejarles. El nombre, por ejemplo. El protagonista del cuento que van a leer se llamó, por imposición jerárquica de progenitores, curas y demás elementos zoológicos, Francisco Mulgar. De abuelos húngaros y padres católicos, apostólicos y vaticanos, apenas ingresó a la escuela sus compañeros, malditos y traviesos, lo apodaron Paco. Paco Mulgar tuvo una infancia feliz, si se entiende por feliz disfrutar de los juegos convencionales de un niño de clase media urbana, miembro de una familia con aspiraciones de progreso. Figuritas, veranos en la playa, fútbol y rugby, flirteos tímidos con niñas audaces. Hubo un intento fallido de hacerlo sacerdote (no pasó de monaguillo en la misa de 11 del domingo) y, rápidamente, se decidió por la abogacía. Sin embargo, Paco Mulgar siguió devoto católico y, haciendo honor a su nombre y apellido, era y es hombre de comulgar seguido.
Ciertas incongruencias cósmicas lo pusieron al frente del gobierno provincial de Atrasalandia, comarca precordillerana, semidesértica y alfombrada de uvas y frutales.
Que en su hogar le ponga a su canario "Pío Pío XII", a su pastor alemán "Ratzinger", a su gata "Carmelita", que la piscina sea llenada únicamente con agua bendita, que él y su mujer se autoflagelen cada Semana Santa como los místicos filipinos o indonesios, que su personal doméstico deba llamarse Teresa (por la dama albanesa que administraba moritorios en Calcuta), que desayune y meriende sólo bolas de fraile y sacramentos, que esté convencido de que Bergoglio eligió mutar en Francisco como homenaje subliminal a su devoción desinteresada por la secta religiosa mayoritaria, que las paredes internas de su casa estén tapizadas de mártires medievales, son decisiones íntimas, raras, pero respetables.
Distinto asunto es cuando pide que mi canario, mi perro, mi gata, mi Pelopincho, mi desayuno, mi merienda, mi compañera y mis colaboradores se llamen y se comporten como es su costumbre. Y todo para que el monseñor del barrio no se ponga triste o enojado.
Hasta acá la ficción. Pobre, es verdad, pero honrada. Te invito a abrir la puerta de la realidad. Pobre, es verdad, y deshonrada.
El gobernador de mi provincia, el "compañero" Francisco Pérez, les ha pedido a los integrantes de la Comisión Bicameral que analizan el proyecto de Ley de Educación local que eliminen de su texto la palabra "laica". El argumento es peor que la solicitud. Se trata, sugiere, de no discriminar a los negocios privados pedagógicos con orientación religiosa. No hace mucho un grupo de empresas y empresarios mendocinos ("la aristocracia del barrio". O la aristograsa del barrio) hizo lobby en la misma dirección. La titular de la Bicameral, diputada Lorena Saponara (FPV), en entrevista para "El Candil" (Radio Nacional Mendoza) rechazó el pedido empresarial. Sin embargo, el gobernador hace las veces de portavoz de los grupos concentrados de la educación celestial. La Iglesia católica, secta mayoritaria en verdad, se resiste a vivir en el siglo XXI. Les costó aceptar que los hijos nacidos de una pareja no casada son hijos del amor, que dos personas pueden dejar de quererse y enamorarse de otra persona. Todavía creen que un ser humano homosexual está enfermo de eso. En fin, que parecen ser ciudadanos paradigmáticos de Atrasalandia.
El artículo 212 de la Constitución de Mendoza dice que "La educación será laica, gratuita y obligatoria". Es decir que el pedido de Pérez es un intento de contradecir la letra y el espíritu de la ley suprema de la provincia. Y todo por un apriete corporativo. También se argumenta que la inclusión de la palabra "le quita espiritualidad" al proceso educativo. Con ese concepto podemos decir que la palabra "gratuita" le quita rentabilidad y la palabra "obligatoria" coarta la libertad de no estudiar.
En nuestra patria la educación pública es laica desde el 8 de julio de 1882. Regresar a ese 7 de julio es más de lo que mi imaginación puede ver, pero todo es posible en esta sociedad en la que todavía se percibe un fuerte olor a incienso en los alrededores de las iglesias, cuando el domingo canta su canción de primavera y los niños sueñan que son mariposas que persiguen una pelota de trapo.

martes, 9 de diciembre de 2014

La cicatriz

"Yo quiero a mi bandera,
planchadita, planchadita, planchadita"
Luca Prodan


"Es así, señora. No sé adónde vamos a ir a parar. Les dan guita a los transexuales, les pagan un sueldo a los delincuentes, vacunan gratis a cualquiera por cualquier resfrío, promueven los embarazos adolescentes por unos pesos, en este país va a la universidad hasta un vago de la villa. Y ahora, lo último que faltaba, estuvieron ahí de permitir que un alumno repetidor sea abanderado en la escuela del Cacho. Por suerte, la Rosa, la Violeta, la Margarita y esta servidora le pedimos, le exigimos, a las autoridades pertinentes que no sean impertinentes y deroguen esa barbaridad. Estamos hartas, nosotras que somos las flores más perfumadas del jardín del barrio, de que nivelen para abajo", me dice la señora Lila, mientras repasa la vereda con el lampazo por octava vez.
La indignación de estas abanderadas del ombligo ancestral surgió, esta vez, por una resolución de la Dirección General de Escuelas de Mendoza que abría la posibilidad de que un alumno repetidor pudiese llegar a ser abanderado del colegio. ¡Para qué! Se sacudió el árbol del sentido común y cayeron cientos, miles, millones de lugares también comunes para alfombrar el piso de la chatura mental y moral de esa clase media con ruleros y cabezas con forma de pelota de rugby.
Uno, ingenuo hasta la boludez, supone que una decisión así (la educativa, digo) no surge por el capricho o la alucinación de un funcionario o funcionaria después de una noche de amor apasionado y como agradecimiento a la vida que le ha dado tanto. Una resolución así se propone, se analiza en equipo, se estudia, precisamente, se discute, se aprueba y recién entonces se difunde. No supe ni imaginé jamás que, por ejemplo, la Asignación Universal por Hijo haya sido motorizada por un ataque de inspiración celestial. Pues bien, poner en práctica lo decidido por la DGE implicaba un paso inclusivo más, en sintonía con los aires de la década. Lo escribo en pretérito porque, otra vez, ganó Doña Rosa en nuestra bienamada patria chica. El gobernador puso el grito en el cielo, recordó su paso por las aulas del Liceo Militar "General Espejo" y retrotrajo la situación a los cauces conservadores de siempre. No hay caso o, mejor aún, hay casos en que los dedos en V, la Marcha y "combatiendo al capital" son una foto. Sólo eso.
O sea, el chico que repitió un grado será repetidor para siempre. Llevará la etiqueta de burro, mal alumno, desacatado y oloroso para siempre. Es la misma lógica ilógica que se aplica a quien ha delinquido. Delincuente for ever. Para la lacra pequeñoburguesa que supimos conseguir está prohibido superarse, dejar atrás cualquier traspié que un ser humano haya dado en la vida. Me recuerda las palabras de aquel milico del golpe de Estado de setiembre de 1955 (hay historiadores que se empeñan en seguir llamándolo Revolución Libertadora) ante algunos dirigentes de la CGT que habían ido con la pelela puesta de sombrero a negociar con los fusiladores: "Esta revolución se hizo para que el hijo del albañil siga siendo albañil", o algo así les dijo. Y ese mandamiento cultural ha quedado impregnado en muchos sectores de nuestra impoluta clase media. Porque el rechazo al repetidor o al exdelincuente es más una cuestión de clase que de clases en el aula o de clases de afano. Me pregunto cuántos de los titulares de las 4040 cuentas de argentinos en el Banco HSBC suizo habrán repetido algún año en la primaria, en la secundaria o en la universidad. O más interesante todavía, ¿cuántos han sido abanderados, para terminar convirtiéndose en estos "patriotas" según el código moral "me miro el ombligo y los demás me importan medio carajo"? Ah, pero ellos y ellas serán siempre bienvenidos y aplaudidas cuando desfilen con la escarapela en el pecho cada 25 de mayo o 9 de julio.
Mis amigas y amigos médicos me explicaron que el ombligo es una "cicatriz redondeada y arrugada que se forma en medio del vientre tras cortar y secarse el cordón umbilical". Sólo eso y nada más. Aunque muchos lo usen de estandarte ético y les marque el camino estrecho y finito de su existir. Con esa cicatriz votan, compran y venden, hacen y deshacen el amor, soplan las velitas, viajan y regresan, compran dólares y electrodomésticos, con el ombligo escriben, pintan y bailan, viven admirándolo frente al espejo hasta lo masturbatorio. En fin, que esa cicatriz es el alfa y omega, el GPS de su moral.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Flora y fauna

"Creer o reventar. Pues entonces, reventar"
Isidoro Blaisten


Las siguientes empresas e instituciones proponen que se elimine la palabra "laica" del proyecto de Ley de Educación de la Provincia de Mendoza, República Argentina, en el año 2014 de vuestro señor Jesucristo: Unión de Entidades Empresarias de Mendoza (UEM), Consejo Empresario Mendocino (CEM), Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM), Asociación de Empresarios del Carril Rodríguez Peña (ADERPE), Nuestra Mendoza, Fundación Crescere, CONIN, Instituto para la Transformación del Estado y la Sociedad (ITES), Federación Argentina de Bachilleratos Humanistas Modernos (FABHUM), Observatorio de la Convivencia Escolar de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), Fundación Mente Sana y Red Mendocina Familia y Vida. Juntas dicen formar la Mesa de Encuentro por la Educación de Mendoza.
O sea, "la aristocracia del barrio".
Tía Flora, te cuento algo que, estoy casi seguro, ya sabés. Entonces para qué te lo cuento, dirás vos. Es que yo sé, te conozco bien, que charlás mucho con las vecinas y cuando vas a la peluquería también y sé que lo vas a comentar con ellas (A propósito, tía Flora, ¿podés explicarme por qué en las peluquerías, en los aviones y en las salas de espera de los consultorios se leen las revistas de atrás para adelante?).
El 8 de julio de 1884, hace 130 años, se sancionó y promulgó una ley de educación laica, pública y obligatoria. Lleva el número 1420 y es esa sólida piedra fundamental de uno de los orgullos argentinos desde entonces. Gobernaba el genocida y latifundista Julio A. Roca y el país se preparaba para recibir la ola inmigratoria que hoy nos constituye.
Tía Flora, vos lo vas a explicar mejor, más sencillo, y confío en que no caerás en la discriminación tan en boga en estos tiempos. Sobre todo entre las señoras de la peluquería, casi todas con apellido italiano o español o, inclusive, alguna judía con raíces en el Este europeo. Y ahora, mujeres paraguayas, chilenas, peruanas y bolivianas.
Pero no es una cuestión de flora. Es, más bien, de fauna. Cuando pasen muchos años los antropólogos, arqueólogos y coleccionistas de antigüedades buscarán pruebas que den testimonio del tiempo ido. Y se encontrarán, supongo tía Flora, con este documento que pide retroceder más de 130 años y sólo para defender un negocio bastardo, el del intercambio de conocimientos y valores por dinero.
Llegarán a la conclusión, reunidos en algún congreso multitudinario y fastuoso, que hubo ciertos ejemplares bípedos de nuestra fauna más o menos autóctona que tenían el cuello doblado 180 grados, postura que los llevaba a mirar hacia atrás, muy atrás. No sabrán explicar el por qué de esta anomalía animal, pero sospecharán que esa visión les confundía la vida, al extremo de encontrar vestigios de sus osamentas cubiertas por mantos negros con una H gigante en el pecho y una cruz más grande todavía en la espalda. El bisnieto de uno de ellos, consultado por los expertos, dirá que se duda acerca del significado de la H. Podría tratarse de un juramento textil de fidelidad hacia la "Hostia" o, dicen algunos humoristas amigos de él, la primera letra de la palabra "Hipocresía" con que habrían sido identificados estos seres antediluvianos de comienzos del siglo XXI..
Vos, tía Flora, seguí con lo tuyo. Las flores, tus jazmines, el strudel, la caminata diaria con las vecinas, la jubilación digna, los sobrinos y los libros.
De ellos, de la fauna cavernícola, se ocupa la Señora Historia, como bien dice mi amigo Eduardo.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Atrasos

Fue el viernes 31 de octubre al mediodía. En el noticiero de Canal 9 de Mendoza se transmitía una buena noticia, de esas que no abundan en la agenda televisiva nacional y provincial. Dejaron por un momento la crónica roja nuestra de cada día y le informaban a los televidentes, nos informaban, que los internos de la Penitenciaría provincial trabajaban en la restauración de "La Cuyanita", mítica e identitaria embarcación que circulaba, desde que este escriba era un pequeñín, las aguas del Lago del Parque San Martín, esa maravilla imaginada por el célebre Carlos Thays en 1896, para regocijo de turistas y residentes.
Hasta allí casi todo bien. Sólo me queda la duda acerca del salario que perciben los internos. Si son considerados como trabajadores o como presos. Es decir, no sé si el laburo que hacen es terapia ocupacional y entonces la plusvalía es justificación del Estado para mantenerlos hacinados o se los retribuye como a los trabajadores extramuros. No sé, pero no se vayan que ahora viene lo peor.
En el zócalo de la pantalla vimos, con estupor y frío vital: "El trabajo los hace libres" que, como cualquier periodista más o menos avisado sabe (o debería saber) remite a los campos de concentración nazis. Allí, en sus portones de acceso, los cachorros de Hitler exhibían su peor versión de la injuria. "Arbeit macht frei" leían los prisioneros judíos, comunistas, judíos no comunistas, comunistas no judíos, homosexuales comunistas, comunistas no homosexuales y los parientes y amigos de cada uno o una. También gitanos, socialistas, anarquistas y cristianos no nazis, por las dudas.
Que a esta altura del siglo XXI un zocalero, un jefe de noticias o el empleado de maestranza de un canal privado de una provincia en la que se está desarrollando el cuarto juicio por delitos de lesa humanidad no sepan del Holocausto es, por lo menos, preocupante. Y más aún si lo saben. Entonces quiere decir que, en serio, creen que el trabajo forzado, hasta el exterminio, liberaba a los prisioneros de los "läger". Empezó en Dachau y fue el responsable del campo, Theodor Eicke, el poseedor del triste mérito de inaugurar el frontispicio del horror que luego engalanaría Auschwitz, Sobibor, Birkenau, Arbeitsdorf, Breendonk, Breitenau, Buchenwald, Flossenbürg, Gross-Rosen, Kaufering/Landsberg, Klooga, Lwów, Mauthausen, Mittelbau, Natzweller, Neuengamme, Niederhagen, Plaszów, Ravensbrück, Riga, Sachsenhausen, Stutthof, Lager Sylt, Theresienstadt y Varsovia, enumerados así, por orden alfabético, para que se sepa de lo macabro, pero también de mis obsesiones por los detalles. Muchos de esos nombres son, o deberían ser, conocidos. Otros han quedado a la sombra de la historia, pero bien vale saber que por allí también anduvo la máquina del exterminio del capitalismo llevado a su más cruel expresión.
Se enojan y me insultan (nunca cara a cara, siempre por mensajes de texto o por teléfono) cuando digo que Mendoza atrasa. Pero debo reconocer que no es una característica exclusiva de mi querido terruño.
Cuando leo y veo que el Vaticano deplora la decisión de Brittany Maynard, la joven de 29 años, de terminar voluntariamente con su vida para evitar los padecimientos de un cáncer terminal e irreversible.
Cuando veo y leo que el volcánico Daniel Sabsay, Licenciado en Derecho y en Derecha, es designado asesor de la DAIA (algo así como el sheriff de la comunidad), la institución judía de derecha.
Cuando veo y leo que todavía en esta patria no se legaliza el aborto (¿Hace falta volver a decir que ninguna ley obligará a una mujer a abortar y que no se conoce caso alguno de mujeres que se hayan sometido a una interrupción voluntaria de embarazo con alegría y regocijo? Sí, parece que si hace falta).
Entonces comprendo que el atraso no es patrimonio exclusivo de la sociedad de estos medanales huarpes. Y que, en todo caso, si me duele el atraso de mi Mendoza es porque la amo y me gustaría verla y sentirla más solidaria y progresista, menos retrógrada e ignorante.
Cuando veo y leo tanta "mentira organizada", me da por pensar que volver a ver a "La Cuyanita" surcar las aguas de nuestro lago, no es atraso, precisamente. Es apenas el rescate de una buena costumbre de los tiempos de mi infancia.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Píldoras

(Especial para "La Tecl@ Eñe)
A Rodolfo Braceli


No entiendo por qué tanto asombro. El líder de la CGT opositora, el despechado excamionero Hugo Moyano, vaticinó que el gobierno que surja de las elecciones generales de octubre de 2015 deberá recurrir a fuertes medidas de ajuste económico y social. Y que, en ese caso, la central síndicoempresarial que él conduce, acompañará esa política.
Digo, me parece, que no entiendo la sorpresa. Moyano es, se viste, piensa, come, se traslada, juega al fútbol, se lava los dientes, sonríe, negocia, especula, ve televisión, actúa en televisión, en fin, vive como un empresario cuya mercadería es la plusvalía de los trabajadores que simula representar. Ergo, no puede pensar de otra manera. Su ilógica lógica es la del ajuste y la única novedad es que ahora lo verbalice, lo explicite.

En la puerta del cementerio de San Isidro, en la provincia de Buenos Aires, el símil gremial de Moyano, el metalúrgico Antonio Caló, máximo dirigente de la CGT  dizque oficialista, atendió a la prensa luego del entierro de otro Antonio, Cafiero, mítico militante y exfuncionario peronista, que dejó la zona de la vida terrenal a los 92 pirulos, intensamente trajinados.
Caló utilizó varias veces la palabra "compañero" ante el enjambre de micrófonos y cámaras que le pedían honras fúnebres para el finado. En primer lugar, la condecoración fue para el protagonista de la necrológica, pero le otorgó también el galardón a Lorenzo Miguel, prototipo de caudillo sindical de su gremio, el de los metales, admirador confeso de Benito Mussolini, mañoso y pertinaz ejemplo de la deformación desclasada de propietario de uno de los sindicatos más poderosos surgidos al amparo del proceso de industrialización del primer peronismo.
Lo que sí me atragantó el arroz con pollo que disfrutaba en el almuerzo, fue que Caló agregó a la categoría de compañero a Carlos Menem. Así como lo lee, compañero o compañera. Hizo alusión a aquella interna que enfrentó al flamante óbito con el riojano horroroso, de cara a las presidenciales para suceder a Raúl Alfonsín. ¿Hace falta que enumere, a esta altura del ARSAT-1, la tremenda lista de iniciativas  con que el "compañero" Menem y sus secuaces doblegaron a los trabajadores argentinos, a su clase media, a la educación, la salud y la cultura en nombre del presumido ingreso al Primer Mundo? Creo que no. Por eso, me caló hondo el gesto, quizás inconsciente, de Caló.

"El desgobierno ha conducido a la Argentina a la caída libre". El autor de esta frase lapidaria es, nada más y nada menos, que el insigne Mario Vargas Llosa. Marqués de Nosedonde, premio Nobel de Literatura, frustrado presidente de Perú, militante neoliberal y novelista vip. El tipo regurgita estos ditirambos con una frecuencia que, para algunos, es muy útil y para otros, divertida, por decir algo.
Propongo, dada la importancia del emisor, que recordemos que los auténticos logros del escriba los recibió por su apego, trabajo y perfeccionamiento en el mundo de la ficción. Entonces, si ahora asimilamos y leemos sus dichos en esa clave, podremos desayunar tranquilos, con la sonrisa que acompaña cada sutileza de esas vacas sagradas de la literatura y el arte. Y así conservar algo del respeto y la admiración que nos produjeron, en su momento, las lecturas de "La casa verde", "Conversación en La Catedral",  "La fiesta del Chivo" y "El paraíso en la otra esquina".
Vargas, Varguitas como le decían en sus comienzos, suele preferir la fricción política a la ficción creativa. Le agrega una erre, de reaccionario. O sea, tomarlo como lo que es: identidad ideológica o divertimento novelístico.

El asunto es telefónico, parece. Ya me llamaron Julián Domínguez, Mauricio Macri y Sergio Massa. En realidad, sus voces, grabadas en un tiempo detenido en el tiempo, con un mensaje único en cada caso. Y a mí, vetusto aficionado a la dialéctica, al diálogo chispeante y espontáneo, me deja un gusto metálico en la boca no poder responderles con alguna sugerencia, una crítica mordaz o un elogio medido y humilde. Por eso me surge la respuesta, a veces salvaje e irreproducible. Para completar la falta de puntería, el señor diputado de los dientes impolutos, mandamás del municipio felino y conchetizado por los narcos, se le ocurrió importunarme en el preciso momento en que Teo Gutiérrez sellaba una nueva victoria de mi amado River Plate. Aproveché los festejos, más la efeméride del Día de la Madre y lo mandé derechito a que se reúna con la que lo parió. Pero no a modo de insulto, créame, sino como un deseo irrefrenable y recóndito.
Es que me crié en la época de mitines en la calle, en las esquinas de una Mendoza fervorosa y militante, viendo, escuchando y aprendiendo con Benito Marianetti y Ángel Bustelo, colosos de la oratoria popular, flameando verdades desde la tarima en tiempos de clandestinidad y peligro vital. Algo de esa mística han recuperado los jóvenes que llenan estadios y ganan espacios públicos, a partir de los festejos del Bicentenario, la despedida a Néstor y el hombro solidario ante ciertas catástrofes naturales.
Para colmo, o tal vez sin colmo, el mensaje despersonalizado de los dirigentes de hoy no dice nada, pura retórica, espuma de una cerveza livianita y publicitaria. Salvo Domínguez y su promesa de continuar apostando a la inclusión y el fortalecimiento del Estado, pero poco más que eso en los escasos segundos que van desde el saludo inicial hasta el "tu-tu-tu" de cierre..

La Policía de Mendoza, mata. En lugar de cuidarnos, mata. Y mata jóvenes, con una preferencia perversa, con la inmunda complicidad de funcionarios judiciales y políticos de distinta época, distinto rango e igual malformación moral. Siempre, desde siempre, son "casos aislados" dicen, ataques de locura homicida de individuos munidos de armas de fuego. Así justifica cada magistrado, cada jefe de la fuerza, cada ministro del área cuando se los enfrenta con la realidad de cadáveres púberes. Y claro, con otro signo distintivo que los hermana: son pobres. La lista de apellidos fúnebres amenaza con convertirse en interminable. Guardati, Bordón, Castañeda, Garrido, Baigorria, Gómez Yárdez, Neme, Ross, Aráoz, González, Gómez, Romagnoli, Cardulo, Zambrano, Rodríguez, Morán, Chandía, Díaz, Carrasco, Basualdo. Nómina incompleta que arranca en setiembre de 1989 y amenaza con  no terminar. Son los Luciano Arruga del país profundo, las víctimas de un método que es rémora calcificada de noches y días dictatoriales. Son forúnculos sociales que sólo con decisión política coherente podremos empezar a extirpar.

Mientras, parece que "El mundo se detuvo en Ébola", si se me permite la paráfrasis, y los yanquis envían milicos al África una vez más, y los cubanos médicos, una vez más, y algún laboratorio ya siente el aroma inconfundible de sus dividendos dolosos. Escribo de pie, como desde mis primeros años, como siempre.
Como nunca, desde hace una década.

lunes, 27 de octubre de 2014

Viene volando

"Junto a bodegas donde el vino crece
con tibias manos turbias, en silencio,
con lentas manos de madera roja,
vienes volando"
Pablo Neruda


Hay médicos que no cursaron la materia Ingenio I. La mayoría, me temo. Por eso redactan los certificados mortuorios casi como un hecho burocrático. Paro cardiorrespiratorio escriben. ¡Qué vivos! (ya sé, es un chiste malo), si cuando alguien se va para los campos no elíseos el corazón se detiene y la respiración también. Nadie sabe de qué se muere el que se muere, porque la soledad es la única compañía segura para esos menesteres. Lo comenté con vos, Emilio, en varios cafés y vinos compartidos (los tuyos invariablemente tintos, los míos, blancos y muy poco). Hasta tratamos de imaginarnos cómo habría sido el instante fronterizo del Negro Fontanarrosa. Al divino botón. Y ahora yo me desespero por preguntarte, pero sé que no hay mejor respuesta que la experiencia propia y no tengo ningún apuro. Más bien al contrario. Me quedan, nos quedan, Emilio, muchos sábados a la sombra del sol de los amigos, muchos cumpleaños por recordarte cada 3 de julio, tantas cosas por festejar, tanta belleza femenina por suspirar que ni borrachos vamos a dejar que la Parca nos visite.
Sin ir más lejos, ayer a la noche estuve a punto de llamarte para compartir la alegría por Dilma, por Brasil y Uruguay, por todos los pobres de nuestra matria grande. Y empezaste a faltarnos. Es que aunque el expediente fúnebre cumpla su función nadie va a confesar que te fuiste en alcohol y tabaco porque así lo decidiste. Desde tu abdomen cervecero y tus bigotes pintados de nicotina, tu carcajada corta y aguardentosa, como los cuentos y relatos que, generosamente, nos regalaste a semanazo limpio.
Ya se ha escrito acerca del viaje tuyo, Emilio. Y está bien, cada fibra humana que tocó tu literatura tiene algo que decir y decirte. Aunque vos ya seas ceniza guardada. Pues me cago en la originalidad, esa seductora señora siempre vestida (o desvestida) para impresionar. No quiero ser original, no esta vez, no con vos que me tenés rejunado para estas lides de las letras.
Tus amigos seguiremos esperándote en el café. O esperando el mensaje que diga: "Me quedé escribiendo hasta tarde, no voy. Pórtense mal".
En fin, Emilio. Ahora me pregunto quién va a corregir mis textos, quién va a contarme tus fabulosos levantes, tus coitos espectrales con minas resucitadas, tus viajes a Villa Las Luces, las inundaciones en estos parajes de sequía infinita, tus incendios purificadores, tus proyectos infantiles con Laura y las malditas efemérides vendimiales, las que se llevaron a Silvia.
Me consuelo con Neruda, con la poética mentira de que vendrás volando, cigarrillo en mano, sólo y solitario. Y el consuelo entonces también se me hace ceniza.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Tulio, el hostil

A Felipe Pigna, el historiador. Mi amigo.


Estuve tentado, pero no, no voy a comenzar este textículo como se acostumbra cada vez que uno tiene guardado un buen número de epítetos y ofensas. Para esos casos la máscara funciona así: "Con todo respeto..." y de inmediato viene la catarata de insultos y un surtido de adjetivos peyorativos. Le acaba de suceder a Fernando "Pino" Solanas respecto de Cristina. Después del cliché, le dice "impostora, ignorante o hipócrita". Pero "con todo respeto". Ese sentimiento profundo e intenso de repulsa hacia alguien que provoca el deseo de producirle un daño o de que le ocurra alguna desgracia, el odio, los hace irse al pasto.
Aunque existen casos más sutiles, sofisticados y hasta con un aura de nivel académico. Es el caso del artículo de tapa de la revista "Noticias", de la Editorial Perfil, del 4 de octubre pasado. "Manuel Belgrano: el héroe que no fue" es el título de la nota, impreso sobre la imagen del prócer y con un lacre ostentoso en su lado derecho. Además, en tipografía menor, resume los piropos: lo trata de "incompetente, fantasioso, egocéntrico y sin sentido común". Como si se tratara del chico de los mandados del Señor Director de la casa editorial, don Jorge de la Fuente Vieja. Sobre el final de la presentación se deschava que Belgrano es el preferido de CFK, así dice. Ergo, si éste impresentable es la debilidad de la Morocha se deduce que la mina tiene en su álbum a la galería de los peores y eso explicaría cómo es ella.
Que a esta altura del milenio que recorremos uno tenga que salir a bancar a don Manuel es más raro que encontrar una palmera caribeña en Ischigualasto, pero parece que los caminos de la batalla cultural son inescrutables. Habrá que recordar, siguiendo las enseñanzas de Felipe Pigna, que Belgrano fue el más fervoroso impulsor de una política de fomento a la industria dentro de los artífices de Mayo de 1810, de una verdadera Reforma Agraria basada en la expropiación de las tierras baldías e improductivas a favor de los desposeídos, de la creación de escuelas de náutica y matemática, un fervoroso defensor de una más justa distribución de la riqueza y un ser humano de una contagiosa humildad y generosidad. Basta el ejemplo de los 40.000 pesos oro de recompensa por su tarea al frente del Ejército del Norte que donara para la construcción de escuelas. Al día de hoy sería el equivalente a unos 120 millones de pesos, pero el destino de su donación recién se vino a cumplir en la década de los 90 del siglo pasado. Humilde sí, pero también subversivo y rebelde. Cualquiera de nuestros escolares sabe quién fue el creador de la bandera nacional, pero no se termina de enseñar que ese acto fue un gesto de rebeldía ante la pusilánime actitud política de los señores del puerto. Todo el territorio nacional está lleno de calles, plazas, pueblos, puentes, montes, lagos y lagunas, almacenes y tintorerías, bares y comederos, edificios y esquinas que llevan su nombre, la mayoría haciendo alusión a su rol de General, otra de las facetas de generoso patriotismo de quien siendo un intelectual de fuste puso al servicio de nuestra libertad sus magras dotes de soldado, pero su firme vocación de patriota. Allí están sus derrotas, Vilcapugio (1/10/1813) y Ayohuma (14/11/1813), pero sobre todo Salta (20/2/1813) y Tucumán (24 y 25/9/1812) para cerrar la frontera norte al avance realista.
Lo sorprendente, o no, es que el artículo mencionado lleva la firma de Tulio Halperín Donghi, uno de los catedráticos más renombrados del país y que, para la ocasión, pone en juego su prestigio y los más de 23 libros publicados, desde aquel de 1951, "El pensamiento de Echeverría" hasta "La República imposible 1930-1945", de 2004. O el más reciente, "Testimonio de un observador participante" (Prometeo, 2014).
Su nombre, Tulio, me hizo cosquillas en la memoria. Fui al disco rígido de mi cerebro y apareció el tercer Rey de Roma, Tulio Hostilio, un señor particularmente belicoso, dicen los libros de Historia, ellos que no muerden. No sé si de ahí deriva el término hostil o es al revés, que al tipo le pusieron Hostilio porque era pendenciero, pero seguí hurgando en su biografía. En la de nuestro historiador, digo. Y leo que nació un 27 de octubre de 1926. La cuestión es que don Halperín y doña Donghi le pusieron Tulio al cachorro y así quedó marcado para las páginas de las celebridades académicas. Entonces traté de imaginar cómo habrá festejado su cumpleaños número 84. Mientras él y sus seres queridos descorchaban un espumante de alta gama para brindar por la vida, la obra, la lucidez y la buena salud del profesor universitario, el pueblo argentino comenzaba a transitar uno de los momentos más tristes y, a la vez, militantes de la época. Moría Néstor y la calle se llenaba de llanto y compromiso.
Las tapas de la revista Noticias ya son un clásico del periodismo berreta e irrespetuoso. "La reina está desnuda", "El goce de Cristina", las referencias a una supuesta enfermedad psiquiátrica de la presidenta, el burdo ataque a Víctor Hugo Morales, las burlas a Máximo Kirchner y tantas más pueden formar parte de un muestrario de groserías periodísticas de estudio. Que un anciano a punto de cumplir 88 años, cargado de laureles y oropeles, rife su prestigio por el odio de clases de un conglomerado comunicacional puede indicar dos cosas, al menos. O participa a conciencia del combate ideológico, a favor del pensamiento reaccionario de la publicación. O está gagá y lo utilizan a mansalva.
En todo caso, el tiro por elevación y la hostilidad, son evidentes.Así que ya saben chicos, Belgrano es malo y no le hagan caso a Felipe Pigna y, mucho menos, a la presidenta. Ellos también son muy malos.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

El señor Klon

Es la panadería de un barrio coqueto. Casas con jardín delantero, enanitos de yeso que adornan esos verdes, mucamas y custodios de uniforme. Los dueños de las propiedades del barrio coqueto aspiran a que se las considere suntuosas. Aspiran, varios y varias aspiran, pero no importa.
La panadería del señor Klon tiene algunas características que desentonan con el ambiente. Sus productos no responden a los nombres tradicionales de los comercios del ramo en la ciudad. Así, las medialunas se llaman "Arafat" y las hay de manteca, pero las otras son de Gaza y cada vez que el maestro panadero saca una tanda del horno Klon se larga a llorar con lágrimas tristes, no hay masas secas y masas finas, hay masas populares, la variedad de nombres que identifican a los bombones es llamativa. Uno, con licores picantes en su relleno, se llama "Molotov" y tiene una mecha de hojaldre, seca o mojada, según lo prefiera el consumidor. El de chocolate negro, "Malcolm X". El de chocolate blanco, "Karl Marx", con nombre y apellido. Cada vez que alguien pide, dice "Dame un Molotov" o "Me llevo media docena de Marx", el clima se puede cortar con un cuchillo. Y así.
Las señoras de la coqueta avenida tienen la costumbre de ir ellas a la panadería. Les encanta sufrir. Dejan a las empleadas (se han propuesto subirlas de categoría y las denominan cosmetólogas de piso. Una paquetería) a cargo de la limpieza de sus hogares (los de las señoras) y se reúnen a comentar las ocurrencias del señor Klon. Se las nota muy nerviosas. Es que la torta más importante de la panadería se llama "17 de octubre" y se venden tortitas, pero de a 115 como mínimo y las entregan envueltas en un pañuelo blanco, siempre.
Los señores llegan al atardecer y se sientan a dialogar en el Club House que, paradójicamente, mira al frente del local del señor Klon. Uno de ellos, gerente de la sucursal de una multinacional financiera, tiene pasión por los sacramentos. Por los de panadería, claro. Ocurre que están en exposición bajo un cartelito primoroso que dice "Voltaire". Su vecino prefiere las rosquillas, que en este negocio responden al curioso nombre de "Bukowski". Los paterfamilias de nuestra historia no entienden por qué les crece la angustia a medida que van consumiendo las exquisiteces que ofrecen el señor Klon y sus compañeros. Pese a que riegan las colaciones vespertinas con cognac importado y whisky, al que el muy pícaro de Klon le ha cambiado la etiqueta de nombre sajón por "González Tuñón", sufren de ataques de ira y confusión, creen ver hordas de niños con computadoras y morochos viajando hacia las playas. Cuando, al final de la jornada, regresan a la seguridad de sus alfombras y paredes tapizadas, entre sábanas perfumadas y espejos implacables, siguen intentando comprender qué hace el señor Klon para ponerlos así. Justo a ellos que necesitan paz y armonía para poder cerrar esa transacción con las Islas Caimán o remarcar la mercadería a despachar mañana.
Nunca lo van a entender porque el señor Klon hace pan.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Mis superhéroes

Es el segundo de los tres hijos de mi hijo. El mayor de los varones. Juan tiene tres años y medio y una inteligencia y dulzura que nos provoca mucho orgullo y ternura. Luciano, mi hijo y su padre, llega del trabajo y Juan le pide jugar a los superhéroes.
-Bueno, dale. ¿Vos quién sos?
- Yo soy Spiderman, dice Juan.
- Yo soy Thor. Empezá vos, hijo.
Luego de una pausa chiquita como su sonrisa, Juan dice
- Te amo.
El padre, sorprendido y conmovido, le contesta
- Yo también te amo.
Spiderman y Thor se retiraron a sus aposentos (el baúl de los juguetes), abrumados por la escena. Y yo, con los ojos humedecidos por la lluvia imaginaria de la vida, se los cuento para que sepan que vivo en un país con buena gente. Sin superhéroes de juguete.

viernes, 22 de agosto de 2014

Un exabrupto del inconsciente

Desde hace un tiempo, corto, ciertas cosas que deberían producirme bronca, mal humor y acidez estomacal me causan gracia. Debe ser la edad, me dijo un amigo más viejo que yo. Si él lo dice. Veamos algunos ejemplos y ustedes piensen lo que quieran. Como siempre, como debe ser.
Un grupo de digerentes gremiales (ante el escribano público Don Otario Proctocólogo doy fe de que no hay error de tipeo) declara un paro nacional en la Argentina desde Bulgaria. Una vulgaridad, me comenta Emilio, tan filósofo filoso. Sí, pero una vulgaridad búlgara es una paquetería globalizada, le contesto. El paro ya tiene fecha, pero no importa, su anuncio es lo que cuenta. Cámaras, micrófonos y columnistas vuelan a los pies de Sofía y a los brazos de Momo en busca de la primicia. Las gambas de Sofía ya dejaron de ser gambas comunistas y seguro que hay un McDonald cerca para indigestarse como en cualquier país normal de este planeta que supimos conseguir. Los brazos del Momo, en cambio, sólo se consiguen en la Pampa húmeda nacional. Exclusividades de la boutique sindical decadente y empresarial.
Quien llegó al paroxismo del sincericidio es el exgobernador santafesino y actual diputado nacional por el socialismo vernáculo, Hermes Binner se llama. Escuché de sus propios labios, con el énfasis y el carisma que lo caracteriza, que "Creemos todavía en la mano invisible del mercado". Me hacen ruido tres cosas, por lo menos. En primer lugar, el uso del plural "creemos". ¿Qué clase de socialistas cree en esa mano invisible?
Al hermético se le ve la intención de asimilar su espigada figura a los eurosocialistas españoles, franceses, italianos y griegos que transan con los centros de la timba internacional sin ponerse colorados. Ni rosados. Además, ese "todavía" no hace más que confirmar que el exintendente de Rosario viene encubriendo el contrabando ideológico desde altri tempi. Y por último, ¿quién le vendió el buzón de que la mano del mercado es invisible? ¿Qué tan invisible fue el desmantelamiento de la red ferroviaria nacional que dejó culo p'arriba a cientos de pueblos de nuestro país profundo? ¿Cuál es la invisibilidad de la desaparición de las escuelas técnicas y la exportación de cerebros durante el reinado del mercado? ¿No fue muy visible la desesperación de los jubilados y empleados públicos cuando les arrebataron un porcentaje de sus haberes? ¿Qué tan invisibles son las manos de Domingo Cavallo, la Sociedad Rural Argentina y sus directivos per secula seculorum, o las manos de los Mitre y de Ernestina? Las manos corruptas y decrépitas de Carlos Menem y las narcomanos del hombre de Banfield, ¿son invisibles? ¿O no tienen nada que ver con el mercado?
Este tipo de declaraciones son interesantes de desagregar, como me enseñó mi profesor de Filosofía, Nolberto Espinosa. Cuando el exsocialista dice "Creemos" parece confesar su alineamiento con lo que eufemísticamente alguien llamó "la derecha moderna". Cuando dice "todavía" reconoce que su amor y su fe en el mercado, esa entelequia obscena, viene de antes, de mucho antes.
Sin embargo, lo que más me llama la atención es que los dichos del hermético llamen la atención. ¿Acaso no dijo que, de ser venezolano, hubiese votado por Capriles? Son exabruptos del alma, eructos del inconsciente. En fin, reacciones ante una realidad que se le viene encima y él no supo o no quiso ver.
Como le pasa al inefable senador mendocino, el radical Ernesto Sanz, presidente del Partido, quien acaba de regurgitar un papelón más. En medio de la más formidable batería de iniciativas oficialistas (proyecto de ley de pago soberano a los tenedores de bonos argentinos, otro de creación de un fuero en defensa de los consumidores, otro de control de la cadena de formación del precio final de un producto, entre tantos) vomitó estas palabras: "El gobierno está desorientado y en retirada". Como un déjà vu del helicóptero que se llevó los sueños de un país y su gente, estos ejemplares de la fauna política nacional creen que la imagen que les devuelve el espejo después de la ducha es la Patria.
Eso sí, se postulan. Quieren presidir el país y andan a los codazos entre ellos. Sólo les importa que el jopo o la calvicie brillen en cámara. Por dentro, poco. Casi nada.

martes, 5 de agosto de 2014

114

Celia, Laura, Luciano, Leandro, Camila, Manu, Alejo, Anita, Juan, Felipe, nuestras mascotas, los pinceles, las gubias, los manteles, mis huesos, las maderas, cada amiga y cada amigo, las dos cucharadas de azúcar de mis desayunos, Nora y Sergio, Diana y Jorge, el aromo y su aroma, la dignidad de Mempo, la voz de Galeano, mi hermano Miguel y mi cuñada Marta, Armando, Laura y sus chicos. Cada hogar, cada bicicleta, cada canto de Liliana Herrero y cada texto de Horacio González. La filosofía y José Pablo. Orlando y sus mensajes. Ernesto y sus padres desaparecidos. Natalia y su belleza integral. Mis compañeros de Uruguay, Venezula, Cuba, Chile, El Salvador, Brasil, Panamá, Canadá, Francia y España. Felipe Pigna, mi amigo.
Mi biblioteca y los libros perdidos. Las lecturas que me debo y no alcanzaré.. Elsa Osorio y su Luz. Los compañeros caídos y la sangre derramada. Néstor y Cristina. El lastre que vamos dejando en el océano. Las medialunas de San Martín de los Andes. El café de los sábados. Mis colegas de la radio. Las sillas y los árboles. El facebook y la solidaria naranja que come el niño palestino cinco minutos antes del misil sionista.
Milagro Sala y su madre tierra. Las manos del labriego explotado. Las manos de los pianistas. Javier Mascherano y Víctor Heredia. Nosotros, los hinchas de River, Sandra Russo y Carlos Polimeni. La barra del Este y los otros puntos cardinales. El ozono. Las flores del bien. Los gorilas auténticos, los de la selva. Mis vecinas queridas y solidarias. La sonrisa de Guido y su almohada de paz. La ternura mutilada de Silvia Ontivero y el recuerdo imborrable de nuestro Alejo Hunau. El ADN y Tecnópolis. Miguel Rep y el Emilio. El cine renacido. El periodismo militante y los periodistas comprometidos. Los HIJOS y sus MADRES. El césped y la línea de cal. Eduardo Aliverti y su voz envidiable. Víctor Hugo y la decencia inquebrantable de sus ojos. Viglietti y sus cantos puros. Los cóndores y las hormigas. Las hojas verdes por venir. Estela y sus canas limpias.
Todos estamos conmoguidos.

lunes, 4 de agosto de 2014

Sizan. Diatriba por Palestina

(Especial para "La Tecl@ Eñe")

A Tali Feld Gleiser


"Lo más difícil es ser víctima de las víctimas"
                                            Edward Said


Ya se ha dicho casi todo y en casi todos los idiomas, mientras el Derecho Penal Internacional sigue cocinándose a fuego lento. Muy lento. Inclusive se ha dicho en hebreo (ahí está la Declaración del Partido Comunista de Israel, fechada en Tel Aviv el 11 de julio de 2014). Sólo me queda intentar un cuadro comparativo de esta masacre con el flagelo hitlerista de mediados del siglo pasado.
¿Qué diferencia sustancial hay entre la búsqueda pseudocientífica de la "raza superior" y sentirse un "pueblo elegido" por designio divino? Sobre todo, desde que los científicos sociales declararon perimido el concepto de raza.
¿Acaso no financiaron la maquinaria nazi Siemens, Ford, Krupp, Messerschmidt y la banca internacional como hoy lo hacen las multinacionales del petróleo, el complejo militar e industrial de Estados Unidos y la OTAN?
¿No se parece demasiado la justificación del "espacio vital" que amparó las invasiones a Polonia, Checoslovaquia, Austria, Francia y la Unión Soviética con la excusa de las "fronteras seguras" para anexar Cisjordania, la Franja de Gaza y promover la instalación de colonias en los territorios ocupados?
¿Qué creen que hicieron los patriotas polacos, checos, austríacos, franceses y soviéticos para intentar recuperar lo que les pertenecía? Sí, hasta cometieron actos terroristas y contaron con el auxilio de mujeres y hombres del pueblo con el objetivo primordial de recuperar la libertad. No, no estoy justificando las acciones terroristas del fundamentalismo árabe. Pretendo entenderlas. ¿Acaso el Irgún, esa organización paramilitar sionista, no destruyó el Hotel King David el 22 de julio de 1946 a través de un atentado, cuando el territorio todavía estaba bajo el Protectorado británico?
El Estado de Israel fue creado, administrativa y políticamente, por una resolución de Naciones Unidas el 19 de noviembre de 1947, fecha en la que se decidió la partición territorial en dos Estados, uno palestino y el otro israelí. ¿Dónde? En la "tierra prometida". ¿Prometida por quién? Por un texto religioso. ¿Alguien sabe de otro Estado moderno que tenga como origen sustentable y principal un presunto mandato divino? Insisto, Estado moderno. De ninguna manera debe interpretarse que pretendo hacer desaparecer a Israel como quieren los fanáticos. Digo que la historia conoce otros casos de países creados, como por ejemplo Panamá a expensas de una fracción de territorio colombiano y por razones estrictamente económicas (construir el canal interoceánico), y sin embargo ambos pueblos conviven en paz y armonía. Claro, no hay factores religiosos ni étnicos que perturben, como siempre, la vida cotidiana.
Desde su creación política Israel ha sido consecuente y coherente. Fue amigo y discípulo del régimen del apartheid sudafricano, legalizó la tortura como método de investigación policial y judicial, asesoró militar, logística e ideológicamente a los contras de Nicaragua y a las más feroces dictaduras latinoamericanas, acompaña obediente, con entusiasmo y prolijidad, cualquier iniciativa yanqui contra Cuba y Venezuela. En fin, desarrolla una implacable gestión de limpieza étnica en su tierra de origen y en cada uno de los zarpazos que, desde la Guerra de los Seis Días, en junio de 1967, viene protagonizando como baluarte imperial al servicio de las multinacionales del odio. Y, como Gran Bretaña respecto de Malvinas, desconoce sistemáticamente las resoluciones de Naciones Unidas gracias al perverso sistema de veto que rige en el organismo desde su creación.
Por eso, y por muchas sinrazones más, no aparece como ilógico ver a sus ciudadanos y ciudadanas celebrar los bombardeos y las muertes ajenas desde una loma o una playa, platea morbosa de personas infectadas de sadismo colectivo. O escuchar declaraciones como la de la diputada Ayelet Shaked, del partido The Jewish Home, cuando sugirió que sería mejor "Matar a todas las madres de Palestina para que no nazcan más terroristas". Es una hermosa mujer, veo en la foto. Pero si, según Hegel, lo bello es la manifestación evidente de la verdad, la parlamentaria sionista es la excepción al pensamiento del filósofo alemán. También es, digo, el ejemplar emergente de una sociedad en la que la locura colectiva y el odio social encabezan su escala de valores.
Es cierto que la historia no se repite ni se pueden extrapolar épocas diferentes, pero cualquier semejanza entre las actitudes del Estado de Israel con las del régimen que auspició la "Solución Final" para los judíos durante el siglo pasado y la carnicería a que son sometidos los palestinos es más que pura coincidencia. Es una cadena ideológica vergonzosa que deja atónitos y furiosos a los seres de buena estirpe del planeta que nos ampara. (Tremenda coincidencia o paradoja histórica: una de las propuestas iniciales del Partido nazi en el Poder ante el llamado "problema judío" fue la emigración forzosa a Madagascar primero y luego a Palestina. El sueño del sionismo. Tal como lo cuenta Daniel Rafecas en "Historia de la solución final", Siglo XXI. 2012).
En fin, que para no discutir con los discursos académicos que nos abrumarían respecto del nazismo, el fascismo y el franquismo y sus semejanzas o diferencias con las políticas del sionismo israelí y sus acólitos universales, propongo que, a partir de ahora, no digamos que son nazis. Según el espejo de la historia son sizan.

jueves, 31 de julio de 2014

El cuco

A mi nieto Felipe, que hoy cumple un año


"La lectura de los periódicos demuestra que la realidad es ilegible"
Oscar Wilde


Encontré la cita de Wilde cuando terminaba de leer los "Diarios. 1954-1991", de Abelardo Castillo (Alfaguara, 2014). Hasta donde pude averiguar el inglés no recibía diariamente Clarín, La Nación ni sus sucursales provinciales, como Los Andes, de Mendoza, o La Voz del Interior, de Córdoba. En la cárcel de Reading solían ser muy crueles con el bueno de Oscar y lo salvaban de ciertas ignominias. Con las que sufría eran suficientes, parece.
Mi país está en el centro de la tormenta. Y se postulan para timonear el barco algunos marineros de estirpe lacaya. Como todos y todas saben el capitalismo es ese sistema político, económico, social y cultural que permite que unos señores compren papelitos. Esos papelitos tienen impreso un número que, dicen, equivale a guita. Por una costumbre que nos viene desde la gesta humanitaria de Cristóbal Colón y sus valientes de espada y sotana, hemos aceptado que así sea. El hábito tiene seguidores que, de acuerdo con la época, se han globalizado. No hay mucha diferencia entre el señor Paul Singer, titular del Fondo NML Elliott y el señor José Luis Espert, economista vernáculo, que se anima a decirnos que "Hay que ir y pagar calladitos la boca". Es sólo un ejemplo. Si no, viene el cuco.
Mientras la señora Patricia Bullrich nos da lecciones de cómo se gobierna, mientras los dirigentes de la derecha explícita y la otra se regodean con las decisiones de la justicia yanqui, esta mañana Juan, Pedro, María y Elena se levantaron temprano, como siempre, desayunaron con su pareja y sus cachorros y salieron al sol, a caminar hasta la parada del colectivo. Es que el trabajo, ese que consiguieron después de años de recibir planes sociales, los espera.
Ni las 1.700 escuelas nuevas, ni los 3 millones de jubilados nuevos (estoy entre ellos), ni las nueve universidades públicas nuevas, ni los científicos argentinos repatriados, ni las miles de viviendas del PRO.CRE.AR, ni las 16 vacunas obligatorias y gratuitas nuevas, ni los ferrocarriles resucitados, ni los restoranes repletos, ni las parejas formadas gracias a la Ley de Matrimonio Igualitario, ni las Madres y Abuelas, ni los HIJOS y nietos, ni los y las compañeras beneficiadas por la Ley de Identidad de Género, ni los nuevos medios no monopólicos de comunicación, ni mis nietos, ni mis hijos, ni los tuyos. Nadie está hoy, 31 de julio de 2014, en default en la Argentina. Aunque algunos diarios, radios, canales de televisión y medios digitales nos asusten con el cuco. Ya somos grandes para esos modos, muchachos.

jueves, 17 de julio de 2014

Un sincero agradecimiento

El museo estaba cerrado. Ella y tres turistas vieron frustrado su proyecto de ingresar. A esa misma hora, en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, las selecciones de fútbol de Argentina y Alemania disputaban la final de la Copa Mundial de ese deporte. Quiero imaginar que la insistencia de la señora por recorrer la institución (privada, aclaró ella ante el periodista que la entrevistó. Joaquín Morales Solá, o sea, estaba en casa) coincidía con el instante exacto en el que el arquero alemán Manuel Neuer cometía intento de asesinato en el área grande contra Gonzalo Higuaín, nuestro delantero. Pero es sólo mi maléfica imaginación y no la puedo domesticar. Felizmente.
Estaba enojada la señora. Dijo que, curiosa y dispuesta a confirmar que este país es raro, hizo varias llamadas telefónicas a diversos museos y comprobó que sí, la Argentina es un país raro. En ningún caso le respondieron. Por supuesto, agregó que esto en Europa no sucede. Los museos están abiertos caiga granizo, Merkel se intoxique con chucrut o Rajoy haga un curso de retórica y lo apruebe. Menos los lunes, obvio. A propósito, la directora del Museo Histórico Nacional, Araceli Bellotta, confirmó que la institución estuvo abierta al público y que, además, hubo una pantalla para que quienes allí trabajan y ocasionales visitantes puedan solazarse con el compromiso de dignidad que dieron los chicos de Sabella.
Pero no quedó ahí la protesta de la señora. Gracias al "Frankfurter Zeitung" supo que el "Empire State Building" lució los colores de la bandera alemana como homenaje al flamante campeón mundial. Pudo haber sido el celeste y blanco, señaló, pero los medios nacionales retacearon la información, dijo. Le faltó aclarar que el retaceo incluyó a las distintas ventanillas de cobro del Grupo para el cual trabaja la decepcionada intelectual.
Beatriz Sarlo, de ella se trata, me hizo acordar a Eduardo Galeano. No, no estoy loco. Al menos no por esto. El uruguayo protesta cada vez que le dicen intelectual. Para él los intelectuales son seres humanos que tienen disociados el cerebro y el corazón. Y él ha dado, y sigue dando, muestras de un magnífico equilibrio entre ambos. Lo expresa cada vez que puede y lo ratificó en aquella inolvidable cena en casa, hace un par de años.
De ahí mi agradecimiento a la Sarlo porque es un ejemplo vivo de intelectual. Con el cerebro en el "Frankfurter Zeitung" y su patriótico corazón en el "Empire State Building".

jueves, 3 de julio de 2014

Burro bípedo

Al Negro Fontova


También se lo conoce como asno. O sea, usted elija cómo llamarlo, pero no se admiten palabras soeces ni términos que hagan rima. Según el diccionario es un animal doméstico de la familia de los équidos. La misma fuente asegura que fue domesticado en África allá por el siglo V antes de que Cristo, ese judío converso, se hiciese trending topic,. Desde entonces se lo utiliza como bestia de carga y cabalgadura (que es una forma delicada de formar un subgrupo de lo anterior).
Durante el Imperio Romano, además de ser animal de transporte de cosas y personas, estuvo consagrado al dios Príapo por el tamaño de su falo, pero como soy ateo dejaré pasar esa parte de la Historia porque, creo, no tiene mucha importancia para el asunto que me ocupa.
Desde las "Fábulas", de Esopo, pasando por "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha" o "Platero y yo", de Juan Ramón Jiménez (que alguna profesora de Literatura nos hizo leer hasta el hartazgo), o el "burro Benjamín" de "Rebelión en la granja", de George Orwell, las artes y las letras han recurrido a su figura gris.
Para los romanos era presagio de calamidades y William Shakespeare, en "Sueño de una noche de verano" lo describe como símbolo de ignorancia. Dice la tradición cristiana que Cristo entró en Nazareth montado en un burro y así le fue, pero dejemos, por esta vez, al barba en paz.
Viajó a Malvinas ("a título personal" se apresuraron a aclarar sus congéneres políticos). Lo hizo en compañía de José Duarte, excombatiente argentino de la guerra de 1982 y cómplice del "carapintada" Aldo Rico en la sublevación de 1987 contra el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín. Admitió que su pasaporte sea sellado por las autoridades isleñas bajo la denominación de Falklands. Es decir, el diputasno aceptó la soberanía pirata.
Así comenzó su camino hacia la presidencia, dice.
Se llama Julio César Cleto Cobos y, salvo el asunto ese de Príapo (que no me consta ni quiero que), todo lo detallado más arriba lo describe bastante bien, pero en versión asno o burro bípedo.

lunes, 30 de junio de 2014

Pablo Cantor y sus coreutas

"Porque hay olvidos que queman
y hay memorias que engrandecen"
Alfredo Zitarrosa ("Diez décimas de saludo al pueblo argentino")


Mientras el país y buena parte del mundo están bajo el chantaje de los chantas de la usura internacional y sus jueces del "Tea Party" norteamericano llegaron tres noticias que trataré de enlazar porque tienen más puntos de contacto de lo que parece.
No conozco a Luis Barbaran. Sin embargo, tuvo la amabilidad de enviarme un correo electrónico para ponerlo a mi consideración. Así dice: "Para su consideración" y me manda saludos desde Bruselas. Como el apellido del desconocido no me sonó muy belga ni flamenco, lo busqué en internet. Parece que don Luis es peruano y un decidido defensor del ambiente. Como dice Santiago, un pachamamista. El Asunto del mensaje dice: "Argentina no está en condiciones de fiscalizar el fracking". Más o menos a la misma hora en que comenzaba a leer la preocupación del remitente, nuestro Ministro de Economía, el "oriundo del marxismo" Axel Kicillof, le explicaba al G77+China, en Naciones Unidas, el atropello a la soberanía nacional y la estupidez, en grado de tentativa, contra el sistema económico mundial, perpetrado por un juez yanqui y avalado por la Corte Suprema de Injusticia de Estados Unidos, la capital global del capitalismo especulativo. (¿No es insólito que la Argentina esté encabezando la defensa de un sistema económico que fabrica pobres y después no le importe su destino?). Es por eso que le contesté que su mensaje me producía la misma sensación que debe tener aquel tipo que, mientras se le está incendiando la casa, le tocan el timbre para tratar de convencerlo de que la manteca es menos perjudicial para su salud que la margarina. Con los fundamentalistas de cualquier cosa, con los obsesivos, pasa eso. Mi profesora de Taquigrafía en el secundario creía que su materia era más importante que las clases de Lógica que nos regalaba Dante Polimeni (sí, el papá de Carlos). Todavía no recibí respuesta de Luis a mi respuesta. Es que debe estar haciendo fracking en su ombligo y, además, Bruselas queda lejos de Vaca Muerta. Entretanto nosotros debatimos si fracking sí o no los pajarracos de siempre van a llevarse el gas, el petróleo y quedaremos con el traste roto y mirando al norte.
Acabo de enterarme de que los humanos primitivos, nuestros recontra abuelos, vivían en estado de permanente orgía. Algo así como todas con todos y varias viceversas. Eso afirman algunos científicos. Por eso, sólo por eso, no califico de cavernícola a Héctor Aguer, obispo o arzobispo de La Plata (pido disculpas, no conozco el escalafón divino). Casi contemporáneamente con la cita en que su jefe, el Papa Francisco, convocaba a una reunión a realizarse en octubre próximo para que, según sus propias palabras, se empiece a debatir acerca de la composición de las nuevas familias y la posición de la Iglesia Católica bajo el principio de una mayor comprensión hacia divorciados, madres solteras y homosexuales, el cura platense trató de "personas depravadas" a travestis, gays y lesbianas. Claro, como todos los cobardes, después dijo que lo habían sacado de contexto. Hasta donde sé el término contexto no es sinónimo de letrina, que es de donde parece haber salido este fascista demodée. Otra vez el odio y el temor al cuerpo, al libre albedrío, a la elección sexual de cada ser humano. De nuevo los perversos autoproclamándose dueños y señores de la vida del prójimo (utilizo ex profeso un término del cual han hecho abuso a lo largo de su historia sanguinaria). Esta vez, como tantas, mirándose el ombligo a través de sus ojos de aves de rapiña.
Y para que confirmen mi condición de ateo, pero ecuménico, va una con connotaciones talmúdicas. Es que la D.A.I.A., institución mayoritaria de la comunidad judía argentina, ha emitido un comunicado para repudiar por antisemitas las declaraciones del señor Rafael Araya Masry. El repudiado es Secretario de Relaciones Internacionales de M.I.L.E.S., agrupación política que conduce el líder social Luis D'Elía. Don Rafael opinó que nuestro país está siendo agredido por el multimillonario Paul Singer, titular del fondo NML el buitre mayor, a quien calificó de sionista. Como ya es costumbre, los dirigentes judíos criollos contrabandean la idea de que sionismo y judaísmo son sinónimos y entonces cualquier alusión que se haga a la doctrina que fundó Teodoro Herzl es acusada de antisemita. Le pasó a José Saramago, a Eduardo Galeano y a tantos otros que opinan que las políticas de los gobiernos israelíes, por ejemplo, son genocidas y expansionistas (eso, expan-sionistas) respecto del pueblo palestino.
No tengo noticias de que la D.A.I.A. haya hecho una manifestación pública de apoyo a la Argentina frente al atropello de que es víctima el país. Ha privilegiado, y con trampa ideológica, la condición de judío sionista de Mr. Singer a los intereses del pueblo que comparte con ellos los avatares de la vida cotidiana. Protección de sionistas a un par, buitre financiero y usurero internacional, que se asemeja y mucho a la complicidad. La misma actitud asumida ante el acuerdo con Irán para destrabar el proceso judicial que investiga el atentado perpetrado contra la sede de la mutual A.M.I.A. en julio de 1994. Parece que prefieren que no avance, pero no ofrecen ninguna alternativa.
Y la legisladora del PRO, Laura Alonso, que recibe dinero del buitre Pablo Cantor para la versión argentina de la Fundación "Vital Voices" y calla. Como callan el reclamo del Papa contra la timba global y amplifican los graznidos de los economistas y dirigentes que pusieron de rodillas la patria.
Y así nos va. Escuchando a Pablo Cantor y sus coreutas en lugar de seguir a Zitarrosa.

martes, 24 de junio de 2014

Las más caras

"Que se encuentren los amores
y se espanten los espantos"
Jorge Fandermole, en "Zamba de almas perdidas"


Desde 1938, y como una muestra más de la necrofilia patriótica, cada 20 de Junio se conmemora un nuevo aniversario de la muerte de Manuel Belgrano y, a su vez, se celebra el Día de la Bandera. De Belgrano ha escrito mucho y bien mi amigo Felipe Pigna, entre otros. Su capacidad intelectual, la militancia civil por la libertad, su sacrificio personal al tener que hacer de militar y la humildad con que vivió y murió son virtudes necesarias hoy más que nunca.
Escucho que al cierre del acto oficial estuvieron "Los Auténticos Decadentes". Nunca pensé que la apertura ideológica de Cristina alcanzara esas dimensiones. Es que no puedo evitar imaginarme a ciertos personajes políticos, economistas, periodistas, jueces, divas arrugadas y empresarios de plástico masacrando instrumentos musicales para solaz y esparcimiento de la multitud, bajo las pancartas de los grupos de jóvenes y trabajadores que se reunieron para apoyar al país ante la carroña timbera global. Pero supongo que no lo harían a cara descubierta porque los muchachos y las chicas del país profundo podrían organizar un concurso de abucheos y puteadas que los haría ingresar de inmediato a ese libro que colecciona récords y boludeces exóticas.
Entonces me fui al mataburros, útil instrumento que se aconseja tener siempre a tiro de "enter", y busqué la definición o descripción de "máscara". La comparto en un renovado gesto mío de generosidad: "Figura que representa un rostro humano, de animal o puramente imaginario, con la que una persona puede cubrirse la cara para no ser reconocida, tomar el aspecto de otra o practicar ciertas actividades escénicas o rituales". Uno de los sinónimos más utilizados por estos parajes es "careta", pero para señalar a quien se cree más de lo que es o ser quien no es ni será jamás. O sea.
Las hay limpiadoras. Son esas que se ponen algunas féminas antes de irse a dormir y que, en ese caso, se aconseja a los señores no despertar de repente por esas cuestiones de la próstata y verificar que a su lado duerme un mármol. Hay, dice el tío Google, máscaras estimulantes y dejo a vuestra consideración elucubrar de cuáles se trata. Yo me abstengo. También pueden ser refrescantes, calmantes, sudoríferas, reforzantes y curativas. Todas en el ámbito de la estética facial. Los mimos que se hacen las parejas para alimentar el deseo, ese motor humano.
Hay otras, las usan los esgrimistas, los soldadores, los adictos al carnaval, están las de la tragedia y la comedia, es necesario tenerlas puestas en quirófanos y tanatorios. Pero siempre, siempre, detrás de ellas hay un rostro, una cara, la faz de una persona. Y detrás de ese rostro una conciencia, un pensamiento y una ética.
Si se nos da por comprarlas habrá de todos los precios y hasta se podrán pagar con esas tarjetas que suelen terminar en card. Dejo volar la imaginación y vuelvo al acto por la bandera. Las caretas de los caretas nos cuestan vidas y obras.
Las máscaras de las aves carroñeras que supimos conseguir. Las máscaras de los nuestros, las más caras.

miércoles, 18 de junio de 2014

Una de terror

"La tetera es de porcelana,
pero no se ve"
María Elena Walsh


Por un momento nada más imaginen esta misma situación ante los buitres del capitalismo timbero con las siguientes figuritas a cargo del Poder Ejecutivo Nacional. A saber:
Sergio Massa.
Daniel Scioli.
Mauricio Macri.
Hermes Binner.
Julio Cobos.
Elisa Carrió.
Ernesto Sanz.
Jorge Altamira. O como se llame.
Fernando Solanas.

Por un momento nada más imaginen esta misma situación ante los buitres del capitalismo timbero con las siguientes figuritas a cargo del Ministerio de Economía de la Nación. A saber:
Federico Sturzenegger.
Carlos Melconian..
Alfonso Prat Gay.
Martín Lousteau.
Martín Redrado. O como se llame.
Roberto Lavagna.

¿Ya está, ya pasó? Ahora respiren hondo, relájense y salgan a la calle con la frente limpia. Trabajen y vuelvan a sus casas, besen a su pareja, mimen a sus hijos y mascotas. Siéntense a ver, gratis, el Mundial de Fútbol, pero no olviden, mientras Messi (o cualquiera de los nuestros) les arranca la primera sonrisa, que el año próximo su imaginación les puede resultar una realidad nauseabunda..

lunes, 2 de junio de 2014

La tía Pepa

Unos muchachos se ocuparon de pintarrajear o manchar un vagón nuevo, flamante, virgen, del Ferrocarril Sarmiento, en el Área Metropolitana de nuestro país. ¿Por qué y para qué? Los pibes graffiteros dicen que pintar un tren vendría a ser el orgasmo de su actividad artística. ¿Para qué? Para demostrar y demostrarse que son artistas rebeldes, trasgresores, revolucionarios y vanguardistas. Un amigo y compañero suele sintetizar que se creen rebeldes por tirarse un pedo en un velorio. Compararlos con Breton y Duchamp es tan ridículo como imaginar que Altamira es el sucesor de Bakunin.

Como todos los jueves, al caer la tarde y después de dejar la oficina, la fui a visitar. La tía Josefa vive sola. A sus 89 pirulos se maneja muy bien con los menesteres cotidianos. Pero es mentira que tenga 89. Hace varios años que interrumpió la cuenta porque dice que no quiere ingresar a la década de los noventa. Que ya la vivió. Y cuando lo dice se queda mirando al vacío, como suspendida. De todas maneras, cada 27 de diciembre hace una festichola pantagruélica para celebrar su nacimiento, dice. Es en el patio y amanecemos felices el 28, aunque menos inocentes.
Para nosotros, sus sobrinos, ya no es Josefa. Es la tía Pepa. Cuando llegamos a su casa, perfumada de jazmines, o cuando nos vamos o cuando aparece con la fuente de locro hecho por sus propias manos, fragante, humeante y picante, aplaudimos como niños, al grito de "¡Viva la Pepa!". Por eso cada vez que nos dicen que la vida la transitamos como un vivalapepa, nos miramos con la complicidad de entender que sí, que si es como la tía, sí.
Cuando entré (cada uno de los nueve sobrinos tiene un juego de llaves para no molestarla con el timbre) estaba con la cara casi pegada a la pantalla del televisor. Entre todos le regalamos uno de esos chatísimos, inmensos, para que se sienta como en el cine. Me extrañó porque la Pepa conserva muy buena vista, para asombro del doctor Quispe, su oculista (como él es de origen quechua ella dice que le enseñó a ver más lejos y mejor). Apenas me vio dijo: "Nene (sí, todavía me dice nene y a mí me ablanda, me enternece y la sacaría a bailar una cueca), ¿vos podés descifrar qué carajo dice el mamarracho ese con que ensuciaron los trenes nuevos que nos compró Cristina? (Otra de las cosas que me conmueven de ella es que, aunque tiene un caudal cultural borgeano habla como la gente de a pie). No se entiende nada. Para mí que el doctor Quispe me verduguea con que veo mejor que él. Acá dicen que uno de los pintores callejeros intentó rajar en un taxi y lo agarraron." Como la tía Pepa fue militante en los sesentas (entre otras aventuras, pintaba paredes reclamando la libertad de los presos políticos del onganiato) sabe que la clandestinidad era un riesgo impuesto por la represión de aquellos años, pero hoy, dice, está todo al aire y quien se esconde detrás de una capucha o un pañuelo es porque lo que enmascara es su mala leche. Se va calentando a medida que me lo explica. Como si yo, en verdad, fuese un nene que recién llega de Eslovenia o Luxemburgo.
Me trae un café doble, bien cargado, con dos de azúcar. Sabe lo que me gusta charlar con ella y me conoce las mañas. Dos de azúcar, así sea para una copa del tamaño de un dedal o una palangana. Cosas de veterano. Se sienta en la mecedora que le regaló el último de sus novios (un pelafustán, agrega, que le quiso afanar los 52 tomos de las Obras Completas de Lenin que ella recuperó del escondite en que estuvieron durante el genocidio) y trata de explicarme qué es un lumpen. La dejo que se explaye. Me fascina oírla recorrer su vida, su sabiduría, desde su experiencia y sus lecturas. "La diferencia es que ahora hay Estado", argumenta. Y a mí me sale decirle que siempre hubo Estado, que en todo caso, la diferencia es para quiénes está el Estado. Me escucha y lo piensa, lo asimila y me responde que sí, que es verdad, pero que poner en marcha un Estado nuevo no es moco de pavo (y se suena los ídem con su pañuelito con puntillas).
Juego a contradecirla, a provocarla para que saque todo su arsenal dialéctico. "Tía -le digo-, ¿no te parece que si tratamos de lúmpenes a estos pibes qué adjetivo nos queda para tu senador Sanz que avisó que se opondrá a la estatización de la Universidad de las Madres porque tendríamos que pagar sus deudas?". Di en el blanco. Se enfurece, pero no pierde la lucidez. "Es lo mismo -me taladra con su mirada-, los pendejos manchan un bien de todos y el nefasto senador cree que una universidad produce gastos". "No entiendo Pepa. Hablame en criollo y largá el libro de Gramsci". "No es Gramsci. Estoy con el tomo uno de la "Historia de la sexualidad", de Foucault." Y yo me atraganto y me sale el café, con espuma y todo, por la nariz porque, aunque la conozco, nunca deja de sorprenderme. Ejerciendo la ciencia de los años y la paciencia de los sabios, me trae un repasador para que me seque y trate de disimular los colores de mi cara asombrada. Ella, seria y concentrada como siempre, pasa por alto el accidente y retoma el hilo del asunto. "Entonces, como te decía, querido sobrino, los dos son casos típicos y patrióticos de lumpen. Unos, practican el lumpenarte y el otro la lumpenpolítica". La tía Pepa es una neologista nata. Debe ser por tanta trasnoche con filósofos y lectura adolescente, costumbres que sigue ejerciendo y conserva intactas. Un personaje la Pepa. "Lo de los pibes no es tan grave, pero duele. ¿Sabés lo que cuesta volver a poner en marcha el tren del Estado?  En cambio, el tipo no llega ni siquiera a garca. Es un empleaducho pequeño y mezquino de los garcas de verdad". Cuando termino el café me levanto para irme. Me acompaña hasta la puerta y me regala uno de los últimos jazmines de la temporada. "Tomá, para Delia, tu santa mujercita". Le doy un beso en la frente, le acomodo el cuello de la blusa y salgo. Al llegar a la esquina grito para mis adentros ¡Viva la Pepa!. No quiero que me confundan con aquella escena de Alterio en "Caballos salvajes".
Un muchacho y su novia me miran como si entendieran.

martes, 13 de mayo de 2014

Las palabras traviesas

(Especial para La Tecl@ Eñe)


No hay caso. Uno trata de ponerles buena voluntad, de observar lo que hacen y cubrirlos con un manto de piedad (esa virtud que tanto pregonan desde hace milenios) e ingenuidad, pero siempre, o casi, se encargan de poner las cosas en su lugar (en su lugar de ellos, como dicen los mexicanos).
El jefe del Vaticano, la monarquía vigente más antigua de Occidente, nuestro compatriota Jorge Bergoglio, coronado como Francisco, ha pedido perdón por los abusos sexuales cometidos por los sacerdotes pedófilos. Enhorabuena. Ha dicho que son "bastantes". La primera de las palabras traviesas de este textículo que pretende serlo también. ¿Cuántos son bastantes? No sé si existen estadísticas de esta aberración cometida en perjuicio de niños, niñas y jóvenes en nombre del supuesto amor cristiano. La ambigüedad, una marca ancestral en las declaraciones y actitudes de la jerarquía católica, aparece otra vez para teñir de gris un gesto que, en principio, es saludable y refrescante. Basta recordar las sucesivas declaraciones del Episcopado argentino respecto del comportamiento vergonzoso de cardenales, obispos y demás miembros del escalafón mayor de la Iglesia en épocas del genocidio y el terrorismo de Estado, mientras sigue cobijando en su seno a Christian von Wernich, el capellán condenado a perpetua por su participación activa en delitos de lesa humanidad.
Es que he encontrado tres acepciones del término "bastante". El primero dice que es "lo que basta, suficiente" Entonces, la cantidad de curas abusadores, ¿es suficiente?. Y en todo caso, ¿suficiente para qué? ¿Sólo para pedir perdón a las víctimas e indemnizarlas económicamente y no para buscar las medidas que puedan impedir o prevenir que se sigan cometiendo estas perversiones de sotana?
La segunda definición es más escueta. Dice: "No poco". Bastante es no poco. (Esa construcción gramatical suena conocida. Trae reminiscencias de un pusilánime que no se animó a decir "Negativo" y se atornilló a su silla con un plato de hipocresía y los cubiertos de la traición). ¿Cuántos de estos delincuentes son no pocos? Sobre un total de más de mil doscientos millones de súbditos de la monarquía celestial en cuestión, ¿diez, cien, mil, diez mil, cien mil, son no pocos? La maldad, la impiedad, la barbarie moral de uno sólo, ¿no es suficiente para pedirle perdón al rebaño entero y empezar a corregir las concepciones atávicas y cavernícolas que tiene esta iglesia acerca de la sexualidad y el cuerpo humano?
La tercera, que no siempre es la vencida, parece salida más de un Manual de Digoperonodigo que de un diccionario de nuestra lengua. Bastante es, dice, "Ni mucho ni poco, regular". Y aquí sí que el muy porteño Papa tendría que explicarnos cómo hace para saber si Julio Grassi, el sentenciado cura de la Fundación "Felices los Niños", es soldado divino de la categoría de los Muchos o de los Pocos. Si su conducta malévola es considerada regular. O si es regular el número de sus víctimas, manoseadas al amparo de las donaciones benéficas de ricos y famosos de la sociedad. Al menos, de "bastantes" miembros de la oligarquía, la farándula y el chetaje argentino. Y, una vez más, el show de los medios, relamiéndose a tantos dólares por segundo televisivo vendido.
Para rematar el acertijo Bergoglio puso su mejor cara de jesuita y lanzó: "Con los chicos no se juega". Todos entendemos qué quiso decir con esta muletilla, pero el castellano, aunque rime con Vaticano, tiene su costado pícaro, travieso, juguetón, para tomarle el pulso oral al pontífice. El asunto es que con los chicos sí se juega. Es más, lo único luminoso (si quien esto escribe fuese creyente, diría sagrado) que se debe hacer con los chicos es darle la felicidad de jugar desde que sus ojos se asoman al día hasta que el sueño los llama y, si es posible, que sigan jugando dormidos para que la sonrisa los acompañe siempre. Ya tendrán tiempo de enfrentar los tormentos, las obligaciones, las responsabilidades y hasta el horror de conocer a seres monstruosos como los Grassi y los von Wernich, los Videla y los Tortolo. El tema es, y seguirá siendo siempre, a qué se juega y para quién lo que se juega es lúdico o morboso y perverso.
Aunque Francisco parece el más terrenal de los Papas, al menos desde Juan XXIII para acá (basta recordar sus dichos respecto de divorciados, homosexuales y su instigación a hacer lío en las diócesis), a veces lo traiciona su jesuitismo, si se me permite el término. Ojo, que el tipo no me cae mal.  Me cae mejor como Jefe de Estado desde el ombligo de Roma que como Arzobispo de la CABA (Ciudad Autista de Buenos Aires). Por lo menos, lo veo lejos de especímenes como el franquista y filonazi Eugenio Pacelli, pero todavía no a la altura histórica de Angelo Roncalli ni del asesinado Albino Luciani.
Recuerdo que en setiembre de 2011, George Ratzinger, el hermano mayor del decrépito y reaccionario Benedicto XVI, declaró a la revista alemana "Bunte" (Color, en nuestra lengua) que el entonces Papa no se había enamorado nunca. Y lo dijo con orgullo, como si la aridez de una vida sin amor fuese un valor positivo, un signo de superioridad humana y un síntoma de divinidad. Para cualquiera que esté en sus cabales "la vida no vale nada" sin un ser amado compartiendo las calles de la historia, los lechos de cualquier hora del día y los mensajes luminosos del contacto de la piel.
Hacer de semejante atrofia vital un mérito es, por lo menos, digno de un paciente psiquiátrico ambulatorio en estado preocupante. Amor, otra palabra traviesa que desnuda el hilo conductor entre un pontífice del pasado y otro que pretende poner a la Iglesia católica universal en el tren de la modernidad.

martes, 29 de abril de 2014

Me quieren volver más loco

Y si siguen así no les va a costar mucho. Todos los días suceden sucesos (sí Emilio, es a propósito), me tiran noticias y comentarios que me tienen de aquí para allá, voy hasta la biblioteca y de allí al baño, y del baño a la cocina y de la cocina al jardín, a buscar. Busco una explicación coherente que ponga las cosas en su lugar. Si es que estas cosas, precisamente, tienen un lugar lógico. Comienzo.
El precio de los combustibles tuvo en Argentina un aumento del 45% desde enero hasta el momento de escribir estas líneas. El consumo de combustibles tuvo, en el mismo período, un incremento del 4%. Primera incongruencia. Ratificada ayer en la rotonda de entrada a la ciudad de Mendoza, viniendo del este. Un grupo de personas muy ocupadas y preocupadas esgrimía carteles con la patriótica leyenda "Si no le alcanza lo que gana TOQUE BOCINA". Automóviles de alta gama con mujeres y tipos de alta plata en su interior, camionetas 4x4, o sea 16, vehículos con patentes iniciadas en L, M y N se sumaron al jolgorio dominguero. Si a esos especímenes no les alcanzaba la guita yo era un cachalote subacuático o algo parecido (si Gladys, te veo la intención de confirmarlo). Empecé a notar cierto desconcierto en mi capacidad perceptiva, pero me dije que, probablemente, se debía a la emoción que iba a vivir en un rato con mis compañeros de la radio. Estábamos yendo al encuentro de queridos amigos, sólo conocidos hasta ese momento, a través del micrófono. Sigo.
Es vox populi el nuevo papelón del Gerente de la CABA (Ciudad Autista de Buenos Aires). Esta vez desnudó su cariñosa concepción del piropo a las mujeres como herramienta de campaña electoral. Antes fueron sus reflexiones científicas acerca de la homosexualidad, el respeto y el cariño por los enfermos psiquiátricos y sus médicos y enfermeros, su asombrosa capacidad de ventrílocuo y tantas otras muestras de seducción política. Es que parece ser que el núcleo supuestamente más culto y politizado del país, la capital nacional del linchamiento, el lugar en el que viven los más ricos y famosos es también el territorio en el que, tipos como él son premiados en cada oportunidad con el voto complacido de la mayoría. Una vez más, entonces, la culpa no es del monstruo sino del que lo inventa y lo alimenta. Avanzo.
El exdirector del Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, Claudio Loser, ha declarado que nuestro país está "débil" y necesita más "ajustes". Para escarnio del pago chico (sí Manolo, ya sé, tratándose del FMI nunca el pago es chico), el sujeto está plagado de masters, condecoraciones y medallas académicas, pero se graduó en la Universidad Nacional de Cuyo. Lo que contribuye a provocarme cierto mareo conceptual es que un tipo que se llame Loser nos dé consejos de ganador. En fin, vade retro. Prosigo.
La escena es verídica. Me declaro incapaz de imaginar tanto delirio. Se discutía en Comisiones de la Cámara de Senadores de la Nación el proyecto de ley para tratar de terminar con la informalidad laboral. El trabajo en negro, como dicen los periodistas y empresarios blancos. Parece que, aunque usted no lo crea, el debate venía un poquitín aburrido. Entonces surgió él, Alfredo De Angeli, prócer sojete, y sacudió la modorra.  Propuso que, ya que estaban con ganas de laburar, podrían reglamentar el trabajo infantil en el campo. Se escucharon muchos estupores y algunas carcajadas. Aquellos, sospecho que sinceros. Éstas, espontáneas. Bueno es reconocer que el miembro militante de la burocracia de la Federación Agraria Argentina, hoy en maridaje vergonzoso con la Sociedad Rural que fundara un Martínez de Hoz para fundir la patria en su beneficio, fue ungido legislador por voto popular, mal que nos pese. Hay más.
Empate. El Papa hizo gala de su muñeca política. Preguntó por Cristina y todo bien. Al interior del Vaticano jugó al empate. Canonizó a Karol Woytila, conocido como Juan Pablo II, "el jefe de la mafia polaca en el Vaticano", halago que no me pertenece sino al periodista y escritor español Arturo Pérez-Reverte, y a Angelo Roncalli, conocido como Juan XXIII, "el Papa bueno", según quedó para la posteridad. Uno, protector de pedófilos, cómplice de las multinacionales y viajero mediático, actor. El otro, promotor de una Iglesia de y para los pobres, al amparo de su papado nace, entre otras iniciativas, la Teología de la Liberación. Mis queridas vecinas estrenan santos nuevos y si ellas están contentas yo también, aunque ver tanto ritual majestuoso y la presencia de un Joseph Ratzinger recién salido del frasco de formol me produjo un pequeño y fugaz vahído. Pero ya estoy mejor.
Los esfuerzos de Jorge Bergoglio por poner la secta universal a tono con los tiempos nuevos le viene produciendo algunos trastornos. Ni hablar por teléfono le resulta gratis. Ante la consulta de una señora, casada con un señor (por ahora vamos bien, nada raro), divorciado él, acerca de si podía o no comulgar o si permanecía en pecado irreductible, Bergoglio fue hasta el salón correspondiente, tomó el aparato y marcó. La pareja ameritaba una respuesta. Tal vez porque vive en San Lorenzo, Santa Fe, y ya se sabe que Francisco lleva los colores de la camiseta del club impregnada en su vida. Y además, Santa Fe, ¿qué más hacía falta para que pensara que era un designio divino? Un santo y una santa. Le dijo que sí, que avanti con tutti. Se armó la que se armó. A los vetustos ritualistas de las cavernas les subió la mostaza celestial y poco faltó para que le dijeran que era mezcla de anticristo y miembro del Comité Central del PC Argentino. Que para esos tipos "no es lo mismo, pero es igual", como canta Silvio.
La cuestión es que hubo que salir a calmar las iras divinas. Y en el Vaticano siempre hay alguien dispuesto. El vocero oficial declaró que "Lo que diga Francisco en sus conversaciones privadas no refleja la posición de la Iglesia". Y eso sí que es revolucionario. Al diablo (perdón, se me escapó) con el dogma de la infalibilidad papal. Desde el 18 de julio de 1870 y por decisión del Concilio Ecuménico Vaticano I el Papa no se equivoca nunca. Parece que en esa época había nubes de discrepancias en el conventillo y se resolvió así, pero con retroactividad. Es que si se trata del delegado del jefe máximo no podía ser de otra manera. Para atrás y para siempre. Pero no. Desde ahora cuando el Papa habla por teléfono o grita un gol del Pipi Romagnoli o le dice a su cocinera que al churrasco le falta sal o que prefiere un libro de Cortázar a uno de Danielle Steel, el tipo es falible.
No lo lograrán. Ya es tarde, mis locuras son más creativas. O eso espero.

lunes, 21 de abril de 2014

Dos líneas

"Todo gesto de audacia pone el dedo en la llaga"
 Alicia Dujovne Ortiz ("La Madama", Emecé, 2014)


No. No serán esas líneas a las que se refiere un Secretario de Redacción de la revista o el diario que, siempre apurado y con un cigarrillo a medio fumar colgándole del labio inferior, el humo del pucho cerrándole un ojo, dice: "Giménez, dame veinte líneas sobre el crimen del pibe de Rosario, pero las quiero rápido, para hace quince minutos Y si es con una foto que muestre sangre, mejor".
Un premio es, en principio, un mimo al corazón de quien lo recibe, pero también un gesto de legitimación por la obra realizada o por la trayectoria recorrida. En algunas ocasiones puede ser el resultado de un negocio entre premiadores y el galardonado, que recibe las gracias por los servicios prestados a favor de los dueños del diploma, la estatuilla o el cheque. En otras, la culpa no es del chancho sino de quien le da de comer, como dice Ramón, el almacenero de mi barrio (el Nobel de la Paz a Obama y a la Unión Europea parecen más una broma de mal gusto del Comité de la Academia Sueca que una decisión pensada con la seriedad que merece el galardón).
Desde que recuerdo el Martín Fierro es un premio que sacude el avispero de la radio y la televisión, primero de los alrededores del Obelisco porteño y más adelante, de lo que absurdamente se llama el Interior (como para extender el negocio de las vanidades a actores, actrices y periodistas que creen sentirse tan importantes como las estrellas "importantes").
Pero para la edición de este año ha sucedido algo nuevo o, por lo menos, renovador y luminoso. El periodista y relator deportivo Víctor Hugo Morales decidió renunciar a su nominación en la terna que integraba con Jorge Lanata y el programa "6-7-8" de la Televisión Pública. Morales, por "Bajada de línea" que sale al aire los domingos a la noche por Canal 9 y Lanata por "Periodismo para todos", en Canal 13. El asunto es dirimir el mejor programa periodístico, según el jurado de APTRA (Asociación de Periodistas de la Televisión y Radiofonía Argentina), la entidad organizadora del jueguito. La ceremonia tendrá su esplendor de mesas con manteles blancos, cena gourmet, divas divinas y de plástico, sofocados galanes de frac almidonado, almidonados despojos de galanes, decrépitas figuras de cartón y muchachitas histéricas con escotes de ocasión. Eso sucederá el próximo 18 de mayo desde el Hotel Hilton de Buenos Aires y los malos aires lo pondrán las cámaras del Grupo Clarín para solaz masturbatorio de sus propios productos televisivos y radiales.
Hasta ahora (y deseo con fervor que tenga que meterme este párrafo en mis oscuros pliegues humanos) ha sido sólo el uruguayo querido el que ha tomado conciencia de que estamos en otro país, distinto al de las lógicas del rating y el mercado. Al menos, piensa y siente que la comunicación debe cambiar esos paradigmas, heredados de la década del despilfarro neoliberal, por los de un derecho humano básico, inclusivo y solidario, el de los contenidos y los lenguajes del pueblo y no los de los negocios, por muy prósperos que resulten, caño incluido. ¿Qué legitimidad le puede agregar este premio, sospechado hasta por los que ponen la mejor sonrisa ante las cámaras, al periodista que, día a día, muestra un camino de coherencia ética y conducta moral intachables? ¿Una competencia con Lanata no lo denigra, por aquello que canta Fito, que "No es bueno hacerse de enemigos/que no estén a la altura del conflicto"? ¿No desgasta, además, competir con compañeros de ruta? Sobre todo, si el show está preparado para que sirvan de sparring del excolega.
La Televisión Pública hace ostentación en su pantalla por las 25 nominaciones, entre las personales y las que destacan los programas emitidos bajo su sello. La "Tanqueta", como se autoproclama el producto periodístico más novedoso de la década, "6-7-8", es responsabilidad de una empresa privada, "Pensado para Televisión", que tiene otros dos en otro canal, pero es emblema, y con justicia, de una forma inteligente de ver, mirar y desenmascarar aspectos de nuestra realidad que no tiene precedentes en la pantalla chica argentina. Y esa característica, ser una productora privada que pone el programa en la pantalla estatal, podría explicar que se sume al espectáculo promovido por los monos hegemónicos. Pero no suena convincente que la extraordinaria programación que brinda Canal 7 se preste a competir con el conglomerado comunicacional para quien el rédito, el negocio, importa más que el contenido y el formato.
El gesto de Víctor Hugo parece una formidable respuesta al espectáculo brindado por Lanata en su programa, quien montó una comedia con un supuesto sicario al que le guionaron sus declaraciones al límite del absurdo. Todo oscuro, patético, como las sombras desde las que hablaba el actor puesto para denostar, entre otras cosas, el anteproyecto del nuevo Código Penal.
En la misma semana, Samuel "Chiche" Gelblung, que fue Secretario de Redacción de la revista "Gente", entre 1976 y 1978, cómplice del festival genocida de Videla y Martínez de Hoz, montó un escenario similar al del crédito del equipo del contador Magnetto, pero con dos supuestos motochorros que resultaron ser pibes contratados para recitar sus fechorías inventadas, a razón de 300 pesos cada uno. Otro bochorno del periodismo serio e "independiente".
Por eso lo de las dos líneas, pero de conducta. El gesto de Víctor Hugo por un lado y la puesta en escena de presuntos periodistas que sólo buscan ser funcionales a los dictados del mercado y, de paso, construir el edificio del miedo a través de los medios.. Como dice Alicia Dujovne Ortiz en el mismo libro con que se inicia este textículo "Una opinión se discute, un hecho no". Entonces espero que el hecho generado por el comunicador oriental tenga contagio y no lo dejen solo. Aunque sea porque su apellido, Morales, es plural.