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lunes, 31 de diciembre de 2012

Mis deseos

Como es habitual he recibido, y sigo recibiendo, mensajes de fin de año. Felicidades, augurios, sueños, deseos, prosperidad, familia, amigos, salud, comprensión, confraternidad, unión, paz, armonía. Tópicos todos que, con mejor o peor redacción se repiten hasta el hartazgo.
Me imagino y quiero creer que todos, o casi, son sinceros (a algunos ni siquiera los conozco. Es más, no tengo interés en conocerlos), pero me queda la sensación de que, larvadamente, ocultan la cara oscura de su pensar y sentir. Como no quiero sumarme a esa cuota de hipocresía disfrazada de amabilidad es que, a continuación, va un listado de contradeseos, si se me permite la expresión, o deseos íntimos para algunos personajes que han hecho de mi vida y, sobre todo, de la vida colectiva, un permanente campo de pruebas para ver cómo jodernos la existencia cotidiana. A saber, dos puntos.
Esa enumeración la encabeza, por mérito propio, el Grupo Clarín y sus adláteres La Nación y Perfil. Siguen, en desorden de importancia, los Fondos Buitres apátridas y sus lacayos nacionales, Hugo Moyano, Eduardo Duhalde, Mauricio Macri y su cría el PRO, el cardenal Bergoglio y su sucesor, Arancedo, Maledicto XVI, los republicanos yanquis y los demócratas que se les parecen, David Cameron, Elisa Carrió, las hilachas del radicalismo, la corporación judicial, los barrabravas del fútbol y la política, el Momo Venegas y Luis Barrionuevo, Pablo Micheli y Raquel Blas, Jorge Altamira, Vilma Ripoll y toda la dirigencia ultraizquierdista cómplice de la derecha retrógrada, la contra venezolana y la ecuatoriana y la boliviana, Mariano Rajoy y Angela Merkel, todos los malparidos que no permiten que las mujeres sean libres de elegir su vida y qué hacer con sus cuerpos, cada uno de los explotadores de obreros y los masacradores de pueblos originarios, los plagiarios, los cantantes y artistas huecos, la televisión basura, los patrones agrarios y los traidores de la Federación Agraria, los esclavizadores de campesinos, las damas de beneficencia y toda forma de caridad. Este listado no es, por supuesto, taxativo. Admite correcciones y ampliaciones a gusto de quien lo recibe.
Obviamente, no les deseo la muerte. La muy maldita sabe que es inexorable, que nos recuerda nuestra finitud esencial, aunque la balanza nos asuste con sus números. Llega cuando ella quiere, sin pedirnos autorización. Simplemente, les deseo con todo el corazón y el pensamiento, que fracasen. Y me prometo hacer todo lo que haga falta para que, desde mi humilde condición de periodista militante de las causas populares, ese fracaso sea lo más pronto, concreto y definitivo posible.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Papelón

"Son la aristocracia del barrio"
Joan Manuel Serrat


El latín pasó de ser una lengua muerta a ser un idioma resurrecto. El Gerente General del Vaticano retrocedió varios casilleros históricos y la reimpuso en misa al poco tiempo de asumir el cargo por voto calificado de sus pares. Parafraseando a la Doctrina podríamos afirmar que el habla de los romanos "al tercer siglo resucitó". Los argentinos de a pie hemos tenido que hacer un curso acelerado de latín, en estos meses, gracias al culebrón jurídico y mediático que tiene a la Ley de Medios como rehén de las corporaciones. La mediática, precisamente, y la judicial. Per saltum, in limine, ut supra, verbi gratia, pro tempore, in pectore, pari passu, inter pares, ad honorem (se usa cada vez menos, es verdad) y otros versos virgilianos nos acechan detrás de cada resolución judicial. Tratar de explicar el entramado de atajos y laberintos procesales por los que transita el asunto debe ser más difícil que leer y entender a Lacan y al "Ulises", de Joyce, en ayunas. Pero, como ya tomé mi café con leche y comí una tortita mendocina, con queso untable y dulce de damasco caserito (materia prima del árbol de la casa de mi hija y producción artesanal de mi sabia compañera), haré el intento.
Supongamos que usted o, mejor, vos que estás leyendo esta catarsis indignada sos docente, médica traumatóloga, artesana, peluquera, marcadora de punta en el equipo de fútbol de tu barrio, verdulera, pianista, veterinaria, psicóloga, asistente social, creativa publicitaria, gerente de recursos humanos, poeta, escritora o periodista (por favor, en cada caso que corresponda póngale el género masculino. Gracias). Sigo. Decía, imaginemos que fuiste al almacén de la esquina (porque vos privilegiás tu relación con doña María, la almacenera de toda la vida, a los chorros del supermercado), compraste fiambre surtido para la cena de hoy y saltó el tema de Clarín y sus zancadillas. Ni vos ni María entienden cómo pasa lo que pasa. A lo mejor entienden por qué, pero no cómo.
Según el abogado y periodista Pablo Llonto la relación de amistad entre el presidente de los Supremos (casi pongo Los Soprano, en fin) y Clarín viene de lejos. Reproduzco textual los dichos de Llonto, emitidos en 2009: "El presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, es amigo de Ernestina. En 2007 hice una denuncia contra él y dos jueces más, porque la Corte tenía a examen, desde hace años, la causa Noble".
Y sigue Llonto: "Resulta que un día leo, con sorpresa en Clarín, que el señor Lorenzetti daba charlas en la Fundación Noble y participaba en las fiestas del aniversario del diario".
Concluye: "Aparecía en fotos con una copa alzada al lado de Noble, Magnetto y Aranda". (www.elmensajerodiario.com.ar)
Si a eso le agregamos que el 26 de abril de este año que fenece un fotógrafo pescó a Magnetto saliendo furtivamente del despacho de Ricardo, el calvo, (había sido parte de la delegación de la AEA, Asociación de Empresaria Argentina, que tertulió vaya uno saber de qué tema con él), me surge una pregunta un tanto ingenua, lo sé, pero la hago igual. ¿No debió excusarse, aunque sea con la excusa ética o fisológica de tener que ir al excusado?
Si se rasca un poquito nomás la superficie nos enteramos de que estos tipos y tipas viajan esponsoreados por las mismas empresas que luego son parte de los casos que ellos deben resolver. Y, favor con favor se paga, los resuelven con obediencia debida. Tienen sueldos que meten miedo, no pagan Impuesto a las Ganancias (los miembros del Ejecutivo y el Legislativo, sí), se juzgan entre ellos (no conozco que los médicos o los gasistas lo hagan. Ya ni los milicos), se ofenden mal si se los critica, practican el nepotismo con la misma naturalidad con que se cepillan los dientes. Son, como dice el catalán, "la aristocracia del barrio". Una aristocracia que, en muchos, demasiados casos, tiene su origen en las catacumbas de la dictadura genocida.
No todos, ya sé. Están los Rozanski, los Cañón, los Crous y los Báez y los Palermo(de acá, de Mendoza), jueces y fiscales que honran a la "señora de ojos vendados".
Como sea, es un papelón que ya hayan pasado más de tres años y no se pueda poner en vigencia plena una ley del Congreso Nacional. Conozco casos en que la definición judicial lleva más tiempo aun. Casos en que los herederos son muchos y los intereses encontrados. Sobre todo si el reparto es suculento. Propiedades, acciones, fortunas escondidas y otras historias de ricos y mafiosos. En este intríngulis hay también mucho que ocultar. Y si no, pregúntenle a Guadalupe Noble.
La propuesta de la diputada Diana Conti para que los magistrados sean elegidos por voto popular es, a la vez, atractiva y peligrosa. Lo primero, por definición democrática. Lo segundo, porque se pueden colar personajes como Burlando (portador de un apellido un tanto molesto para los litigantes. No sabrían si tomarlo en serio o no) o Luis Juez (¿cómo llamarlo?, ¿juez Juez? Usía rechazaría la denominación por redundante).
Lo cierto es que, más allá del mal chiste, algo hay que hacer con esta aristocracia nauseabunda, críptica y alejada de la sociedad. No sé qué, pero algo y urgente porque "a mí ya no me arreglan con otra aspirina", como escribió Armando Tejada Gómez, el compadre, en "Peatón, diga no".

lunes, 24 de diciembre de 2012

Felices Plasmas, perdón, Pascuas

"La derecha es tan cruel como lo permite la coyuntura"
José Pablo Feinmann


Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, dicen que dijo alguna vez Luis Sandrini. Esa sensación de ambigüedad y similitud tratan de instalar en estos días en el imaginario social. Veamos algunos ejemplos.
El más burdo, grosero, es la comparación entre los sucesos de diciembre de 2001 y los de esta semana que pasó. Ya volveré sobre eso.
El sábado 22 de diciembre murió en Mendoza la notable periodista Pilar González. A los 48 años el cáncer, esa forma biológica de la maldad, nos dejó sin su dignidad y compromiso con las mejores causas. Hasta el momento de escribir estas líneas todavía no han culpado de su muerte a la presidenta, al gobierno nacional o al provincial. Sé que parece una humorada oscura en un momento de dolor generalizado entre nosotros, sus colegas, sus familiares y amigos, pero lo que puede leerse como exageración no lo es. He aquí un caso que me da razones suficientes para pensar así.
Hace unos días en un accidente en la ruta que une la ciudad de Mendoza con el Valle de Uco, Armando Genco, poderoso empresario en el rubro automotores de alta gama, se mató y mató a la conductora del vehículo al que atropelló frontalmente con su moto, a más de 170 kilómetros por hora. El dato surge del informe pericial que también confirma que el criminal muerto cruzó de carril a esa velocidad. Fue despedido como un prócer y me recordó aquella lección de Rogelio García Lupo: basta ver las necrológicas de un poderoso en los diarios para entender las tramas que se tejen en esa sociedad. Las políticas, empresariales, sindicales y personales. Todos o casi todos rindieron pleitesía a un irresponsable de 54 años que, a su vez, destrozó dos familias. La suya y la de Ana Ferreyra, la otra víctima, a quien, claro, la prensa seria dejó en un oscuro segundo o tercer plano. El diario Los Andes, el hijoputativo mendocino (así, todo junto, suena más apropiado) de Clarín, responsabilizó del crimen al gobierno nacional y a los sucesivos gobiernos provinciales por no haber terminado el trazado de la doble vía en ese trayecto de la ruta. Resulta que un tipo lleva un arma móvil a casi 200 kilómetros por hora, se cruza de calzada, mata a una mujer joven, hiere a dos personas más, se mata él y la culpa la tienen Cristina y Paco Pérez. Si no fuera trágico sería cómico.
Algo así sucede con los robos a supermercados, estaciones de servicios y negocios medianos y pequeños de diversos lugares del país. En algunos casos ni siquiera roban. Destrozan todo y se van, encapuchados como vinieron. No es lo mismo aprovechar una situación social caótica que intentar crearla. En diciembre de 2001 el tejido ciudadano argentino no sólo estaba roto, estaba hastiado, humillado, vejado y hambriento. El cepo bancario impuesto por Cavallo arrastró también a la clase media a sumarse a la pueblada. Claro que hubo dirigentes oportunistas y veniales que se subieron al carro de los saqueos, pero la realidad pedía el fin del despojo.
Hoy un grupo de forajidos sindicales y fracasados políticos (alguno prometió una "guerra nuclear" contra el gobierno y, sin embargo, no pudo llenar de petardos navideños la Plaza de Mayo) parece perpetrar esta maniobra desesperada que denota debilidad en quienes eran, hasta hace nada, todopoderosos movilizadores de multitudes. Pues bien, estos tipos afirman que Cristina Fernández mandó a destruir a los locales de los comerciantes chinos y coreanos, a robar televisores y otros electrodomésticos, bebidas alcohólicas y ropa de marcas top. Hubo quien sugirió que el fallo del tribunal tucumano que dejó impune el secuestro y desaparición de Marita Verón también fue una maniobra maquiavélica del kirchnerismo para impulsar la democratización de la Justicia, esa corporación aristocrática enquistada en nuestra vida cotidiana. Insisto, si no fuera trágico sería cómico. A propósito, ¿alguien sabe qué es de la vida de Eduardo Duhalde?
Estoy esperando un informe que asegure que la actividad del volcán Copahue, en Neuquén, también es responsabilidad de Cristina, Guillermo Moreno o algún otro funcionario del Ejecutivo nacional.
Quedará, de esta nueva anécdota destituyente, un interesante descubrimiento genealógico. Dicen las buenas lenguas que la investigación científica constató que el segundo apellido de varias figuras del panorama nacional muestra una rara coincidencia. A saber: Hugo Moyano Plasma, Pablo Micheli Plasma, Jorge Lanata Plasma, Alberto Fernández Plasma, Patricia Bullrich Plasma, Elisa Carrió Plasma, Joaquín Morales Plasma (Solá es artístico), Oscar Aguad Plasma, Jorge Altamira Plasma, Vilma Ripoll Plasma, Ricardo Alfonsín Plasma, Mauricio Macri Plasma y siguen las firmas.
Todos hijos de la misma madre que los remilparió. Amén.

lunes, 17 de diciembre de 2012

LTA

Tengo siempre presente aquello que un día me recomendó José Pablo Feinmann. Tratar de evitar términos como trinchera, batalla, enemigo y algún otro que signifique odio, revancha. Las Madres y Abuelas son un ejemplo al respecto, una vez más. Es cierto, el odio es patrimonio ancestral de los explotadores y sus lacayos políticos y mediáticos.
Entonces seré cauto (no cautelar, obvio). Así me lo han sugerido los que saben. Ni se terminó el camino ni está, para siempre, cubierto de flores y pavimentado. Todavía hay baches, piedras de distinto tamaño y filo, obstáculos imprevistos y personajes que nos entorpecen el paisaje. Vale decir, habrá que estar atentos porque no conozco un viaje que sea eternamente en línea recta y sin escollos.
Quiero decir que, históricamente, no hay un solo ejemplo de monopolio u oligopolio que se haya entregado. Más bien todo lo contrario. Se aferran a sus privilegios con la testarudez de los que saben que el viento sopla para el cielo de los pájaros y no para las catacumbas de las jaulas y ya no pueden evitarlo.
Un juez con apellido de nombre de pila nos vino a contar que los legisladores nacionales hicieron bien los deberes, hace ya más de tres años. Tenemos Ley de Medios completa.
Imagino, quiero imaginar, que no todos festejan. Por ejemplo, un periodista gordo que cuando sea grande sueña con ser Michael Moore, canta en la ducha (porque por fuera parece limpio, a veces). ¿Y qué canta mientras el agua no logra purificarle la moral? Canta "Sapo Fierro", esa maravilla de María Elena Walsh. Repite como una letanía esas estrofas que dicen: "No es lo mismo ser profundo/ que haberse venido abajo". Es el inconsciente que le hace travesuras.
O esa diputada que fue piba cuando era piba, de apellido sajón con patio incluido. Ella también se baña para tratar de parecer lo que no es: limpia. Y, oh casualidad, desentona la misma canción que el gordo con nata, pero reincide en otros versos. "Sapo que cambia de aljibe/ siempre es sapo de otro pozo". Otra vez el inconsciente y su festín perverso.
Un político cordobés, aguado por portación de apellido, pero seco por dentro, colecciona, desde hace mucho, amigos que empiezan con M: Menéndez, Magnetto, Macri. Él simula ser democrático, mas se le nota el rictus antediluviano.
Son sólo tres muestras de un surtido de pretéritos que comienzan a sentir un malestar profundo, atrás, en las cavidades oscuras de sus carnes. No es ese cosquilleo sublime de dos cuerpos amándose. No, no hay mariposas acariciándolos ni hormiguitas por la espalda, como cuenta Silvio. Es, más bien, cierta reminiscencia maradoniana.
El Diego estaba aquel día más enojado que ellos y menos feliz que nosotros hoy. Los buitres de siempre le mordían la dignidad, como hacen por naturaleza. Como nos hacen por naturaleza. Y le brotó el extraordinario pibe de potrero y con su poder de síntesis y lo que le quedaba de sucio, feo y malo les espetó: "LTA".
Imagino que así deben sentirse. Sin poder sentarse. Me gusta imaginarlo, un lunes distinto, sin bajar los brazos, pero con el sol y el viento a favor de mi sonrisa.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Prostituyentes

El mismo día, Casi a la misma hora. Sucedió en Tucumán y en Mendoza. En la provincia de los naranjos en flor los jueces Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano, absolvieron a todos los imputados por el secuestro y desaparición, hace diez años, de Marita Verón. Castigaron a su madre, Susana Trimarco, y premiaron a proxenetas y tratantes de personas. Lo curioso, o no tanto, es que la vergonzosa decisión del tribunal se da en un período histórico de desenmascaramiento de la pérfida corporación judicial. Jueces que viajan al exterior sponsoreados por grupos empresariales oligopólicos y después intervienen en procesos en los que esas empresas son parte litigante. O son parientes directos de funcionarios de esos grupos. Y mediáticos para más datos.
La reacción inmediata de casi toda la sociedad bien nacida solidarizándose con Susana no alcanza para calmar la sensación de vergüenza ajena que produce saber que todavía nuestra democracia adolescente conserva esta rémora de aristocrático privilegio y perversión. Como bien dice el lúcido Mempo Giardinelli en su indignado artículo de ayer, en Página 12, es la "única institución republicana que no fue democratizada en serio desde la recuperación de la democracia" en la Argentina.
Aunque visto y padecido lo que ocurrió en el Senado de Mendoza no estaría tan seguro de que los jueces corruptos no tengan su correlato entre legisladores y otros miembros de la fauna política nacional. Me explico, pero con la misma y sana indignación que refleja el texto de mi amigo chaqueño, habitualmente un delicado exponente periodístico, ámbito en el que no abundan los sutiles que escriban bien.
Se trataba el proyecto de ley para poner en vigencia la Guía Técnica para la Atención Integral de los Abortos No Punibles, tipificados en el Código Penal, en su Artículo 86, inciso 2, presentado y aprobado en Diputados por Liliana Vietti, del radicalismo. Por 20 votos contra 15 el "Honorable" decidió archivar el asunto, burlando así una ley de 1921 y un fallo reciente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Una vez más la presión de la cúpula de la Iglesia Católica le impone a toda la ciudadanía mendocina su criterio sectario, discriminatorio y criminal bajo la pátina de un declamado derecho a la vida.
Aunque parezca Don Perogrullo vale aclara dos cosas. El Código no obliga a una mujer violada y embarazada producto de esa violación a abortar. Simplemente, la exime de la punición por ese acto. Y además no se trata de un proyecto de despenalización general del aborto ni de su legalización.
Como para ratificar que los paleontólogos pueden hacer trabajo de campo en nuestra Legislatura voy a contarles de algunos dislates bizarros que se escucharon en la sesión plenaria de ayer. Siéntense porque la cosa viene heavy, como dice mi colega Santiago.
La senadora Claudia Segovia (Frente para la Victoria) afirmó, sin ponerse colorada, que si la Corte había fallado así, pues se había equivocado.
Guillermo Amstutz (Unidad Popular, exintendente del Municipio de Las Heras, excandidato a gobernador por el justicialismo y cobista a destiempo) se despachó con esta perla, mezcla de hijoputez e ignorancia mayúscula: sugirió que hay mujeres normales y las que se hacen abortos. El INADI tiene la palabra.
Pero falta el postre, después de un menú tan pesado como el que venimos tratando de vomitar. Fue Silvia Calvi (Frente para la Victoria) la que decoró la torta excrementicia. Propuso, aunque usted no lo crea que, si se permitiera el aborto se dejaría impune también al violador. El argumento es que el valiente, con su acto, convierte a esa mujer en madre y permitir que aborte haría posible la pérdida de su hijo, un regalo de Dios.  Una ternura la señora legisladora.
O sea, festejan los proxenetas, los violadores, los traficantes de personas, los clientes de prostíbulos, los dueños y sus cómplices. ¿Las mujeres? Bien, gracias, esperando ser humilladas nuevamente con la anuencia de sus Señorías y el festejo bendito de legisladores que hemos elegido.
Aquí va la lista, a modo de escrache, de los senadores súbditos de Maledicto: Andrés Da Rold, Claudia Segovia, Leandro Giacomelli, Matías Stevanatto, Sergio Vendramín, Silvia Calvi y Wanda Paredes (Frente para la Victoria); Abel José, Daniel Ortiz, Daniel Vilches, Guillermo Simón, Juan Del Río y Walter Sáenz (Unión Cívica Radical); Carlos Aguinaga y Ernesto Corvalán (Partido Demócrata); Francisco Cofano y Germán Gómez (Eje Peronista); Guillermo Amstutz, Néstor Márquez y Sergio Montes (Unidad Popular). Guarde estos nombres para próximas elecciones y fíjese si figura en las listas que usted va a votar.
Mientras tanto, nuestro gobernador, Paco Pérez, pudo evitar el bochorno legislativo con sólo disponer que su ministro del área indicara que la norma nacional es de aplicación también acá, ¿o es que Mendoza se independizó de la Nación, pero no del Episcopado?
Las militantes feministas dicen que sin clientes no hay trata. Y tienen razón. La infamia del comercio sexual funciona, como los otros comercios, con contraprestaciones. En estos casos se humilla el cuerpo, por la explotación o por violación (frecuentemente, por ambas perversiones). En el caso de los jueces que viajan con auspicio del Grupo, la contraprestación es un fallo.
A mí me suenan a actitudes prostituyentes.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Cortito, Tito

El poeta Rolando Revagliatti me envió un inédito que se llama "A la mierda" y que, como es cortito, Tito, lo reproduzco. Dice así: "No iré/ ni aunque me manden./ No me mandaré./ Ya estuve allí demasiadas veces./ También en el carajo./ Renovaré mis puntos/ (provisorios)/ de destino." Preciso, contundente.
Lo traigo a colación por la colección de exabruptos que produjo el poema "La bella mierda", de Orlando Barone. Sus exégetas han sido Jorge Lanata, quien calificó al autor como "imbécil" (sí, el mismo Lanata que trató a su colega Reynaldo Sietecase de "tipo de mierda", al embajador argentino en Venezuela de "hijo de puta", que igual piropo le propinó al dirigente social Luis D'Elía,  que reparte sus "boludo" y "pelotudo" con la misma facilidad con que se inunda Macrilandia. Y nadie le dijo nada, todavía), un legislador que dice ser "progresista" y se apellida Milman, quien sugirió que la poesía no "circule", en clara demostración de que está vigente la hipocresía de cierto progresismo trucho, el director de cine Juan José Campanella, que se despachó con un "chupaculos", neologismo digno de una película del gran Tinto Brass, el conductor televisivo Jorge Rial quien, poniendo cara de profesor de Literatura Medieval y mirando a cámara, sugirió que la obra estaba mal escrita y el pseudoperiodista Eduardo Feiman, que dijo, con espuma saliéndole por la comisura de la boca, del lado derecho (coherente el tipo), que era repugnante, asqueroso y chupamedias. El único que pareció acercarse a una crítica más seria, con menos crueldad explícita, fue el escritor Jorge Asís. Dictaminó, desde su actitud de dios del Olimpo intelectual, que la poesía de Orlando era  "autobiógrafica". Ahora que lo pienso, tal vez todo poema lo sea.
Salvo el autor de "Diario de la Argentina" (acaba de ser reeditado por Sudamericana y es una buena novela, con "Clarín" como protagonista), los demás saben tanto de poesía como yo de entomología pediátrica, pero aprovechan cualquier ocasión para destilar veneno en cuotas.
No hace mucho un legislador conservador mendocino intentó eliminar el cuento "Kilómetro 11", de Mempo Giardinelli, de una publicación para escuelas y colegios porque decía varias veces "hijo de puta". Felizmente, la reputación literaria y ética de mi amigo está intacta y nadie se acuerda del nombre del señor censor.
Quevedo, Shakespeare, Cervantes, en fin, todas las grandes plumas de la historia han escrito alguna vez textos escatológicos y pornográficos. Nuestro Juan Gelman contó, más de una vez, que al comenzar su exilio en Italia pudo salir del bloqueo creativo escribiendo cuentos pornográficos por encargo. Nadie, salvo los críticos mencionados más arriba, pondrían en duda la calidad del gran poeta de nuestra lengua.
Las diatribas contra Barone no son contra Barone. Son un producto más de la adrenalina perversa con que se pretende manchar una fecha liminar de nuestra construcción ciudadana.
Te lo digo cortito, Tito: mañana, el 7, sale el sol, nomás.

domingo, 2 de diciembre de 2012

El otro PC

"Dios es empleado en un mostrador, da para recibir"
Charly García

No se asuste ni se ponga paranoico. No voy a hablarle, en este textículo, del Partido que fundara, entre otros, el gran Benito Marianetti, el de las luchas obreras con sus mártires, sus traidores y sus péndulos ideológicos. Entre aquél que integró la Unión Democrática junto a la Sociedad Rural, o justificó a los generales genocidas porque comerciaban con la Unión Soviética (mientras sus militantes se jugaban la vida y muchas veces la perdían) y éste que confluye en la inmensa avenida nacional, popular y democrática, hay un salto cualitativo fenomenal.
El PC al que me refiero es el Partido Católico que acaba de "cometer" un Documento. Es habitual que aparezca una reflexión de la cúpula (una especie de Comité Central) antes del fin de cada año. Esta vez fue antes de antes. Apareció con un mes de anticipación a la Navidad. El ritmo lo pusieron Pablo Micheli (el muy "democrático" líder sindical que llenó de cortes y piquetes los accesos a Macrilandia para que la gente que quería ir a trabajar, pese al paro del pasado 8 de noviembre, no fuera. "De eso se trata", dijo) y Hugo Moyano (Augusto Timoteo lo rebautizó en síntesis genial Aníbal Fernández, en alusión a Vandor, el metalúrgico que soñó construir un peronismo sin Perón). Dos laicos marcando los tiempos políticos sacerdotales. En fin.
Si yo fuese más ególatra de lo que soy diría que lo hicieron para desmentir mi hipótesis de que el Partido Católico atrasa varios siglos. Ya no están Torquemada y sus secuaces. Ni por estas comarcas dan cátedra Jordán Bruno Genta y Julio Meinvielle, pero siguen sus huellas impregnadas en su ADN ideológico, a través de los Plaza, Primatesta, Quarracino, Bergoglio, von Wernich, Tortolo, Bonamín y tantos otros. A tal punto que todavía debaten si fueron o no cómplices y hasta partícipes de la dictadura genocida. Sus propios mártires (Angelelli, Domon, Duquet, los palotinos, los miles de desaparecidos, los niños robados) siguen esperando que se caigan las máscaras de la hipocresía y les pidan disculpas, al menos.
Desde el punto de vista del estilo el Documento parece escrito a cuatro manos entre un monje del siglo XIII y Jaime Durán Barba, el ecuatoriano titiritero de Mauricio Macri. Está lleno de baba, misticismos y lenguaje abstracto. Leerlo es una mezcla de sacrificio y castigo. Pero para eso estamos.
Tiene 4 ó 5 puntos concretos, nada más. En el primero llaman a "respetar el derecho a la vida", en clara alusión al asunto del aborto. Si para eso hay que infringir una norma como el Código Penal, vigente desde 1921, no importa. Si hay que desconocer un fallo de la Corte Suprema de Justicia no importa. Siguen creyéndose los patovicas del cuerpo de cada mujer argentina, aunque la gran mayoría de ellas no necesiten ese tutelaje humillante.
Luego reivindican a la familia (lo que esa gendarmería celestial entiende por familia) como núcleo esencial de la civilización occidental y cristiana. Las leyes de Matrimonio Igualitario, de Identidad de Género, el proyecto de modificación del Código Civil y otras de ampliación de derechos los tienen preocupados. Es que la sociedad avanza, inexorablemente, hacia nuevas formas de construcción social y les da la espalda a sus pronósticos apocalípticos. Pierden protagonismo y pierden el control de las conductas ciudadanas. Hubiesen preferido que la AUH (Asignación Universal por Hijo) sea AUH (Asignación Universal por Hostia), pero no es así.
Para conocer y profundizar acerca de los innumerables intentos de constituir la Argentina católica, me remito a invitarlos a leer los 4 tomos de la "Historia política de la Iglesia argentina", de Horacio Verbitsky y los trabajos extraordinarios de Fortunato Mallimaci.
Se quejan, una vez más en este panfleto opositor, de la situación de la juventud. Según estos intelectuales de las catacumbas ideológicas, nuestras chicas y chicos están subsumidos en la droga, la delincuencia y la anomia. Les duele más, creo yo, la fantástica participación juvenil en la política que los pibes marginados. Si hasta la muchachada de la derecha milita. Se los ve con sus remeras Lacoste, su Playstation y sus autos descapotables acompañar las boludeces que dicen y hacen el rabino Bergman y su jefe. Pero es cierto que, como dice el gran Osvaldo Bayer, mientras haya un pobre en la Argentina no habrá una democracia plena y honrosa. Por eso millones de nuestros jóvenes aceptaron el desafío que les hizo Néstor Kirchner y están en esa tarea titánica, luminosa.
Claro que no todos los católicos acuerdan con los jerarcas del Partido. Están, por ejemplo, las "Católicas por el Derecho a Decidir" y los "Curas en Opción por los Pobres" que ya salieron a diferenciarse de las posiciones de Arancedo y sus cómplices. Es más, tengo la impresión de que católicos y católicas son mayoría entre el 54% que votó y sigue bancando a Cristina.
El almanaque, esa creación atribuida a Ptolomeo, avanza aunque algunos se propongan que retroceda. El viernes 7 de diciembre próximo puede señalarse como el día en que termina un período histórico que nació el 24 de marzo de 1976. Es, proponen algunos (y me sumo) el fin de la transición. Dictadura y dictablandas se sucedieron hasta el 25 de mayo de 2003, pero recién ahora uno puede señalar esta fecha como símbolo de época auroral.
Aunque el Partido Católico (el otro PC) se empeñe en detener el almanaque. Infructuosamente. Quizás empiecen a darse cuenta el 18 del mismo mes cuando Cristina los reciba en Casa de Gobierno. Digo, sólo quizás. Es que estos tipos confunden la realidad con esa norma de tránsito que dice que tiene prioridad el que aparece por la derecha. Tal vez en esa reunión también comiencen a comprender que en nuestro país ya no es así.
Dicen sentirse "heridos y agobiados". Debe ser porque la Historia les pasó por encima.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Una trampa

"Lo que ocurre en Palestina es un crimen que podemos comparar con lo que ocurrió en Auschwitz", dijo José Saramago.
"Hezbollah no existía cuando Israel arrasó el Líbano en sus invasiones anteriores. ¿Hasta cuándo seguiremos creyendo el cuento del agresor agredido, que practica el terrorismo porque tiene derecho a defenderse del terrorismo? Irak, Afganistán, Palestina, Líbano...¿Hasta cuándo se podrá seguir exterminando países impunemente", dice Eduardo Galeano.
Las citas de estos dos fenomenales humanistas de nuestro tiempo me sirve para marcar territorio. Son una guía para que vos, lectora de miel, sepas donde estoy parado.
Los cables de las agencias de noticias dicen que hay tregua. La número no sé cuánto. Y cada vez que la muerte nos golpea con sus estadísticas de hielo los líderes políticos internacionales vomitan promesas de paz definitiva, reuniones urgentes de organismos cada vez más burocráticos e hipócritas (los mismos que venden las armas simulan detener la masacre, ¿cómo creerles?). La cuestión es que los palestinos pierden, esta vez y por ahora, 166 a 5. Como si fuese un partido desparejo de la NBA los diarios, radios y canales tiran cifras obscenas.
Se ha instalado, con una naturalidad preocupante, la idea de que el Estado de Israel es la patria de los judíos del mundo. El contrabando ideológico confunde (o pretende confundir) la doctrina política creada por el húngaro Teodoro Herzl con una verdad universal. Es llamativo ver cómo gente lúcida y comprometida con las mejores causas pisan la cáscara de banana y se van al pasto. Con fundamento religioso (el pueblo elegido, el relato talmúdico, Moisés, la tierra santa y otras paparruchadas primitivas), se pretende identificar sionismo con judaísmo y, su contracara, antisionismo con antisemitismo. Falso, peligrosamente falso.
Sé que este textículo no es producto de la lectura del libro de Dale Carnegie, "Cómo ganar amigos e influir sobre las personas" (1936), el best seller anticipatorio de la plaga editorial de publicaciones de autoayuda. Sé también, porque ya me pasó con la masacre anterior contra Gaza y su pueblo, que puede costarme algún encontronazo con parientes y amigos de la colectividad, pero me indigna la soberbia de los que, escudándose en las legítimas aspiraciones del pueblo israelí de vivir en paz, se atribuyen la verdad única y promueven el odio, la muerte y la discriminación. ¿Hace falta que te recuerde, morocha ondulante, que un alto oficial del ejército genocida israelí dijo que había que aplicar el mismo método que en Hiroshima?, ¿qué diferencia hay con la "solución final", esa ingeniería del horror, imaginada por el nazismo?. Ya no hay hornos crematorios, ahora hay drones.
El gobierno fascista de Netanyahu y sus secuaces acompaña a Estados Unidos en las peores causas. Vota invariablementecontra Cuba en Naciones Unidas, por ejemplo. Es, si no el único, el principal enclave de las políticas guerreristas norteamericanas en Medio Oriente y dispone de los más sofisticados armamentos en esta lucha desigual. Las cifras de muertos de uno y otro bando nos gritan esa desigualdad.
En síntesis, sionismo no es judaísmo. Israel no es mi patria ni la de mis ancestros, ni la de mis hijos ni la de mis nietos, espero. Estoy comprometido con la construcción de un mundo más equitativo y solidario, comenzando por protagonizar la historia de estos días luminosos y contradictorios en Argentina, mi patria, y en Latinoamérica, mi mundo. Me duele hasta la médula cada ser humano arrasado por el hambre o un misil, pero sé quién promueve uno y provee el otro. Contra ésos, implacable será mi voz, latinoamericana, propalestina y atea.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Sin épica

Tiempo loco, dicen las vecinas. Y tienen razón. ¡Quién te ha visto y quién te ve!, dice mi tía Sarita. Y tiene razón. El diario del grupo monopólico incentivando un paro obrero orquestado por un dirigente que, hasta hace un año y medio, era "ese negro de mierda", Lucifer con campera de cuero y prototipo de sindicalista corrupto, enemigo público número dos, inmediatamente después de "la yegua".
Desde que Hugo Moyano fue ganado por el despecho al no ser elegido como candidato a vicepresidente de Cristina, pasó a ser rubio, de ojos celestes y un destacado miembro de la high society política. Mimado por periodistas genuflexos y por opositores oportunistas que ven en él al Lanata del sindicalismo. O sea, la derecha berreta con ínfulas. El camionero fue un gremialista hábil, que enfrentó casi en soledad al menemismo y rifó su capital humano por un fallido cálculo político. Antes, su gremio (porque es más el propietario que el Secretario General), les bloqueaba la salida del diario en la sede de la planta impresora y, al unísono, los dirigentes de la patronal agraria y la ultraizquierda repetían, con voces destempladas "¡Escándalo!". Que los jerarcas de la Sociedad Rural aflauten el grito es coherente, pero que los Licenciados en Todo o Nada coincidan con ellos, les da la razón a mi amiga Patricia: "Lo esencial es invisible a los troskos", diría el Principito si fuese de La Cámpora.
Es posible que no haya actividad bancaria, ni circulen los micros, se demoren o cancelen vuelos y muchos pibes y pibas se queden sin clases. Bancarios, choferes del transporte público de pasajeros, docentes y personal aeronáutico no pararán ya bajo la vieja consigna de "Paz, Pan y Trabajo" de aquellos tiempos de ajustes, inviernos sin abrigo y cinturones dolorosos. Hoy representan algo así como la clase media de la clase obrera. No es ocioso destacar que la fuerza de la medida proviene de los trabajadores del área de servicios y no de la producción con valor agregado, en un país que busca sustituir importaciones y fomentar la reindustrialización con valor agregado.
Hay paz, hay pan y hay trabajo en la Argentina (aunque siempre es deseable generar más trabajo y más pan), pese a la crisis global y mal que les pese a los agoreros de tormentas. Sin embargo, no está demás ir por más siempre y cuando lo que se reclama no huela a usina resentida. El centro neurálgico de la huelga del martes 20 contra el gobierno nacional pasa por el piso del Impuesto a las Ganancias. Y la verdad es que no parece lógico que el salario y el haber jubilatorio paguen impuestos. Como tampoco resulta justo y razonable que de ese mismo gravamen estén eximidos los jueces de la Nación y la renta financiera. Claro que llama la atención que se motorice el conflicto desde las oficinas del CEO del monopolio mediático y que los escoltas del camionero sean personajes como Luis Barrionuevo (debe hacer siglos que no agarra una bandeja ni sirve un plato de comida) y Gerónimo Venegas (que debe hacer milenios que no ve un obrero rural), dos dirigentes  que representan lo peor de un sindicalismo prebendario, corrupto y alejado de las mejores tradiciones de las reivindicaciones de clase.
O sea, habrá paro, se sentirá más o menos (según el ámbito territorial y las características de cada gremio), pero no habrá épica. Y no la habrá porque esta vez las patronales, los formadores de precio, los deformadores de opinión y la alta y mediana burguesía estarán, insólitamente, a favor de una huelga obrera.
Como una extraña manera de hacerle burlas a la historia.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Bartolo toca la flauta

No voy a trascribir las declaraciones del director del diario "La Nación" a la revista "Veja", de Brasil. Imagine que un animal prehistórico, al que podríamos llamar sojasaurio, es entrevistado por un periodista carioca. Listo. Sé que es poco profesional lo que propongo, pero apelo a su sabiduría. El portavoz consuetudinario de la oligarquía agroganadera argentina tiene un disco rígido, muy rígido, formateado por el robo de tierras y el genocidio originario. Quiero decir, desde la mal llamada Conquista del Desierto a ese baldón imperial llamado Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.
O sea, nada nuevo bajo el sol sudamericano. Entonces, ¿qué es lo nuevo? Lo nuevo lo aporta, aunque usted no lo crea, el Banco Mundial que, como todo el mundo sabe, es un organismo financiero dirigido y digitado por el castrochavismocristinista. La clase media argentina se duplicó en la última década. Pasó de 9 millones a 18 millones, monedas más, caramelos menos. Leo en el matutino hegemonito de Mendoza, hijo putativo del "Clarín porteño", que ese crecimiento se debería al "rebote" de la crisis del 2000-2002. Supongo que lo de rebote se refiere a que esa crisis hizo pelota, no sólo a la clase media, sino a toda la sociedad argentina, con las excepciones de siempre.
Hay cosas de este modelo que no me gustan. A saber: la llamada Ley Antiterrorista (aunque reconozco que no se aplicó nunca y tengo confianza en que no se aplicará), la Ley de Riesgos del Trabajo, los lastres que aún conserva el gobierno entre aliados y funcionarios (de algunos se fue desprendiendo, como Cobos, Redrado, Moyano, Thomas, Reutemann y demás miembros de la fauna autóctona), la genuflexión de ciertos mandatarios provinciales ante la Iglesia Católica, entre otras cosillas. Pero, gracias a las dos operaciones de cataratas, veo más claro y puedo llegar a distinguir lo principal de lo accesorio. O ¿es mentira que se han construido más de mil escuelas?, ¿será un delirio místico el retorno al país de casi mil científicos y técnicos?, ¿cuando me depositan puntualmente el haber jubilatorio estaré soñando?, ¿será una maniobra mediática la Asignaciónes Universales por Hijo y por Embarazada?
Se dijo que quienes protestaron el 8 de noviembre no tienen un proyecto político alternativo. Puede ser. Por eso sonó más a terapia de grupo o catarsis colectiva que a propuesta de cambio. Yo creo que los organizadores y financistas del berrinche sí tienen un plan, pero les da vergüenza hacerlo explícito. Sería así. Reprivatizar todo, volver a los 9 millones de hace diez años, nombrar a Mauricio Macri como Ministro de Trabajo, a Gabriela Michetti al frente del INADI, a Patricia Bullrich como garantía de estabilidad institucional, a Otilio Romano como Ministro de Justicia, volver a endeudarnos ante los organismos multilaterales de crédito, mandar tropas a donde las necesite la democracia occidental y cristiana, declarar la nulidad del matrimonio igualitario, transformar la AUH por la AUC (Asignación Universal por Country), declarar fuera de la ley a Fuerza Bruta, denominar a Malvinas como Falklands para no enojar a los imperios, nombrar a Elisa Carrió Arzobispa de Buenos Aires, designar como Secretario de Viviendas a Sergio Schoklender, fusilar a Hebe de Bonafini y declarar Monumento Nacional de la Transparencia al edificio donde funciona Papel Prensa, condecorar a Jorge Videla con la medalla de honor patrio, postular a Domingo Cavallo para el Nobel de Economía. Y, por supuesto, colgar del palo mayor de la Fragata Libertad a Guillermo Moreno y a Cristina Fernández.
¿Que exagero? Tal vez, pero imagino que Bartolomé Mitre, Bartolo, el que toca la flauta no estaría tan seguro de que exagero. Ocurre que su flauta tiene un agujerito solo, el del odio de clase.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Dan fe

A Fortunato Mallimaci


A sus dieciocho años, con las hormonas en ebullición y el acné como marca identitaria de la adolescencia, ya integraba la versión tucumana de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Irrumpía en las asambleas estudiantiles haciendo ostentación de armas de fuego, insultaba y pegaba a mansalva y, siempre en patota, huía hasta la próxima acción. Era como un ensayo para lo que vendría. Juan Carlos fue partícipe del terrorismo de Estado que reinó en nuestra matria desde 1976 hasta el 83.
El apellido de Juan Carlos es premonitorio: Benedicto. Sí, como el nombre artístico de Joseph Ratzinger (¿habrá elegido ese nombre en homenaje a su cordero tucumano?), también integrante juvenil de las hordas nazis alemanas y hoy jefe supremo de la secta religiosa más popular de Occidente. A ninguno de los dos se le borraron las huellas de aquellos días. Al tucumano comenzaron a juzgarlo el lunes pasado, junto a 40 miembros de las fuerzas represivas y un sacerdote, de quien prometo ocuparme enseguida.
Juan Carlos Benedicto, el de acá, es escribano. Es decir, después de cada actuación notarial da fe. En diciembre de 2011, con la Megacausa que unifica las llamadas "Arenales II" y "Jefatura II" en plena instrucción, adujo un intento de suicidio, se internó en una clínica psiquiátrica y se fugó. Seis meses más tarde, en junio de este año, reencarnó en Encarnación (Paraguay) y lo trajeron de las pestañas para que se someta a derecho. Desde hace unos días dice que padece una afección vesicular y fue operado en el Hospital "Centro de Salud", sanatorio en el que, por pura casualidad, Susana Gundlach, su esposa, es Jefa de Farmacia. Estos cobardes siempre se enferman de repente cada vez que tienen que enfrentar a la justicia. Como pasó con Antonio Bussi, con Luis Patti o Augusto Pinochet, en Chile. El titular del tribunal ordenó a la señora que no tenga ningún contacto con su marido, supongo que por razones de profilaxis judicial.
Lo llamativo es que Benedicto tiene a su nombre el Registro Notarial N° 25 (uno de los principales y con un nutrido grupo de notables entre sus clientes) y la sociedad local convive naturalmente con un presunto partícipe necesario de delitos de lesa humanidad, como torturas, vejámenes, abusos sexuales y otras demostraciones de ternura. Ya alguna vez premiaron a Bussi con el voto popular y lo ungieron gobernador de la provincia.
El caso de José Eloy Mijalchyk es elocuente. Sacerdote de la parroquia San José Obrero, de El Colmenar, en las afueras de la Capital provincial, está acusado de participar de las sesiones de torturas para aligerar las almas de los torturadores y no de los torturados. Ya estuvo detenido por orden del tribunal y le fue fijada una fianza de $ 150.000 para otorgarle la libertad. Consiguió la guita. Puso una camioneta de su propiedad valuada en 35 lucas y el resto cash, fue un gesto de complicidad del Arzobispado de Tucumán.
En marzo de 2006, Benedicto, el del Vaticano, le otorgó el título de "Prelado de Honor de Su Santidad".
Hace pocos días se conoció una declaración de la cúpula de la Iglesia Católica Argentina en la que dudaban de su complicidad con la dictadura genocida. Que iban a investigar, dijeron.
Todos dan fe. Y repugnancia.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Alfanumérico

Para mañana, 8N, se espera una protesta, seguramente multitudinaria, en Argentina. Quienes la organizan y financian pretendieron hacerla pasar por espontánea, pero a poco de andar se les vio la hilacha. La ultraderecha protofascista nazional ha embarcado a buena parte de la burguesía del país en una lancha que pretende hacer de ese día un antes y un después. Al punto de que uno de los lemas con que llaman a sumarse a la batahola es "Si hay 8N no habrá 7D" y el hegemonito mendocino, el diario "Los Andes", se atrevió a calificar la fecha como "crucial". No es la primera vez que ocurre en nuestra historia. El 24M del 76, hastiados de López Rega y la supérstite del General, conmovidos por la inestabilidad económica y temerosos de la pérdida de paciencia del pobrerío, esa misma burguesía avaló, explícita o implícitamente, el inicio del terrorismo de Estado.
Lamento comunicarles que, luego de haber consultado a mi pitonisa preferida, el almanaque no tiene pinta de detenerse. O sea, habrá 8N (esperemos que en paz, sin provocaciones) y luego de un tiempo habrá 7D y 10D que, como lo sabe hasta Videla, es el Día Internacional de los Derechos Humanos. Y eso sí es crucial.
Uno de los reproches convocantes (todos más o menos abstractos y sin propuestas alternativas) es que el gobierno nacional ha fracturado la sociedad. Y, si me apura un cachito, me parece una virtud. Tomemos como ejemplo una medida cualquiera. Las casi tres millones de netbooks en manos de pibes y pibas de la Argentina profunda, la movilidad jubilatoria, la Asignación Universal por Hijo y por Embarazada, los juicios a los genocidas, y así podríamos seguir un rato largo, han conmovido los prejuicios culturales de quienes se sienten "rubios por fuera y por dentro". Es que esas y otras medidas (la Ley de Medios, claro, el Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género) han beneficiado a muchos muchachos morochos (y su versión femenina, muchas muchachas morochas) que veían pasar la vida con "la ñata contra el vidrio" y ahora son protagonistas. Están incluyéndose y hasta sueñan con una casa propia. Justo cuando el mundo conocido y admirado por los profetas mercachifles se cae a pedazos, dejando bajo los escombros a inmensas capas de la sociedad capitalista.
Pero me pregunto si los miembros de la Primera Junta patria habrán anunciado en "La Gazeta" que nos habíamos desembarazado de España el 25M. O si don Cristóbal les habrá mandado una paloma mensajera a Isabel y Fernando con un papelito que decía: "Majestades, os informo que hoy, 12-O, he llegado a las Indias y me han recibido ellas y ellos con buen talante y dispuestos a que los catequicemos por las buenas o por las malas. De la sífilis y otras bienaventuranzas nos ocuparemos gustosos, bendecidos por los enviados del Señor".
Creo que esta moda de reducir la realidad a su nomenclatura alfanumérica nació con la caída de la Torres Gemelas, el 11S, en Nueva York. Ese día un ataque terrorista al país más terrorista de la Tierra dio comienzo al siglo XXI, según la genialidad de Eric Hobsbawn. Pero, como dice Ariel Dorfman, hubo "Otros septiembres". Un 11S en el que fue asaltada la dignidad del pueblo chileno y se recibió de emblema de esa misma dignidad Salvador Allende.
En fin, que habrá 8N y 7D y 10D y celebraremos la inclusión y conmemoraremos a nuestros 30.000 y a nuestras Madres y Abuelas y festejaré los cumpleaños de mis nietos el 24J, el 4N y el 11E. El 39° aniversario de nuestro casorio el 2E, el nacimiento de mis hijos, el 28J y el 4J, respectivamente. Y, seguramente, saldremos a la calle el 10D para ratificar el compromiso con la construcción de un sueño mejor.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Vacaciones hepáticas

Hay gente que tiene apellido rapidito. Quiero decir que le viene marcado su itinerario vital. Por ejemplo, el juez Francisco Horacio de las Carreras (algunas ganadas, pero ésta me parece que no). Se fue a Miami con su cónyuge el 29 de abril del año que está feneciendo y regresó al terruño quince días después. Participó de la III Cumbre del Centro de Estudios para el Desarrollo de las Telecomunicaciones, cuya sigla es CERTAL. La reunión duró tres días y se supone que hubo disertaciones muy interesantes, destacándose la del abogado argentino Ricardo Recondo, también juez él, dedicada a denostar la Ley de Medios nacional, sancionada hace tres años por amplia mayoría parlamentaria. La Coordinadora General del organismo es Ana, la hija de Ricardo. Don Francisco y la señora viajaron con los pasajes y el alojamiento solventados por el Grupo Clarín. Se los vio en el Hotel Biltmore, el mismo que frecuentaban dos prohombres de la Historia. Uno de acá, Carlos Menem; el otro de allá, Al Capone. La cuestión es que de las Carreras está habilitado para decidir en la medida cautelar que el Grupo interpuso contra el artículo 161 de la Ley 26.522. O sea, yo te pago las vacaciones en USA y vos me das una mano. La contraprestación que le dicen. Por supuesto, el gobierno nacional está buscando eyectarlo del cargo, por caminos legales, como corresponde.
Parece que el modus operandi está naturalizado también en otros ámbitos. Por ejemplo, un médico viaja a un congreso de su especialidad en Cancún. Los gastos corren por cuenta de un laboratorio de productos medicinales, el doctor se inscribe, dice buenas tardes, está quince minutos y se va a la playa. Al regreso, comienza a garabatear en su talonario de recetas los productos de su mecenas turístico. Otra vez la contraprestación. Y todos chochos.
Y aquí viene mi recuerdo. Ya se sabe, la memoria es caprichosa. En una esquina de Mendoza, Coronel Plaza y Perú, hay una farmacia. En la puerta del negocio montaba guardia, hace tiempo, un perro espléndido, un pastor inglés con sus mechones grises y su cabellera blanca, sus patas cruzadas y la estampa de señorío aristocrático. Los dueños le pusieron un nombre apropiado con el rubro en cuestión. Se llamaba Sertal. Manso y muy compuesto, era un personaje amable para quienes iban a buscar un bálsamo para sus dolencias. No sé si el perro vive, pero cada vez que me paso de rosca con el morfi y debo recurrir a la ilustre pastillita que nos ocupa, me pregunto si el pastor inglés habrá mutado en Ana Recondo o si, subvencionado por un grupo monopólico, pasará su vejez con gorrito, baldecito y palita en las arenas de algún paraíso fiscal, acompañando a un señor que se recibió de abogado en la Facultad de Derecha (no me corrijas, Emilio, no hay error tipográfico). Una pesadilla recurrente, por culpa de la cazuela de mariscos, las porciones generosas de selva negra (made in Graciela, por supuesto) y la lectura cotidiana de la prensa hegemónica.
En ocasiones un cambio de letra puede darnos una sorpresa. Me metí en la página oficial del Centro de Estudios (www.certal.org) y encuentro varias veces la palabra "mercado" (no confundir con Roberto Mercado, cantautor e insigne embajador de la cultura popular del Este mendocino) y no es casual. Esa es la preocupación central de CERTAL. Impedir que el acceso a la información y la generación de contenidos sea plural. Impedir que el hígado de la sociedad funcione límpido y sin mecenas monopólicos. Cuidar el mercado, esa entelequia que tiene movilizados a los organizadores de caceroleos de teflón.

sábado, 27 de octubre de 2012

730 días

"...No les creas cuando te digan
que la luna es la luna,
si te dicen que la luna es la luna,
que esta es mi voz en una
grabadora,
que esta es mi firma en un papel,
si te dicen que un árbol es un árbol,
no les creas,
no les creas,
nada de lo que te digan
nada de lo que te juren
nada de lo que te muestren,
no les creas..."
               
"Testamento" (fragmento),
Ariel Dorfman


Dicen, ellos dicen, que el país está al borde del precipicio.
Dicen ellos que en Picún Leufú y en Villa Tulumaya hay un cepo que no te deja comprar dólares.
Ellos dicen que el mundo nos queda lejos.
Nos dicen que no hay libertad de prensa. Lo dicen desde la prensa.
Pronostican vientos huracanados, granizo y tempestades.
Cada vez que una mucama accede a su primera vivienda gritan ¡demagogia!
Comparan a los militantes jóvenes con las hordas hitlerianas.
Bendicen los vientres violados como un regalo divino.
Si los jubilados cobramos con puntualidad y recibimos dos aumentos anuales por ley vuelven a gritar ¡demagogia!
Nos ven venezolanos, chavistas, bolivianos y lulistas. Sufren de antilatinoamericanismo crónico.
Entienden como dádivas las medidas de inclusión.
Dicen y repiten que hace 730 días que no está.
Como dice Dorfman, no les creas.

sábado, 20 de octubre de 2012

El hegemonito

Transcurre la Feria del Libro de Mendoza. Respecto de la burrada descomunal del burócrata de turno opinaré luego del 4 de noviembre, fecha señalada como final del maratón literario. Y reflexionaré también acerca del aprovechamiento que ciertos personajes políticos y mediáticos (cada vez más parecidos) intentaron hacer del despropósito verbal e ideológico del mentado asesor.
Ahora quiero referirme al empobrecido caudal cultural del Diario "Los Andes", que acaba de cumplir 129 años. Y se le nota, caramba.
El hegemonito (como se sabe, salvo las necrológicas y algunos avisos clasificados, es Clarín de las acequias) anda, parafraseando aquella vieja canción, de despiste en despiste. Explico.
El jueves 18 de octubre, a las 20, estaba programado un homenaje al notable filósofo Arturo Roig, fallecido a fines de abril de este año. En la Feria, se entiende. Por alguna razón, difícil de entender para mí, fui convocado a integrar el panel, junto al poeta Jorge Sosa y la socióloga y discípula de Roig, Fernanda Beigel. Un verdadero honor que atribuyo a mis varias entrevistas durante la vida a tan magnífico humanista. Inclusive tuve el privilegio de hablar con él, en mi programa de Nacional, pocos días antes de su muerte, en ocasión de la inauguración de la Biblioteca de la radio que, por supuesto, lleva su nombre.
La cuestión es que el diario publica ese mismo día el anuncio del acto, pero omitiendo mi participación. De manera que me puse mi mejor disfraz de holograma y partí raudamente hacia la Sala Naranja del magnífico Complejo Cultural "Julio Le Parc". Fue hermoso ver a tanta gente, parientes, colegas, discípulos y demás miembros de la fauna vernácula rindiendo tributo a tan insigne coterráneo. Y, sin embargo, quedarme con la duda metafísica de saber si ellos me veían a mí.
Hoy, sábado 20 de octubre, a las 19, ya vestido con mis ropas de civil, compartiré la mesa de la Sala Verde con Luisa Valenzuela. Pues el mismísimo hegemonito que me ninguneó el jueves esta vez me nombra, hasta con el apellido correctamente escrito. Pero, despiste o Alzheimer periodístico, indica que la notable escritora es chilena. Es cierto que Luisa ha paseado su calidad literaria y su calidez humana por gran parte de este planeta que habitamos y deterioramos con refinada ostentación. El sudeste asiático y, recientemente, la muy peronista isla de Cerdeña la tuvieron hurgando entre sus mitos, su folklore y su gente. Mas de ahí a atribuirle una nacionalidad que no le pertenece hay un paso en falso, sólo imaginable por ignorancia o frivolidad. Sospecho que la confusión del redactor viene por el lado del apellido de mi querida y admirada amiga.  Gonzalo Valenzuela, actor de allende la cordillera, a quien las revistas del corazón llaman, eufemísticamente, Manguera. Y como él es chileno...les sonó el apellido. De ahí al pasto, un solo paso.
No es mucha la gente que sabe que la frase "Clarín miente" es una creación del empresario del transporte automotor Hugo Moyano. Desde hace unos meses el otrora "compañero de ruta" ha preterizado el tiempo de verbo. Como ahora, y por despecho, se ha hecho amigo del dueño de la Federación Agraria, del patrón de los obreros rurales, de Mauricio Macri y otra gente de pro, dice que Clarín mentía.
A mí me parece que uno no debe ser tan cruel (estalinista, como diría cierta devota del delirio místico). Al menos en nuestra tierra de medanales, hermosas mujeres y asesores culturales de opereta, podríamos decir que el hegemonito no miente. Metaforiza, nomás.

sábado, 13 de octubre de 2012

Los premios

De acá y de allá. Empecemos por allá. Le dieron el Premio Nobel de Literatura al chino Mo Yan. No podemos opinar porque no ha sido publicado en nuestro país ( una pequeña editorial española, Kailas, tiene algunos títulos suyos a la venta), pero la Academia Sueca estuvo cerca, muy cerca, de dárselo al líder camionero y segunda estrella en el firmamento hegemónico mediático argentino. Por una O no se lo dieron a Hu go Mo yan o. ¿Qué es un chiste, malo, mío? Puede ser, pero no me diga que esa posibilidad no está en sintonía con los delirios a que nos tienen acostumbrados las señoras y señores del almidón escandinavo.
La tostada me entraba por la boca, bañada en el maravilloso dulce de damasco que hace mi amada. Como corresponde, según la costumbre ontológica del occidente cristiano. Cuando leí que la Unión Europea se llevó el de la Paz, estalló mi tostada, brotaron sus partículas masticadas por todos los orificios de mi cuerpo. Ya no era el bálsamo cotidiano del perfume del damasco. Ahora, asco, puro detritus moral. Premiaron a los bancos, a los especuladores criminales, a los licenciados en timba genocida, a los Rajoy, Merkel, Samaras y toda esa lacra inmunda de mediocres bendecidos, Y, como dice mi querido amigo Manuel Saralegui, justo un 12 de octubre, fecha de triste memoria para la humanidad. Como castigo a los jubilados griegos inmolados en las plazas públicas y con los mismos argumentos, casi calcados, que utilizaron para premiar a Henry Kissinger, Menahem Beguin o Barack Obama: la reconciliación, la democracia y los derechos humanos. Millones de desocupados sienten que les escupen el rostro.
Si hubiese un Nobel de Fútbol, estos tipos se lo darían a Joseph Blatter o al 4 del equipo austríaco, para que no se lo lleve Messi, seguramente. En 2013 pueden postular al asesino de Miguel Galván, dirigente del MOCASE (Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero) o a Castelao Bragaño, el efímero Presidente del Consejo General de la Ciudadanía en el Exterior, de España, aquel que declaró que "Las leyes son como las mujeres, están para ser violadas". Y así podríamos nominar a tantos. A los conspicuos dirigentes ultracatólicos que pretenden implantar una hostia consagrada en los cuerpos de las mujeres vejadas, prostituidas y embarazadas, en nombre de la vida. Viejas y viejos carcamanes, favorecedores de los violadores, defensores de ladrones de bebés, autores intelectuales de los mayores atropellos a la dignidad humana. Se sienten seres superiores, inclusive a la ley y a la justicia. Sólo responden ante su dios, si es que les conviene.
Son de acá y, al igual que el monopolio mediático, se cagan en la Corte Suprema de Justicia y en el Derecho Positivo, en nombre de un supuesto Derecho Natural, inspirados en lo más rancio del pensamiento tomista y mirando para otro lado cuando sus pastores someten sexualmente a ovejitas indefensas. Basuras e hipócritas, con cara de ángeles inmaculados.
Más preocupados por el rating que cada domingo pueda alcanzar el clon trucho de Michael Moore, o en disimular el último papelón de la Bullrich, verdadera saltimbanqui de la política criolla, o en mantener la influencia del poder mediático sobre los formadores de precios y la corporación judicial, no vacilan en recurrir a cualquier trapisonda con el único objetivo de jodernos la vida. Y seguir currando a mansalva.
Mañana, agárrese fuerte, son capaces de darle el de Economía a Lita de Lazzari o a Domingo Cavallo.
No sé si vale la pena seguir esperando con ansiedad cada año que los circunspectos dejen de mirarse el ombligo. Y nosotros, colonizados culturales, salgamos desesperados a buscar en Google datos biográficos de los galardonados.
Pero, al menos, te ofrezco un pétalo positivo en esta metida de pata flor. Volvamos a leer "Los premios" (1960), la novela de Julio Cortázar, el cronopio que no necesitó el Nobel para quedar en la historia.
Como las Abuelas.

sábado, 6 de octubre de 2012

El ombligo

Es una cicatriz. Ni más ni menos. La tiene todo ser humano, independientemente de su origen, su condición social, su creencia religiosa, su pasión deportiva, su elección sexual o su pertenencia política. Si bien cumple una función nutricia indispensable mientras somos fetos, una vez que salimos al mundo y el cordón que nos unía a nuestra madre se cae, ya está, ya no sirve para casi nada más. Y digo casi porque, desde que el Rey Salomón dice en "El cantar de los cantares": "Tu ombligo es un ánfora redonda donde no falta vino" (Capítulo 7, Versículo 7:2), se ha convertido, sobre todo si la cicatriz aludida es femenina, en fetiche erótico y estético. Sin embargo, anatómicamente hablando, el ombligo ya no nos sirve más. Sí, usted dirá que junta pelusa. Mis orejas también, por no mencionar otros resquicios de nuestro cuerpo, pero tienen utilidades varias. Aunque sea, allí apoyamos las patillas de los anteojos, por ejemplo.
-Perdón- me dice la doctora de la mesa, mientras enciende el cuarto cigarrillo de la mañana-, pero ahora también se usa como puerta de entrada para técnicas exploratorias quirúrgicas, como la laparoscopia.
-Te encargo el léxico- la carga Luis.
-Che, doctora, ¿vos no sos especialista en vías respiratorias? Digo, por aquello de que haz lo que yo digo, pero no lo que hago- interviene Emilito, el profesor de Educación Física en colegios secundarios femeninos.
-En realidad- me meto yo-, me y les pregunto si no será que en nuestro país el ombligo es una construcción cultural.
Me llovieron migas de pan, restos de medialunas, un sobrecito de azúcar y hasta unas gotitas de café. El común denominador de las protestas por mi pregunta era que me dejara de joder con tanto delirio organicista.
-Tenía razón aquel trosko amigo cuando te definió como marxista de café, dijo Luis.
-Y a mucha honra-dijo el Gordo, que creía que le decían a él.
-Si me permiten-insistí-, trataré de explicarles mi tesis. Si, como dicen los matasanos, el firulete objeto de nuestros desvelos cafeteriles de hoy no sirve para niente, ¿por qué hay connacionales que piensan, sienten, votan, manifiestan, conspiran, escriben, actúan, practican deportes, pintan, hacen música, opinan, estudian, creen, crean, rezan, respiran, orinan, defecan, seducen, trabajan, reclaman, suman, multiplican, restan, dividen, investigan, cocinan, comen, beben, se drogan, leen, cantan, esculpen, escupen, publican, dirigen el tránsito, gestionan un club como si fuera un país y un país como si fuera una empresa, hacen cola en el supermercado y en el banco, compran, venden, alquilan, protestan, pagan y cobran, ven televisión y escuchan radio, hacen televisión y hacen radio, vuelan, navegan, nadan y caminan. Y así podría seguir hasta el sábado próximo-Raúl, traeme otro cortado, por favor- preguntándoles por qué para hacer todas estas cosas vitales, usamos el ombligo y no el cerebro o el corazón. No, me equivoqué. El cerebro y el corazón.
Como la primavera tiene curvas de mujer, dejamos por un momento la sociología urbana de día feriado, y rendimos los honores correspondientes a la morocha que, ombligo al aire, dejó el mejor perfume de la mañana. Hasta Mecha, la doctora, largó una bocanada de tabaco que nosotros interpretamos como un cómplice saludo de género.
Ya repuestos de la gratísima impresión, el primero en intentar una respuesta a mi estocada dialéctica fue el profe de gimnasia, que tiene vistos unos cuantos ombligos a lo largo de su itinerario pedagógico.
-Creo-dijo- que, por ser periodista, estás bastante lúcido. Esos connacionales a los que hacés referencia tienen el ombligo demasiado cerca del bolsillo.
-Nosotros también- se metió Raúl, el mozo, sintiéndose ya uno más del grupo.
-Pero algunos no se dan cuenta y otros sí-insistió Emilito.
-Justo hoy que vengo caliente con Isabel Sarli-dice Luis, que es cineasta retro. Y se le nota hasta en el ombligo.
La mañana de sábado es una delicia. La montaña mendocina como telón de fondo, un sol cálido, la brisa que nos acaricia y la mesa en la vereda para que Mecha y el Gordo puedan fumar sin sentirse en el exilio. Desde donde estamos sentados se ve el televisor del bar. Está puesto en la TV Pública, por pedido nuestro.
-¿Ves?-digo- Ahí está. Si ese es el canal para todo el país, ¿qué carajo nos importa, a nosotros y a una señorita de Palpalá, que un choque intrascendente mantenga ocupado un carril del Acceso Oeste a la Capital Federal? Mechita, ¿cómo se llama la inflamación del ombligo?
-Ombliguitis, obvio.
-Eso es lo que tienen los cacerolos del otro día, por ejemplo. Y me parece que es contagioso, aunque los libros de medicina digan lo contrario. O sea, sí creo que el ombliguismo es una construcción cultural, queridos contertulios y compañera contertulia. Sin rima, por favor. Y en esa parte del territorio nacional, es endémica. Si no cómo se explica que gane las elecciones ese vago consuetudinario, el Capitán Veto. Che, Raúl, se me enfrió el cortado por culpa de tanta cháchara. Calentámelo, por favor.
El Gordo, cocinero de pastas y licores y dulces poemas, cada vez más sordo, acotó,
-En la noche 184 de "Las mil y una noches" la bella Budur se desprende la camisa y le espeta al joven Kamaralzamán: "He aquí mi ombligo, que gusta de la caricia delicada; ven a disfrutar de él".
Cada uno pagó su consumición, como todos los sábados, nos besamos con el mismo cariño de cada fin de semana y nos fuimos.
Me dijo, luego, Mecha que el Gordo, sordo por convicción, no entendió tan abrupto fin de la reunión.
Y si usted se mira el ombligo y no le gusta lo que ve, pídale a su librero de confianza que le recomiende una buena edición de esa joya literaria.

viernes, 5 de octubre de 2012

En grado de tentativa

Es de 2004, se llama "Crimen ferpecto", la dirigió Alex de la Iglesia (el tipo lleva un karma en el apellido), los actores principales son Mónica Cervera y Willy Toledo. Se cuenta la cuestión del ascenso social, en clave bizarra. Uno de los hallazgos es el título de la película. En una sociedad capitalista no hay crímenes perfectos. Porque el capitalismo no lo es, esencialmente. Entonces, ¿para qué esmerarse en trabajar con decencia si matando al jefe se puede ocupar su lugar? Claro, uno no vive solo. Alguien te vio, supo, y si ese alguien es una mina tan ambiciosa como el sujeto en cuestión, ni te cuento. En fin, brillante alegoría. Divertida, entretenida y bien actuada. Es la séptima película del muy ateo Alex.
Hace varios días que un grupo de prefectos y gendarmes se soliviantaron contra sus superiores y el gobierno nacional. Inicialmente, por una injusta reducción de su salario de bolsillo. Con los reflejos que la caracterizan la presidenta resolvió el asunto. El decreto 1307/12 que originó el fragote quedó fuera de juego, se les depositó la guita que les corresponde y a otra cosa mariposa. Ah, también fueron eyectados de sus cargos los jefes de Prefectura y Gendarmería y más diez jerarcas por equipo. Son once contra once, pueden organizar un minicampeonato de tránsfugas. Total, plata para los premios deben tener. Héctor Schenone, el prefecto destituido, ganaba 93 lucas mensuales, gracias a las tristemente célebres medidas cautelares, mientras la tropa miraba con la ñata contra el vidrio. Más que jefe, un capo.
Buscando buscando se va encontrando. Resulta que el objetivo del decreto del despelote, blanquear items no remunerativos, incluye una cláusula, el artículo 6, que prevé que si, a raíz de su aplicación, algún agente (así hablan en el idioma boludo-burocrático) percibe menos de lo que le corresponde, se destina una partida que compense la diferencia. ¿Por qué no lo pusieron en práctica? Cuando terminen el campeonato, léase la investigación, te lo cuento.
Pero hete aquí que los tipos siguen la protesta. En la misma época en la que "espontáneamente" se le desea la muerte a Cristina, se llama a otras fuerzas de seguridad a sumarse a un nuevo cacerolazo (tan espontáneo como el anterior), se secuestra y tortura a un testigo para que no declare en el juicio que investiga el asesinato, el 20 de octubre de 2010, de un militante del Partido Obrero, el pibe Mariano Ferreyra, se amenaza a otros, se miente en los diarios, radios y televisoras "serias", en fin, en tiempos primaverales se pretende, me parece, crear clima. Estos meteorólogos políticos quieren inventar un invierno, justo cuando florecen los jardines.
Si Alex se anima podría filmar la segunda parte de la saga. Le propongo el nombre: "Crimen prefecto, en grado de tentativa". El argumento está, falta el guión y que haga un buen casting. Va a encontrar varios postulantes locales.

martes, 2 de octubre de 2012

El nombre

"Señores yo estoy cantando
lo que se cifra en el nombre"
Jorge Luis Borges


Fue un lamentable error. Así se justificaba el padre cada vez que, asombrados, los interlocutores le preguntaban por qué había elegido ese nombre para el primogénito. Un nombre que le marcó la vida y lo guió hacia un destino impensado.
Don Roberto Cos, el papá, siempre quiso ser médico. O matemático. Cuando comenzó su noviazgo con Florencia Quíos, ambos tenían 17 recién cumplidos, se dijo que la conjunción de los planetas (Roberto creía en esas boludeces) le ratificaban su vocación. Ella tenía el nombre de pila de la enfermera más famosa de la historia: Florencia Nightingale. La primera vez que lo charlaron salían del telo y estaban exultantes. Él le propuso que se casaran y si tenían un hijo varón le pondrían Hipócrates. Venían los dos de familias muy humildes y habían dejado en el camino el frustrado intento de ingresar a la Facultad de Medicina. Sus trabajos eran incompatibles, por horarios y costos, con los estudios universitarios.
Pero llegó el varoncito. El parto, natural y el bebé, sanito. Fue Roberto quien hizo el trámite de inscripción en el Registro Civil. Había averiguado que su apellido coincidía con el nombre de la isla griega en la que nació Hipócrates, el paradigmático médico del Siglo de Pericles. Y que el de Florencia también remitía a otra, en el Mar Egeo, cerca de la frontera con Turquía, donde había venido al mundo el otro Hipócrates, el matemático del siglo V, antes de nuestra era, y que descifró la cuadratura de la lúnula. Estudió y aprendió a explicar que la intersección de dos círculos superpuestos se llama, precisamente, lúnula. Estaba cantado, su hijo se llamaría Hipócrates Cos Quíos.
Dicen los testigos del despropósito que ninguno de los participantes del momento en cuestión resistían un dosaje alcohólico. Ni el padre, ni esos testigos. Ni siquiera el funcionario público. Todos se sumaron al agasajo que Roberto Cos llevó en envases del mejor Malbec mendocino. Tal vez a eso haya que atribuir el error. El niño fue inscripto como Hipócritas Cos Quíos. Y quedó marcado para toda la vida.
Ante la pila bautismal ocurrió algo parecido, pero esta vez el descuido del sacerdote tuvo que ver con el escote de la joven madrina. El cura tenía los cuatro sentidos (el quinto, el del tacto, le estaba vedado en público) puestos en el canal que separa los pechos de la morocha. Obviamente, para él el nombre del niño (y el de la muchacha también) era un detalle apenas.
Hipócritas creció, hizo una primaria a los saltos (sus compañeros lo llamaban Hipo) y en la secundaria empezó a sentir que su nombre le indicaba un destino manifiesto. Cuando estuvo en condiciones legales de pedir la intervención judicial para corregir su identidad consideró que valía la pena probar cómo resultaba la vida llevando ese nombre.
Te la hago corta. Se recibió de ingeniero en Ciencias Administrativas y Financieras. Hizo el master respectivo en una universidad norteamericana que le costó cincuenta mil dólares, como usted ya sabe. Hipócritas se hizo empresario, escaló posiciones hasta asumir como CEO de una multinacional energética. Sus remuneraciones alcanzaban cifras tan interesantes que le permitieron efectuar donaciones suculentas a instituciones benéficas, religiosas y laicas, e incrementar su influencia en los círculos cercanos al Poder. Sincero hasta la exageración, rechazó la propuesta de ser legislador nacional en una lista del Partido Progresista Reaccionario, agrupación política de abolengo. Desistió porque la única exigencia de sus líderes era que debía mutar su nombre, de Hipócritas a Transparencio. Lo consideró de mal gusto, pese a que ese nombre tenía reminiscencias rurales.
Hipócritas Cos Quíos es un ciudadano modelo y aspira, como todo cristiano debidamente bautizado, a tener una descendencia que le garantice una vejez apacible y el reconocimiento eterno de los pobres de su patria ante tanta filantropía.
Sin embargo, se lo ha visto cabizbajo a don Hipo últimamente. Según sus allegados más íntimos la razón de esa depresión hay que buscarla por el lado de sus hijos. Es que Egea y Jónico se recibieron de médicos con excelentes notas y recién graduados comenzaron a trabajar en zonas marginales de su ciudad, cuidando la salud de mujeres, niños y ancianos Todos feos, sucios y malos.

lunes, 1 de octubre de 2012

La aristocracia del barro


A la comunidad educativa de la Escuela "Fuerte San Carlos"

"Tránsfugas independientes,
mejorando a los presentes"
Joan Manuel Serrat


El sol abrasa y abraza. Son casi 200 chicas y chicos de una escuela que, en más de un sentido, tiene las puertas abiertas. A sus espaldas está el Fuerte propiamente dicho, fundado hace 240 años, dato que lo convierte en el emplazamiento más antiguo de la zona. Me miran con esa mezcla de curiosidad y avidez que los adolescentes llevan pintado en el rostro. No entiendo y me asusta tanta expectativa. Se supone que Daniel y Laly, el director y la profesora de Comunicación Social, quieren que les cuente a los jóvenes reunidos mi experiencia vital, cómo superé (si es que) la discapacidad motriz congénita y, sobre todo, tienen la fantasía de que pueda trasmitirles aquellos momentos maravillosos en los que fui sembrando relaciones y cosechando amigos eternos, como Mempo Giardinelli, Liliana Herrero y León Gieco, entre varios, muchos más, gracias a este trabajo apasionante de leer, ver y escuchar a nuestros creadores populares.
Enmarcada entre cuecas, gatos y tonadas la conversación se hizo fluida. Dicen que a más de 100 kilómetros al sur de la ciudad de Mendoza el frío del invierno es cruel. Imagino a varios alumnos recorriendo el trayecto desde su casa a la escuela entre la escarcha y el barro de esas mañanas gélidas. No, la verdad es que no alcanzo a imaginarlo. Sé, sin embargo que allí estaban, curtidos por los vientos de la inclemencia, habitantes del país profundo, el interior del interior, curiosos y preocupados por saber y conocer, opinando acerca de la posibilidad, su posibilidad, de poder votar en las próximas elecciones o cumplir con la vocación de ser profesora de Matemática, por ejemplo.
No me sentí como en familia, como es de estilo decir en estos casos. Me sentí entre gente sencilla, querible, sin dobleces ante un desconocido. Y me sentí con la responsabilidad de no dejarles la impresión del citadino que viene a contarles la precisa. Al contrario, tengo puesta la remera que me regalaron con el logo del colegio y me siento un condiscípulo de esos jóvenes.
A varios miles de kilómetros de allí, un día antes, un grupito de nenes de papá, a razón de más de 40 mil dólares anuales, fueron la herramienta útil de una operación más de desesperación política. La Universidad de Harvard se llama así desde el 16 de marzo de 1639, aunque había sido creada tres años antes por el clérigo homónimo. Tiene 9 Facultades y ha dado 43 premios Nobel y 47 Pulitzer. Son la aristocracia académica mundial. De sus claustros salieron Barack Obama, Mark Zuckerberg, Rubén Blades, Felipe Calderón y varios personajes más, a lo largo de sus 373 años. Pero como tantas cosas y tantos osos de peluche comunicacionales en estos tiempos luminosos ya no es lo que dicen que era.
El medio pelo argentino sigue teniendo cierto patrón cultural que podría resumirse así: todo lo de afuera es mejor. Y si es de Estados Unidos o Europa, mucho mejor. Tener un hijo que pueda ostentar el diploma de un centro de estudios de Yanquilandia en la pared principal de la oficina del edificio que construyó papi, es el sueño de un empresario prototípico de cierta burguesía careta nacional.
No quiero generalizar porque conozco a brillantes jóvenes graduados en universidades norteamericanas que hoy suman su talento por un mundo más inclusivo y un país más justo. Pero lo visto en la conferencia en Harvard, que tuvo a Cristina Fernández como protagonista, mostró la decadencia de ese reducto de cuadros del neoliberalismo tardío y, a su vez, lo dicho al comienzo de este párrafo: las preguntas de los latinoamericanitos mimados por la derecha vernácula fueron una secuela del cacerolazo del jueves 13 de setiembre en la ciudad de Buenos Aires, en Mendoza, en Córdoba y poco más. En suma (o en resta), una operación orquestada a través de las redes sociales, con la batuta de esa orquesta marcando el compás para ejecutantes de un desnivel alarmante. Al punto de que, a las pocas horas de finalizado el show, ya se conocía el prontuario político de uno de los cacerolos mediáticos de esa noche.
Los muchachos y las chicas de San Carlos, Mendoza, están en marcha. Avanzan por caminos, a veces polvorientos, otras embarrados, pero nunca han recibido a Domingo Cavallo para que les cuente cómo hacer para destruir el aparato productivo de un país, o para mandar a sus científicos a lavar los platos, o para enseñarles cómo besar los fundillos del pantalón de los patrones de la timba financiera global. Y se les nota.
Si la gendarmería de la lengua española, admite que el término "aristocracia" tiene, al menos, dos acepciones: "Clase noble de una nación, una provincia, etc." o "Clase que sobresale entre las demás por alguna circunstancia" y si le quitamos toda connotación discriminatoria al concepto sociológico de clase y entendemos la nobleza como esa actitud humanista de toda gente buena, podemos, debemos elegir.
Harvard fabrica gerentes. Esta escuela pública argentina construye ciudadanía.
Sus alumnos son, orgullosamente, nuestra aristocracia del barro.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Berrinche

"Me importa una infinidad de carajos, y no soy más grosero solamente para no abusar del efectismo, tener el más mínimo grado de consenso con esta gente"
Eduardo Aliverti, en "Marca de Radio" (15/09/12)


Fue el jueves 13 de setiembre de 2012. Hablan ellos. Gritan ellos. Ellos ocuparon calles y plazas del país.

"Por las privaciones", llamando a cacerolear a través de las redes sociales, con imagen de fondo de un dólar norteamericano.
"En el cielo las estrellas, en la tierra las espinas y en la televisión argentina, la conchuda de Cristina". Primitiva copla infantil adaptada por seres escatológicos primitivos.
"En Barrio Norte también tenemos hambre", pancarta en manos de señora bien.
"No + KK", pancarta en manos de joven bien.
"Borombombón si tenés huevos salí al balcón", invitación amorosa a la presidenta de la nación, pero como tiene ovarios no salió.
"Andá con Néstor la puta que te parió", cántico cristiano de gente ídem.
"Me voy a vivir a Narnia, prefiero que me gobierne un león y no una yegua". Pancarta cinéfila, literaria y zoológica vista en Mendoza.
"Quiero que dé conferencias de prensa, con eso me basta". Declaración de un manifestante bien, de enorme profundidad intelectual.
"Estoy en contra de la procreación irresponsable". Referencia a la Asignación Universal por Hijo de una joven bien.
"Sí, somos golpistas de la democracia". Dicho por un maestro del oxímoron.
"El marido se murió en un rato, así que ella tenga cuidado". Una señora preocupada por la salud de otra señora.
"Aparición con vida del sistema republicano, visto por última vez el 25 de mayo de 2003", se leyó en una parodia del glorioso pañuelo blanco de nuestras Madres.
"Néstor volvé, te olvidaste de Cristina", cartel zombie que mezcla ternura y charla con el más allá.
"No queremos destituir a nadie, queremos que se vaya". O sea.
"Este es un gobierno narcoterrorista", lo dice un señor con aspiraciones.
"Quiero irme todos los años a Punta del Este y esta vieja de mierda no me deja". Quiere un jovencito rubio, de ojos celestes, con chomba de marca anudada al cuello.
"El que no salta es negro K". El rabino Sergio Bergman y comparsa ecuménica practicando aerobic. A propósito, este fantoche compartió la "fiesta" con Cecilia Pando y cruces svásticas.
"No me dejan ahorrar ni diez dólares", hace pucheritos una dama patricia.

yoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyo
yoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyo.
No hay caso, por más que los repita no se convierten en nosotros.
Cada uno de esos yo semejan a esos "Monos antropomorfos, de color en general pardo oscuro y de estatura semejante a la del hombre" (Diccionario de la Real Academia de la Lengua). Y de la mujer, agregamos nosotros que somos feministas por convicción.
Si se les enseña, también los monos antropomorfos saben golpear cacerolas.
Propuesta postberrinche bizarro: imaginen cómo sería un país que conforme a estos cuadrúpedos. ¿Imaginaron? La escritora argentina Elsa Osorio dice que "...no hay posibilidad de memoria sin imaginación". Y viceversa.

martes, 11 de septiembre de 2012

Un cuento

Había una vez un pueblo. Quiero decir, un territorio con una plaza, un edificio municipal, un templo religioso, una escuela primaria y un colegio secundario, una farmacia, un salón de usos múltiples (a cargo del Maese Guillermo Plus Essen), un club social, una canchita de tierra, un cafétín, una comisaría y su comisario, un almacén de ramos generales, una veterinaria y sus animales, un psiquiatra y sus pacientes, un médico y su consultorio, un contador y un cuentista, un poeta y varios verseros. O sea, ese pueblo tenía un pueblo. Quiero decir, mujeres y hombres, niños y ancianas, abuelas y nietos, trabajadores y parásitos, pájaros y pajarones, vacas, toros, caballos y terneros con su dueño agrícolo y ganadero, ternuras y durezas, gatos y gatas, perros y libélulas.
Pero lo que caracterizaba a ese pueblo es que tenía dos fuentes. La Fuente Nueva y la Fuente Vieja. Oficialmente el pueblo se llamaba Villa Las Luces y había sido imaginado, quiero decir fundado, por el sargento Emilio González Mediasuela, un desertor del ejército del general Tulio Pétreo, allá por los años 50 del siglo fenecido. Emilio hacía ostentación de ser el último eslabón de una familia de zapateros remendones. Era tal la importancia que ambas fuentes tenían en la vida cotidiana de la zona que todo el mundo lo conocía como Dos Fuentes, pese al reclamo inclaudicable de su creador y el beneplácito de los contertulios del bar que amaban la penumbra y abominaban de los excesos lumínicos. Incluidos los semánticos.
Los habitantes compartían casi todo. Menos las fuentes. En la Fuente Nueva se reunían los escolares, enarbolando sus primaveras, aún en invierno. Las chicas con sus bellezas al viento y sus cuerpos dispuestos. Los chicos, como es natural, aprendían de ellas a transitar los caminos del placer. Sí, el orgásmico también. Se metían en las aguas frescas para saciar la sed y mojar sus calores juveniles con la inocencia de los zorzales nuevos, la convicción de los pájaros carpinteros y la estética de los colibríes. Como en todo pueblo que se precie estaban los impacientes. Siempre querían mucho más, por eso no llegaban a tiempo a ninguna fiesta ni ayudaban a preservar las mejoras del lugar.
La Fuente Vieja recibía personajes raros. O no, según se mire. Todos los mediodías decían presente la Rubia Blonda, mística apocalíptica y adivina frustrada; Rosa Lepetit, mujer con la insólita costumbre de almorzar en público;  Federico Robledo, que hablaba sólo con el lado derecho de la boca; Luis Newtown, mozo extranjero que tenía la manía de robar las propinas de sus colegas cada dos años, exactamente el mismo día, 28 de diciembre; Hugo Track, dueño de la empresa de camiones y coleccionista de camperas de cuero; el showman George Badmilk, un mediocre imitador del periodista norteamericano Michael Moore; el Colorado, sobrino colombiano del empresario F. Drina; señoras benéficas con fotos de gente pobre; el comisario Leopoldo Pí y Cana y sus esposas; la Pato Toro Rico, ejemplar femenino de alcurnia deteriorada; José Hostia, el nonagenario sacerdote, conocido como el Padre Papá, Tío y Abuelo, según el grado de cercanía de quien lo mentaba. Las fiestas organizadas en días de guardar guardaban las formas exteriores, pero tenían, invariablemente, un final orgiástico. Entre ellos se reconocen como gente, socios, parientes o clientes.
Del cuidado de la Fuente Nueva se ocupaba la maestra, los trabajadores y los gatos noctámbulos. Entre ellos se reconocen como hermanos, camaradas, amigos, compañeros.
En la Vieja monta guardia un tipo que padece enanismo ético, una enfermedad propia de estas comarcas. Parapetado detrás de anteojos culo de botella, recibe instrucciones permanentes de su jefe, el capomafia del lugar, conocido como Héctor Imán Tado, aunque se supone que su verdadero nombre se perdió en una encrucijada de los tiempos. El guardián de la fuente decrépita está tan consustanciado con su función que ha adoptado para sí el nombre de ella, pero en italiano como un homenaje eterno a Don Corloene, pariente lejano. O próximo, según se mire.
Como corresponde, se lo odia profundamente, pero nadie intenta hacerle daño porque dicen que se irá descascarando al ritmo natural de todo organismo putrefacto. Igual que la Fuente que le mandan cuidar.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Ricardo, el albañil

Los que saben dicen que en el Reino de Navarra, España, en el siglo XV, los señores feudales no se resignaban a obedecer las directivas del monarca español. El poder, que le dicen. De allí nace lo que entonces se llamaba "Pase foral" o "Derecho de sobrecarta". La cuestión era mantener los fueros como sea (Cualquier semejanza con cierto expresidente atornillado a su banca de senador nacional es pura coherencia histórica). Cuando Isabel y Fernando inician la conquista y colonización de las nuevas tierras llegan funcionarios, curas y mercachifles varios a diezmar las riquezas naturales y producir el genocidio que conocemos. Alguien tenía que hacer el trabajo duro. Los pueblos originarios. Adivinaste, pequeño. La brutalidad, las enfermedades venéreas y las condiciones infrahumanas fueron produciendo un índice peligroso de mortandad entre los indígenas. La reacción a esta situación llegó, por ejemplo, a través de la prédica de Bartolomé de Las Casas, quien "descubrió" que los aborígenes eran humanos. O casi. Y parece que convenció a los Reyes Católicos. Entonces empezaron a llegar Cédulas Reales y demás papeles pintados ordenando a virreyes, regidores, cabildantes y otros miembros de la fauna ibérica para que dejen de tratarlos como esclavos.
Sí, tenían alma, pero ¿quién iba a hacerse cargo del trabajo en las minas o de roturar los campos o de someterse sexualmente ante los dueños (perdón, los patrones)?  En "La Oscuridad y las Luces" (Edhasa, 2010), su autor, Eduardo Grüner, lo explica magistralmente. Don Bartolo les resuelve el problema de la mano de obra: hay que traer esclavos de África. Total, son negros. O sea, no humanos.Son animales o cosas, pero cosas que trabajan. En fin, un sacerdote católico, pero sin exagerar. Con amplios conocimientos de Economía Política como se ve y que pasó a la posteridad con buena prensa.
Hago todo este rodeo para contarte que lo que hicieron los señores feudales de Navarra, en la Península, aquí se llamó "Se acata, pero no se cumple". Usted, lectora, puede traducirlo como "Tiene razón, pero marche preso", si quiere. Este pequeño paseo por nuestra trágica historia me sirve para introducirte en el tema. Si los farsantes utilizaban la excusa para seguir haciendo sus bestialidades, un episodio sucedido el viernes pasado, 7 de setiembre del año 2012 de vuestro señor Jesucristo, en San Rafael, Mendoza, Argentina, gestado por el director de una escuela pública, nos enseña que la frasecita en cuestión no es más que una herramienta que, como un martillo, por ejemplo, puede utilizarse para matar o para edificar una casa.
El Calendario Escolar manda homenajear a la Virgen del Carmen de Cuyo, según Resolución N° 683-DGE-2012. Pero Ricardo Alejandro Ermili, el director de la Escuela 4-130 "Prof. Jorge de la Reta", dijo nones. Cada jornada llegan a las 18:45 y se van a las 23:30 un poco más de 150 alumnos. Los argumentos de Ricardo son contundentes y sólidos. Ninguna resolución puede contradecir a la Constitución provincial que en el Artículo 212 dice, entre otras cosas: "La educación será laica". Además, la Ley Provincial de Educación, N° 6970, en su Artículo 4 establece: "El Estado garantiza...c) la prestación de los servicios educativos, asegurando la obligatoriedad y estableciendo que los niveles y regímenes del sistema de gestión estatal deberán ser gratuitos y laicos". Y no te fatigo más con numeritos.
Lo que hizo Ricardo, además de cumplir con la ley superior, es comenzar a cambiar un paradigma. Desde siempre vemos crucifijos, fotos sacras y sabemos de misas de graduación con asistencia obligatoria en instituciones educativas estatales. Se naturalizó una situación antinatural. Por muy mayoritaria que sea una secta es sólo eso, una secta. Representa, como la etimología del término lo dice, un sector. Y a nosotros nos enseñaron que la democracia es el gobierno de las mayorias, pero sobre todo, el del respeto por las minorías.
Hace muy poco y por iniciativa del Ministerio de Cultura de Mendoza se llamó a concurso para elegir la letra del Himno provincial. Ganó un esperpento que, entre sus íconos, destaca la figura de la Virgen de la Carrodilla y no hace ninguna mención al pueblo huarpe, habitante originario de estos medanales hasta que, los que trajeron la cruz y la espada, se encargaron de pisotear esa cultura ancestral. Tan naturalizada está la colonización cultural que un reconocido poeta que se declara a veces ateo, otras agnóstico, pero siempre judío, mi querido amigo Carlos Levy (integrante del bochornoso jurado del concurso en cuestión), justificó el exabrupto. Llegó a comparar a la figura religiosa con el Aconcagua y el viento Zonda. Es decir, dos fenómenos naturales con una construcción ideológico-cultural. Salvo que, producto de una indigestión etílica, el poeta crea que el cerro y el viento son obra de Dios. Oprobioso.
Ricardo le recuerda a su superior jerárquico que un nuevo paradigma es posible. Su actitud se inscribe en la etapa de construcción de una sociedad de inclusión. Visibiliza, saca de debajo de la alfombra, una costumbre discriminatoria. Dice Ricardo que, silenciosamente, varios directivos vienen poniendo en práctica el "se acata, pero no se cumple". La diferencia es que él ni acata ni cumple porque su conciencia democrática y, no es un detalle, su militancia en favor de los derechos humanos, lo convierten en un albañil de la nueva patria. Su gesto tiene un plus. No es anticatólico ni antirreligioso. Es anticlerical, que no es lo mismo. Ha colocado un imprescindible ladrillo laico.