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jueves, 22 de noviembre de 2012

Una trampa

"Lo que ocurre en Palestina es un crimen que podemos comparar con lo que ocurrió en Auschwitz", dijo José Saramago.
"Hezbollah no existía cuando Israel arrasó el Líbano en sus invasiones anteriores. ¿Hasta cuándo seguiremos creyendo el cuento del agresor agredido, que practica el terrorismo porque tiene derecho a defenderse del terrorismo? Irak, Afganistán, Palestina, Líbano...¿Hasta cuándo se podrá seguir exterminando países impunemente", dice Eduardo Galeano.
Las citas de estos dos fenomenales humanistas de nuestro tiempo me sirve para marcar territorio. Son una guía para que vos, lectora de miel, sepas donde estoy parado.
Los cables de las agencias de noticias dicen que hay tregua. La número no sé cuánto. Y cada vez que la muerte nos golpea con sus estadísticas de hielo los líderes políticos internacionales vomitan promesas de paz definitiva, reuniones urgentes de organismos cada vez más burocráticos e hipócritas (los mismos que venden las armas simulan detener la masacre, ¿cómo creerles?). La cuestión es que los palestinos pierden, esta vez y por ahora, 166 a 5. Como si fuese un partido desparejo de la NBA los diarios, radios y canales tiran cifras obscenas.
Se ha instalado, con una naturalidad preocupante, la idea de que el Estado de Israel es la patria de los judíos del mundo. El contrabando ideológico confunde (o pretende confundir) la doctrina política creada por el húngaro Teodoro Herzl con una verdad universal. Es llamativo ver cómo gente lúcida y comprometida con las mejores causas pisan la cáscara de banana y se van al pasto. Con fundamento religioso (el pueblo elegido, el relato talmúdico, Moisés, la tierra santa y otras paparruchadas primitivas), se pretende identificar sionismo con judaísmo y, su contracara, antisionismo con antisemitismo. Falso, peligrosamente falso.
Sé que este textículo no es producto de la lectura del libro de Dale Carnegie, "Cómo ganar amigos e influir sobre las personas" (1936), el best seller anticipatorio de la plaga editorial de publicaciones de autoayuda. Sé también, porque ya me pasó con la masacre anterior contra Gaza y su pueblo, que puede costarme algún encontronazo con parientes y amigos de la colectividad, pero me indigna la soberbia de los que, escudándose en las legítimas aspiraciones del pueblo israelí de vivir en paz, se atribuyen la verdad única y promueven el odio, la muerte y la discriminación. ¿Hace falta que te recuerde, morocha ondulante, que un alto oficial del ejército genocida israelí dijo que había que aplicar el mismo método que en Hiroshima?, ¿qué diferencia hay con la "solución final", esa ingeniería del horror, imaginada por el nazismo?. Ya no hay hornos crematorios, ahora hay drones.
El gobierno fascista de Netanyahu y sus secuaces acompaña a Estados Unidos en las peores causas. Vota invariablementecontra Cuba en Naciones Unidas, por ejemplo. Es, si no el único, el principal enclave de las políticas guerreristas norteamericanas en Medio Oriente y dispone de los más sofisticados armamentos en esta lucha desigual. Las cifras de muertos de uno y otro bando nos gritan esa desigualdad.
En síntesis, sionismo no es judaísmo. Israel no es mi patria ni la de mis ancestros, ni la de mis hijos ni la de mis nietos, espero. Estoy comprometido con la construcción de un mundo más equitativo y solidario, comenzando por protagonizar la historia de estos días luminosos y contradictorios en Argentina, mi patria, y en Latinoamérica, mi mundo. Me duele hasta la médula cada ser humano arrasado por el hambre o un misil, pero sé quién promueve uno y provee el otro. Contra ésos, implacable será mi voz, latinoamericana, propalestina y atea.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Sin épica

Tiempo loco, dicen las vecinas. Y tienen razón. ¡Quién te ha visto y quién te ve!, dice mi tía Sarita. Y tiene razón. El diario del grupo monopólico incentivando un paro obrero orquestado por un dirigente que, hasta hace un año y medio, era "ese negro de mierda", Lucifer con campera de cuero y prototipo de sindicalista corrupto, enemigo público número dos, inmediatamente después de "la yegua".
Desde que Hugo Moyano fue ganado por el despecho al no ser elegido como candidato a vicepresidente de Cristina, pasó a ser rubio, de ojos celestes y un destacado miembro de la high society política. Mimado por periodistas genuflexos y por opositores oportunistas que ven en él al Lanata del sindicalismo. O sea, la derecha berreta con ínfulas. El camionero fue un gremialista hábil, que enfrentó casi en soledad al menemismo y rifó su capital humano por un fallido cálculo político. Antes, su gremio (porque es más el propietario que el Secretario General), les bloqueaba la salida del diario en la sede de la planta impresora y, al unísono, los dirigentes de la patronal agraria y la ultraizquierda repetían, con voces destempladas "¡Escándalo!". Que los jerarcas de la Sociedad Rural aflauten el grito es coherente, pero que los Licenciados en Todo o Nada coincidan con ellos, les da la razón a mi amiga Patricia: "Lo esencial es invisible a los troskos", diría el Principito si fuese de La Cámpora.
Es posible que no haya actividad bancaria, ni circulen los micros, se demoren o cancelen vuelos y muchos pibes y pibas se queden sin clases. Bancarios, choferes del transporte público de pasajeros, docentes y personal aeronáutico no pararán ya bajo la vieja consigna de "Paz, Pan y Trabajo" de aquellos tiempos de ajustes, inviernos sin abrigo y cinturones dolorosos. Hoy representan algo así como la clase media de la clase obrera. No es ocioso destacar que la fuerza de la medida proviene de los trabajadores del área de servicios y no de la producción con valor agregado, en un país que busca sustituir importaciones y fomentar la reindustrialización con valor agregado.
Hay paz, hay pan y hay trabajo en la Argentina (aunque siempre es deseable generar más trabajo y más pan), pese a la crisis global y mal que les pese a los agoreros de tormentas. Sin embargo, no está demás ir por más siempre y cuando lo que se reclama no huela a usina resentida. El centro neurálgico de la huelga del martes 20 contra el gobierno nacional pasa por el piso del Impuesto a las Ganancias. Y la verdad es que no parece lógico que el salario y el haber jubilatorio paguen impuestos. Como tampoco resulta justo y razonable que de ese mismo gravamen estén eximidos los jueces de la Nación y la renta financiera. Claro que llama la atención que se motorice el conflicto desde las oficinas del CEO del monopolio mediático y que los escoltas del camionero sean personajes como Luis Barrionuevo (debe hacer siglos que no agarra una bandeja ni sirve un plato de comida) y Gerónimo Venegas (que debe hacer milenios que no ve un obrero rural), dos dirigentes  que representan lo peor de un sindicalismo prebendario, corrupto y alejado de las mejores tradiciones de las reivindicaciones de clase.
O sea, habrá paro, se sentirá más o menos (según el ámbito territorial y las características de cada gremio), pero no habrá épica. Y no la habrá porque esta vez las patronales, los formadores de precio, los deformadores de opinión y la alta y mediana burguesía estarán, insólitamente, a favor de una huelga obrera.
Como una extraña manera de hacerle burlas a la historia.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Bartolo toca la flauta

No voy a trascribir las declaraciones del director del diario "La Nación" a la revista "Veja", de Brasil. Imagine que un animal prehistórico, al que podríamos llamar sojasaurio, es entrevistado por un periodista carioca. Listo. Sé que es poco profesional lo que propongo, pero apelo a su sabiduría. El portavoz consuetudinario de la oligarquía agroganadera argentina tiene un disco rígido, muy rígido, formateado por el robo de tierras y el genocidio originario. Quiero decir, desde la mal llamada Conquista del Desierto a ese baldón imperial llamado Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.
O sea, nada nuevo bajo el sol sudamericano. Entonces, ¿qué es lo nuevo? Lo nuevo lo aporta, aunque usted no lo crea, el Banco Mundial que, como todo el mundo sabe, es un organismo financiero dirigido y digitado por el castrochavismocristinista. La clase media argentina se duplicó en la última década. Pasó de 9 millones a 18 millones, monedas más, caramelos menos. Leo en el matutino hegemonito de Mendoza, hijo putativo del "Clarín porteño", que ese crecimiento se debería al "rebote" de la crisis del 2000-2002. Supongo que lo de rebote se refiere a que esa crisis hizo pelota, no sólo a la clase media, sino a toda la sociedad argentina, con las excepciones de siempre.
Hay cosas de este modelo que no me gustan. A saber: la llamada Ley Antiterrorista (aunque reconozco que no se aplicó nunca y tengo confianza en que no se aplicará), la Ley de Riesgos del Trabajo, los lastres que aún conserva el gobierno entre aliados y funcionarios (de algunos se fue desprendiendo, como Cobos, Redrado, Moyano, Thomas, Reutemann y demás miembros de la fauna autóctona), la genuflexión de ciertos mandatarios provinciales ante la Iglesia Católica, entre otras cosillas. Pero, gracias a las dos operaciones de cataratas, veo más claro y puedo llegar a distinguir lo principal de lo accesorio. O ¿es mentira que se han construido más de mil escuelas?, ¿será un delirio místico el retorno al país de casi mil científicos y técnicos?, ¿cuando me depositan puntualmente el haber jubilatorio estaré soñando?, ¿será una maniobra mediática la Asignaciónes Universales por Hijo y por Embarazada?
Se dijo que quienes protestaron el 8 de noviembre no tienen un proyecto político alternativo. Puede ser. Por eso sonó más a terapia de grupo o catarsis colectiva que a propuesta de cambio. Yo creo que los organizadores y financistas del berrinche sí tienen un plan, pero les da vergüenza hacerlo explícito. Sería así. Reprivatizar todo, volver a los 9 millones de hace diez años, nombrar a Mauricio Macri como Ministro de Trabajo, a Gabriela Michetti al frente del INADI, a Patricia Bullrich como garantía de estabilidad institucional, a Otilio Romano como Ministro de Justicia, volver a endeudarnos ante los organismos multilaterales de crédito, mandar tropas a donde las necesite la democracia occidental y cristiana, declarar la nulidad del matrimonio igualitario, transformar la AUH por la AUC (Asignación Universal por Country), declarar fuera de la ley a Fuerza Bruta, denominar a Malvinas como Falklands para no enojar a los imperios, nombrar a Elisa Carrió Arzobispa de Buenos Aires, designar como Secretario de Viviendas a Sergio Schoklender, fusilar a Hebe de Bonafini y declarar Monumento Nacional de la Transparencia al edificio donde funciona Papel Prensa, condecorar a Jorge Videla con la medalla de honor patrio, postular a Domingo Cavallo para el Nobel de Economía. Y, por supuesto, colgar del palo mayor de la Fragata Libertad a Guillermo Moreno y a Cristina Fernández.
¿Que exagero? Tal vez, pero imagino que Bartolomé Mitre, Bartolo, el que toca la flauta no estaría tan seguro de que exagero. Ocurre que su flauta tiene un agujerito solo, el del odio de clase.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Dan fe

A Fortunato Mallimaci


A sus dieciocho años, con las hormonas en ebullición y el acné como marca identitaria de la adolescencia, ya integraba la versión tucumana de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Irrumpía en las asambleas estudiantiles haciendo ostentación de armas de fuego, insultaba y pegaba a mansalva y, siempre en patota, huía hasta la próxima acción. Era como un ensayo para lo que vendría. Juan Carlos fue partícipe del terrorismo de Estado que reinó en nuestra matria desde 1976 hasta el 83.
El apellido de Juan Carlos es premonitorio: Benedicto. Sí, como el nombre artístico de Joseph Ratzinger (¿habrá elegido ese nombre en homenaje a su cordero tucumano?), también integrante juvenil de las hordas nazis alemanas y hoy jefe supremo de la secta religiosa más popular de Occidente. A ninguno de los dos se le borraron las huellas de aquellos días. Al tucumano comenzaron a juzgarlo el lunes pasado, junto a 40 miembros de las fuerzas represivas y un sacerdote, de quien prometo ocuparme enseguida.
Juan Carlos Benedicto, el de acá, es escribano. Es decir, después de cada actuación notarial da fe. En diciembre de 2011, con la Megacausa que unifica las llamadas "Arenales II" y "Jefatura II" en plena instrucción, adujo un intento de suicidio, se internó en una clínica psiquiátrica y se fugó. Seis meses más tarde, en junio de este año, reencarnó en Encarnación (Paraguay) y lo trajeron de las pestañas para que se someta a derecho. Desde hace unos días dice que padece una afección vesicular y fue operado en el Hospital "Centro de Salud", sanatorio en el que, por pura casualidad, Susana Gundlach, su esposa, es Jefa de Farmacia. Estos cobardes siempre se enferman de repente cada vez que tienen que enfrentar a la justicia. Como pasó con Antonio Bussi, con Luis Patti o Augusto Pinochet, en Chile. El titular del tribunal ordenó a la señora que no tenga ningún contacto con su marido, supongo que por razones de profilaxis judicial.
Lo llamativo es que Benedicto tiene a su nombre el Registro Notarial N° 25 (uno de los principales y con un nutrido grupo de notables entre sus clientes) y la sociedad local convive naturalmente con un presunto partícipe necesario de delitos de lesa humanidad, como torturas, vejámenes, abusos sexuales y otras demostraciones de ternura. Ya alguna vez premiaron a Bussi con el voto popular y lo ungieron gobernador de la provincia.
El caso de José Eloy Mijalchyk es elocuente. Sacerdote de la parroquia San José Obrero, de El Colmenar, en las afueras de la Capital provincial, está acusado de participar de las sesiones de torturas para aligerar las almas de los torturadores y no de los torturados. Ya estuvo detenido por orden del tribunal y le fue fijada una fianza de $ 150.000 para otorgarle la libertad. Consiguió la guita. Puso una camioneta de su propiedad valuada en 35 lucas y el resto cash, fue un gesto de complicidad del Arzobispado de Tucumán.
En marzo de 2006, Benedicto, el del Vaticano, le otorgó el título de "Prelado de Honor de Su Santidad".
Hace pocos días se conoció una declaración de la cúpula de la Iglesia Católica Argentina en la que dudaban de su complicidad con la dictadura genocida. Que iban a investigar, dijeron.
Todos dan fe. Y repugnancia.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Alfanumérico

Para mañana, 8N, se espera una protesta, seguramente multitudinaria, en Argentina. Quienes la organizan y financian pretendieron hacerla pasar por espontánea, pero a poco de andar se les vio la hilacha. La ultraderecha protofascista nazional ha embarcado a buena parte de la burguesía del país en una lancha que pretende hacer de ese día un antes y un después. Al punto de que uno de los lemas con que llaman a sumarse a la batahola es "Si hay 8N no habrá 7D" y el hegemonito mendocino, el diario "Los Andes", se atrevió a calificar la fecha como "crucial". No es la primera vez que ocurre en nuestra historia. El 24M del 76, hastiados de López Rega y la supérstite del General, conmovidos por la inestabilidad económica y temerosos de la pérdida de paciencia del pobrerío, esa misma burguesía avaló, explícita o implícitamente, el inicio del terrorismo de Estado.
Lamento comunicarles que, luego de haber consultado a mi pitonisa preferida, el almanaque no tiene pinta de detenerse. O sea, habrá 8N (esperemos que en paz, sin provocaciones) y luego de un tiempo habrá 7D y 10D que, como lo sabe hasta Videla, es el Día Internacional de los Derechos Humanos. Y eso sí es crucial.
Uno de los reproches convocantes (todos más o menos abstractos y sin propuestas alternativas) es que el gobierno nacional ha fracturado la sociedad. Y, si me apura un cachito, me parece una virtud. Tomemos como ejemplo una medida cualquiera. Las casi tres millones de netbooks en manos de pibes y pibas de la Argentina profunda, la movilidad jubilatoria, la Asignación Universal por Hijo y por Embarazada, los juicios a los genocidas, y así podríamos seguir un rato largo, han conmovido los prejuicios culturales de quienes se sienten "rubios por fuera y por dentro". Es que esas y otras medidas (la Ley de Medios, claro, el Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género) han beneficiado a muchos muchachos morochos (y su versión femenina, muchas muchachas morochas) que veían pasar la vida con "la ñata contra el vidrio" y ahora son protagonistas. Están incluyéndose y hasta sueñan con una casa propia. Justo cuando el mundo conocido y admirado por los profetas mercachifles se cae a pedazos, dejando bajo los escombros a inmensas capas de la sociedad capitalista.
Pero me pregunto si los miembros de la Primera Junta patria habrán anunciado en "La Gazeta" que nos habíamos desembarazado de España el 25M. O si don Cristóbal les habrá mandado una paloma mensajera a Isabel y Fernando con un papelito que decía: "Majestades, os informo que hoy, 12-O, he llegado a las Indias y me han recibido ellas y ellos con buen talante y dispuestos a que los catequicemos por las buenas o por las malas. De la sífilis y otras bienaventuranzas nos ocuparemos gustosos, bendecidos por los enviados del Señor".
Creo que esta moda de reducir la realidad a su nomenclatura alfanumérica nació con la caída de la Torres Gemelas, el 11S, en Nueva York. Ese día un ataque terrorista al país más terrorista de la Tierra dio comienzo al siglo XXI, según la genialidad de Eric Hobsbawn. Pero, como dice Ariel Dorfman, hubo "Otros septiembres". Un 11S en el que fue asaltada la dignidad del pueblo chileno y se recibió de emblema de esa misma dignidad Salvador Allende.
En fin, que habrá 8N y 7D y 10D y celebraremos la inclusión y conmemoraremos a nuestros 30.000 y a nuestras Madres y Abuelas y festejaré los cumpleaños de mis nietos el 24J, el 4N y el 11E. El 39° aniversario de nuestro casorio el 2E, el nacimiento de mis hijos, el 28J y el 4J, respectivamente. Y, seguramente, saldremos a la calle el 10D para ratificar el compromiso con la construcción de un sueño mejor.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Vacaciones hepáticas

Hay gente que tiene apellido rapidito. Quiero decir que le viene marcado su itinerario vital. Por ejemplo, el juez Francisco Horacio de las Carreras (algunas ganadas, pero ésta me parece que no). Se fue a Miami con su cónyuge el 29 de abril del año que está feneciendo y regresó al terruño quince días después. Participó de la III Cumbre del Centro de Estudios para el Desarrollo de las Telecomunicaciones, cuya sigla es CERTAL. La reunión duró tres días y se supone que hubo disertaciones muy interesantes, destacándose la del abogado argentino Ricardo Recondo, también juez él, dedicada a denostar la Ley de Medios nacional, sancionada hace tres años por amplia mayoría parlamentaria. La Coordinadora General del organismo es Ana, la hija de Ricardo. Don Francisco y la señora viajaron con los pasajes y el alojamiento solventados por el Grupo Clarín. Se los vio en el Hotel Biltmore, el mismo que frecuentaban dos prohombres de la Historia. Uno de acá, Carlos Menem; el otro de allá, Al Capone. La cuestión es que de las Carreras está habilitado para decidir en la medida cautelar que el Grupo interpuso contra el artículo 161 de la Ley 26.522. O sea, yo te pago las vacaciones en USA y vos me das una mano. La contraprestación que le dicen. Por supuesto, el gobierno nacional está buscando eyectarlo del cargo, por caminos legales, como corresponde.
Parece que el modus operandi está naturalizado también en otros ámbitos. Por ejemplo, un médico viaja a un congreso de su especialidad en Cancún. Los gastos corren por cuenta de un laboratorio de productos medicinales, el doctor se inscribe, dice buenas tardes, está quince minutos y se va a la playa. Al regreso, comienza a garabatear en su talonario de recetas los productos de su mecenas turístico. Otra vez la contraprestación. Y todos chochos.
Y aquí viene mi recuerdo. Ya se sabe, la memoria es caprichosa. En una esquina de Mendoza, Coronel Plaza y Perú, hay una farmacia. En la puerta del negocio montaba guardia, hace tiempo, un perro espléndido, un pastor inglés con sus mechones grises y su cabellera blanca, sus patas cruzadas y la estampa de señorío aristocrático. Los dueños le pusieron un nombre apropiado con el rubro en cuestión. Se llamaba Sertal. Manso y muy compuesto, era un personaje amable para quienes iban a buscar un bálsamo para sus dolencias. No sé si el perro vive, pero cada vez que me paso de rosca con el morfi y debo recurrir a la ilustre pastillita que nos ocupa, me pregunto si el pastor inglés habrá mutado en Ana Recondo o si, subvencionado por un grupo monopólico, pasará su vejez con gorrito, baldecito y palita en las arenas de algún paraíso fiscal, acompañando a un señor que se recibió de abogado en la Facultad de Derecha (no me corrijas, Emilio, no hay error tipográfico). Una pesadilla recurrente, por culpa de la cazuela de mariscos, las porciones generosas de selva negra (made in Graciela, por supuesto) y la lectura cotidiana de la prensa hegemónica.
En ocasiones un cambio de letra puede darnos una sorpresa. Me metí en la página oficial del Centro de Estudios (www.certal.org) y encuentro varias veces la palabra "mercado" (no confundir con Roberto Mercado, cantautor e insigne embajador de la cultura popular del Este mendocino) y no es casual. Esa es la preocupación central de CERTAL. Impedir que el acceso a la información y la generación de contenidos sea plural. Impedir que el hígado de la sociedad funcione límpido y sin mecenas monopólicos. Cuidar el mercado, esa entelequia que tiene movilizados a los organizadores de caceroleos de teflón.