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martes, 29 de noviembre de 2011

Los nenes

No se trata de una cuestión generacional. Se sabe que, para cierto sector de la sociedad, la juventud es un producto comercial, un estereotipo y, a la vez, los jovenes son sujetos de consumo. Alguna vez fue "la juventud maravillosa" y pocos años después, cuando buscaban su lugar en la construcción de un mundo mejor, "imberbes y estúpidos". Siempre que se trate de la gestión pública el asunto es ideológico, político.
Por estos días se viene argumentando que la conducción de algunos organismos estatales está en manos inexpertas, jóvenes, demasiado jóvenes. Es el caso de Aerolíneas Argentinas, la empresa aérea de bandera, rescatada por el gobierno nacional de las garras de Antonio Mata, personero de la española Marsans y socio capitalista de Jorge Lanata en la estafa a sus colegas periodistas, conocida como diario "Crítica de la Argentina". El dirigente gremial de guante blanco, Ricardo Cirielli, acusó a Mariano Recalde y Axel Kicillof, presidente y vice de Aerolíneas respectivamente, de ser "los nenes", doble alusión a su edad y la pertenencia de ambos a la agrupación La Cámpora.
Reitero. Lo generacional es un ingrediente, importante si se lo analiza desde el punto de vista ideológico, pero sólo un ingrediente. Quiero decir que Martín Redrado, ese golden boy neoliberal es un hombre joven también. O Patricia Bullrich lo fue alguna vez. Tanto, que algunos todavía le dicen "la Piba".
Sin embargo, no está demás repasar algunos nombres que dejaron su huella en la Historia. La enumeración no es taxativa, por supuesto, apenas un muestrario de nenes. Una especie de nursery de la memoria. Veamos.
El 25 de mayo de 1810 Mariano Moreno tenía 31 años. Había nacido el 23 de setiembre de 1778.
Manuel Belgrano andaba por los 39. El intelectual más brillante y honesto de la Revolución, el que hizo algo más que crear la bandera nacional, había nacido el 3 de junio de 1770.
Fidel Castro entró en La Habana el 1 de enero de 1959 con sus 32 años, sus guerrilleros y el amor y la esperanza de un pueblo que lo acompañó jubiloso. Fidel había nacido el 13 de agosto de 1926. Sigue siendo joven. Aunque, como dice nuestro Norberto Galasso de sí mismo, lo es desde hace mucho.
El Che ganó el combate de Santa Clara, con el que se selló el triunfo final de ese acontecer luminoso conocido como la Revolución Cubana, con su asma, su título de médico y su paso por nuestra América, y sus 30 años de edad. Nació en Rosario un 14 de junio de 1928.
Cuando se publicó "Facundo", en 1845, obra maestra con la que nace la literatura argentina moderna, su autor, Domingo Faustino Sarmiento, tenía 34 años. Se sabe que había llegado a su San Juan, parido por Paula Albarracín el 15 de febrero de 1811.
Karl Marx nació en Tréveris, Prusia, un 5 de mayo de 1818. El Manifiesto Comunista, aquél del fantasma que recorría Europa, vio la luz el 21 de febrero de 1848. Marx tenía, entonces, 30 años. Un nene, aunque su imagen más conocida lo muestre con profusa barba entrecana.
Cuando José de San Martín llegó a nuestras playas imbuído de las ideas independentistas americanas, en 1812, tenía 34 años. Hasta mi nieto mayor, el Manu, para quien el Libertador es un superhéroe, sabe que nació en Yapeyú, Corrientes, el 25 de febrero de 1778.
Albert Einstein nació en Ulm un 14 de marzo de 1879. En 1905 dio a conocer su Teoría de la Relatividad. El cachorro de genio tenía 26 años.
Sigo, ya falta poco y termino, morocha. Después de tanta fecha y tanto dato nos tomamos un café con masas secas (me las prometiste, ¿te acordás?) y miramos pasar a nenas y nenes que algún día engrosarán estas listas, imaginemos.
Armando Tejada Gómez, el poeta nuestroamericano, nació en este país de arenas, Mendoza, el 21 de abril de 1929. Cuando suscribió, y se supone que redactó, el Manifiesto del Nuevo Cancionero, junto a Tito Francia, Oscar Matus y Mercedes Sosa, entre otros, un 11 de febrero de 1963, tenía 34 años.
Orson Welles estrenó "Citizen Kane" en 1941. Como dicen que su madre lo parió el 6 de mayo de 1915 y si las cuentas no me traicionan, tenía 26 años.
Por último, para no fatigarte y para evitar que me llames Sr. Efemérides, que suena horrible, te recuerdo que Serguéi Eisenstein tenía 27 cuando se estrenó "El acorazado Potemkin", en 1925. Lo deduje porque don Google me dijo al oído que el tipo había nacido en Letonia un frío 23 de enero de 1898.
Como se puede apreciar tanto dato no significaría nada si cada uno de estos nenes no hubiese dejado su impronta creativa, rotunda y definitiva en los lugares y los tiempos en los que les tocó vivir.
No sé (sí sé) si te acordás qué edad tenía Evita cuando se convirtió en inmortal. O un tal Cristo, por ejemplo.
La irrupción de la juventud en la vida política argentina se visibilizó explícitamente el 27 de octubre de 2010, en la despedida de Néstor, pero no fue un exabrupto emocional. Se venía cocinando a fuego lento y colectivo luego de tantos años de desasosiego, despojo y humillaciones.

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