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viernes, 17 de junio de 2011

Jefes de campaña

 "No hay nada nuevo bajo el short"
  Grafitti uruguayo

Un problema menos, una interna menos, varias reuniones menos, tiempo y energías para dedicarse a mejores menesteres. Esta campaña electoral, la que ya se inició camino a octubre, se va a dirimir por lo hecho por el gobierno, por las propuestas y proyectos, por los spots, por los antecedentes y prontuarios pero, sobre todo, me parece, por los archivos televisivos y radiales. Veamos, empecemos por cualquiera, por cualquier cualquiera, por cualunque, como decía Saro Cardusa, el peluquero de mi infancia, siciliano y comunista (un cocktail peligrosísimo, como es de imaginar).
Tomemos al azar a Ricardín Alfonsinín, quien utiliza los trajes, el sillón y las inflexiones fonéticas de don Raúl, el papá, pero deja en el baúl del desván de la historia, algunos principios éticos e ideológicos de quien fuera fundador, entre otros pergaminos, de la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos). Sí, ya sé, en un momento de su vida se le fue al diablo lo de "permanente" a don Raúl, y sucumbió su mandato enredado en obediencias de muerte y puntos finales, pero jamás transó con la derecha explícita. Es más, atravesó el vendaval de silbidos y puteadas de la Sociedad Rural, la socia militante de Clarín y los genocidas. Hoy el niño sonríe junto al empresario colombiano, festeja las bravuconadas de Magnetto y borra con el codo lo que hace dos meses escribiera con la mano: que el colorado no entendía la política como una herramienta transformadora sino como un negocio. Ahora promete derogar la Ley de Medios para preservar, dice, la libertad de prensa. En una sola cosa parece hacerle caso a papi: como se ha derechizado al mejor postor (más por sorteo que por licitación), parece estar preparándose para perder.
Cambio y fuera.
El término "hermético" tiene su raíz etimológica en el dios griego Hermes, quien era venerado como cuentero, entre otras virtudes. Hermes, el contemporáneo santafesino, ha constituído el FAP (Frente Amplio Progresista). Pues, a menos de una semana de existencia circulan rumores de que la A quedaría, pero ahora parece querer decir Angosto. Me explico. Al armar las listas de candidatos dejaron a Pino con la puerta cerrada, pero del lado de afuera. Solanas hizo pucheritos, se frotó la nariz, pero tampoco se pudo enojar demasiado. Es lo que hay o, mejor aún, es lo que no hay. O, si usted prefiere, hay lo que es (silogismo afanado del contestador telefónico de Martín Caparrós, altri tempi). Pero lo más llamativo de la fórmula del angostito es su vice, Norma Morandini, la fan number one de Elvis. Con dos hermanos desaparecidos en dictadura, votó en contra de la ley que fijó el 24 de marzo como Día de la Memoria. Su argumento: no quería que figure en el almanaque en rojo, como un día festivo. Como usted verá, lectora querida, igual razonamiento puede aplicarse al 17 de agosto, el 20 de junio y así siguiendo. Pero es más, votó en contra de la estatización de Aerolíneas Argentinas, de los recursos previsionales y de la obligación de practicar análisis de ADN para averiguar la identidad de nietos recuperados. ¿Le suena? El argumento, en este caso, fue que ella no sabe si corresponde o no. Genial, la senadora desconoce la ley, además de contribuir a permitir que quede impune un delito de lesa humanidad. Y hay más archivo para este prontuario. Se levantó de la sesión en la que se votaba la sanción de la ley de medios audiovisuales. Se sospecha que iba a llamar a Radio Mitre para solicitar el Rock de la Cárcel, por Elvis Presley antes de que la patota kirchnerista le ponga cupo a la música extranjera. Como usted observará, seductora amiga, todas actitudes que responden a lo más selecto de las tradiciones socialistas. Claro, del socialismo vernáculo de Norteamérico Ghioldi o el contemporáneo de Strauss-Kahn o Zapatero.
Mientras tanto, Binner, el hermético, sigue recorriendo canales privados con ese glamour que suele tener mi perro cuando se despierta de la siesta. De las contradicciones con su vice, no sabe no contesta. Al menos, hasta ahora. Sigamos.
El gerente de Capital le otorgó un contrato al clarinete mediático por una suma cercana a los 250 palos verdes. Es retribuido graciosamente por sus esbirros periodísticos. Tanto, que quiere debatir allí y sólo allí con sus principales adversarios. Un dechado de virtud democrática.
Para no hacerla más lunga. Sugiero, como digo al comenzar este caramelito, que Cristina no designe jefe de campaña y se dedique a seguir profundizando las medidas necesarias para construir una sociedad más justa.
Sus jefes de campaña son tan buenos, tan apropiados, tan útiles que bastan los archivos de los opositores para convencer a los dos o tres indecisos que queden.
En fin, que nuestro país es tan maravilloso, tan mágico que ni Gabo, mire.

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